CUBA, 16 de enero de 2012.
Se anexa carta (versión íntegra) enviada al Washington Post en respuesta al editorial del 31 de diciembre. La carta, firmada por nuestro Segundo Jefe de Misión y enviada en versión sumarizada, nunca fue publicada por este diario.
Versión íntegra de la Carta no publicada de la Sección de Intereses de Cuba en Washington
En conexión con el editorial del Washington Post publicado este sábado, 31 de diciembre, a la Sección de Intereses de Cuba le gustaría aclarar que Alan Gross no fue juzgado y sentenciado en Cuba por realizar “trabajo humanitario”asociado a la ayuda a la comunidad judía para conectarse a Internet. Las sinagogas cubanas tenían acceso a Internet desde mucho antes de la llegada de Gross a Cuba.
El señor Gross violó las leyes cubanas y se involucró en actividades encubiertas para desestabilizar a Cuba. El gobierno de los Estados Unidos había contratado al señor Gross para implementar programas federales que atentaban contra el orden constitucional de Cuba. Esto es considerado ilegal tanto en Cuba como en muchos otros países, incluido los Estados Unidos.
Durante sus múltiples visitas a Cuba, el señor Gross nunca le comunicó a las personas que contactó que estaba trabajando bajo un contrato del gobierno estadounidense.
Versión íntegra de la Carta no publicada de la Sección de Intereses de Cuba en Washington
En conexión con el editorial del Washington Post publicado este sábado, 31 de diciembre, a la Sección de Intereses de Cuba le gustaría aclarar que Alan Gross no fue juzgado y sentenciado en Cuba por realizar “trabajo humanitario”asociado a la ayuda a la comunidad judía para conectarse a Internet. Las sinagogas cubanas tenían acceso a Internet desde mucho antes de la llegada de Gross a Cuba.
El señor Gross violó las leyes cubanas y se involucró en actividades encubiertas para desestabilizar a Cuba. El gobierno de los Estados Unidos había contratado al señor Gross para implementar programas federales que atentaban contra el orden constitucional de Cuba. Esto es considerado ilegal tanto en Cuba como en muchos otros países, incluido los Estados Unidos.
Durante sus múltiples visitas a Cuba, el señor Gross nunca le comunicó a las personas que contactó que estaba trabajando bajo un contrato del gobierno estadounidense.