sábado, 16 de abril de 2011

Homenaje a Martí

Reflexiones de Fidel, Especiales, Historia de Cuba, Política


28 Enero 2008 Enero 28 de 2008

Homenaje a Martí.



Hace cinco años tuvo lugar en la capital de Cuba la Conferencia Internacional sobre el Equilibrio del Mundo, en la que participaron delegados de 43 países de todos los continentes, en honor a Martí con motivo del 150 aniversario de su nacimiento.



En horas de la noche del 29 de Enero de ese año 2003 les hablé. Por obra del azar, o de muchos azares, se repetía lo mismo de 1953, aunque de forma significativamente diferente; en aquella había que honrar su memoria liberando a la Patria del yugo imperial; en esta porque se hizo necesario combatir en el terreno de las ideas las amenazas para la humanidad que entrañaban las palabras del Presidente de Estados Unidos en la Academia de West Point. Lo que expresé ese día, en sintonía con mis convicciones más profundas, ha sido punto de partida para una parte importante de las reflexiones que escribí en la etapa de convaleciente que me tocó vivir. Es mi modesto tributo al Maestro. Así saludo también a los cientos de intelectuales y hombres de ideas que de nuevo se reúnen con el mismo propósito de rendir tributo a José Martí, en el 155 aniversario de su nacimiento. ¡No tendría otras palabras para hacerlo! Pido a nuestra prensa escrita lo publique, de ser posible, en páginas interiores, para no restar espacio a otras noticias importantes de la conmemoración.



Fidel Castro Ruz



Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba Fidel Castro Ruz, en la clausura de la Conferencia Internacional Por el Equilibrio del Mundo, en homenaje al 150 aniversario del natalicio de nuestro Héroe Nacional José Martí, el 29 de enero del 2003.



Distinguidos participantes en el Encuentro Internacional por el Equilibrio del Mundo como homenaje al Aniversario 150 del natalicio de José Martí;



Estimados invitados;



Compatriotas:



¿Qué significa Martí para los cubanos?



En un documento denominado El Presidio Político en Cuba, Martí cuando apenas tenía 18 años, después de sufrir cruel prisión a los 16 con grilletes de hierro atados a sus pies, afirmó: “Dios existe, sin embargo, en la idea del bien, que vela el nacimiento de cada ser, y deja en el alma que se encarna en él una lágrima pura. El bien es Dios. La lágrima es la fuente de sentimiento eterno.”



Para nosotros los cubanos, Martí es la idea del bien que él describió.



Los que reanudamos el 26 de julio de 1953 la lucha por la independencia, iniciada el 10 de octubre de 1868 precisamente cuando se cumplían cien años del nacimiento de Martí, de él habíamos recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una revolución. De él recibimos igualmente su inspirador patriotismo y un concepto tan alto del honor y de la dignidad humana como nadie en el mundo podría habernos enseñado.



Fue un hombre verdaderamente extraordinario y excepcional. Hijo de militar, nacido en un hogar de padre y madre españoles, deriva en profeta y forjador de la independencia de la tierra que lo vio nacer; intelectual y poeta, siendo un adolescente al iniciarse la primera gran contienda, fue capaz más tarde de conquistar el corazón, el respeto, la adhesión y el acatamiento de viejos y experimentados jefes militares que se llenaron de gloria en aquella guerra.



Amante fervoroso de la paz, la unión y armonía entre los hombres, no vaciló en organizar e iniciar la guerra justa y necesaria contra el coloniaje, la esclavitud y la injusticia. Su sangre fue la primera en derramarse y su vida la primera en ofrendarse como símbolo imborrable de altruismo y desprendimiento personal. Olvidado y aun desconocido durante muchos años por gran parte del pueblo por cuya independencia luchó, de sus cenizas, como Ave Fénix, emanaron sus inmortales ideas para que casi medio siglo después de su muerte un pueblo entero se enfrascara en colosal lucha, que significó el enfrentamiento al adversario más poderoso que un país grande o pequeño hubiese conocido jamás.



Hoy, al cumplirse hace unas horas 150 años de su nacimiento, cientos de brillantes pensadores e intelectuales de todo el mundo le rinden emocionados el homenaje del profundo reconocimiento que merecen su vida y su obra.



Más allá de Cuba, ¿qué recibió de él el mundo? Un ejemplo excepcional de creador y humanista digno de recordarse a lo largo de los siglos.



¿Por quiénes y por qué? Por los mismos que hoy luchan y los que mañana lucharán por los mismos sueños y esperanzas de salvar al mundo, y porque quiso el azar que hoy la humanidad perciba sobre ella y tome conciencia de los riesgos que él previó y advirtió con su visión profunda y su genial talento.



El día en que cayó, el 19 de mayo de 1895, Martí se inmolaba por el derecho a la vida de todos los habitantes del planeta.



En la ya famosa carta inconclusa a su amigo entrañable Manuel Mercado, que Martí interrumpe para marchar sin que nadie pudiera impedirlo a un inesperado combate, reveló para la historia su más íntimo pensamiento, que no por conocido y repetido dejaré de consignar una vez más: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, [...] de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”



Semanas antes, al suscribir en Santo Domingo el Manifiesto de Montecristi junto al ejemplar patriota latinoamericano Máximo Gómez, de origen dominicano y escogido por Martí como jefe militar de las fuerzas cubanas, próximo a partir hacia Cuba, entre otras muchas y brillantes ideas revolucionarias, Martí escribió algo tan admirable que, aun a riesgo de aburrir, también necesito repetir: “La guerra de independencia de Cuba [...] es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo.”



Cuán precozmente escribió esta última frase, que se ha convertido en el tema principal de este encuentro. Nada hay hoy más necesario y vital que ese distante y al parecer utópico equilibrio.



Ciento seis años, cuatro meses y dos días después de la carta de José Martí a Manuel Mercado, y ciento seis años, cinco meses y veintiséis días después del Manifiesto de Montecristi firmado por Martí y Gómez, el Presidente de Estados Unidos, en discurso pronunciado el 20 de septiembre del 2001, ante el Congreso de esa nación, pronunció las siguientes frases:



“Vamos a utilizar cualquier arma de guerra que sea necesaria.”



“El país no debe esperar una sola batalla, sino una campaña prolongada, una campaña sin paralelo en nuestra historia.”



“Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que tomar una decisión: o está con nosotros o está con el terrorismo.”



“Les he pedido a las Fuerzas Armadas que estén en alerta, y hay una razón para ello: se acerca la hora de que entremos en acción, y ustedes nos van a hacer sentir orgullosos.”



“Esta es una lucha de la civilización.”



“Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos los tiempos dependen de nosotros.”



“No sabemos cuál va a ser el derrotero de este conflicto, pero sí cuál va a ser el desenlace. [...] Y sabemos que Dios no es neutral.”



En discurso pronunciado el primero de junio del 2002, al cumplirse el 200 aniversario de la Academia Militar de West Point, el Presidente de Estados Unidos, entre otras cosas, declaró:



“En el mundo en el que hemos entrado, la única vía para la seguridad es la vía de la acción. Y esta nación actuará.



“Nuestra seguridad requerirá que transformemos a la fuerza militar que ustedes dirigirán en una fuerza militar que debe estar lista para atacar inmediatamente en cualquier oscuro rincón del mundo, [...] que estemos listos para el ataque preventivo cuando sea necesario defender nuestra libertad y defender nuestras vidas.



“Debemos descubrir células terroristas en 60 o más países.



[...]

“Enviaremos diplomáticos a donde sean necesarios, y los enviaremos a ustedes, a nuestros soldados, donde ustedes sean necesarios.



[...]

“Estamos ante un conflicto entre el bien y el mal. [...] No creamos un problema sino que revelamos un problema. Y dirigiremos al mundo en la lucha contra el problema.”



Me pregunto qué ideas habrían atravesado, a la velocidad de la luz, la genial inteligencia de un hombre como Martí, para herirlo en lo más profundo de su infinito corazón, si hubiese escuchado estas palabras en un mundo donde hoy habitan más de 6 400 millones de seres humanos que, por una razón o por otra, tanto los superricos como los superpobres, ven amenazadas sus esperanzas de sobrevivir.



Aquellas palabras no las pronunciaba un loco desde un oscuro rincón de un manicomio. Están avaladas por decenas de miles de armas nucleares, millones de bombas y proyectiles destructores, decenas de miles de misiles teleguiados y precisos, miles de bombarderos y aviones de combate, con pilotos y sin pilotos; decenas de escuadras y destacamentos navales con portaaviones y submarinos de propulsión nuclear o convencional, bases militares con permiso o sin permiso en todos los rincones del mundo; satélites militares que espían cada kilómetro cuadrado del planeta, sistemas de comunicación seguros e instantáneos, capacidad de aplastar los de cualquier otro país y posibilidad de interceptar simultáneamente miles de millones de conversaciones; arsenales fabulosos de armas químicas y biológicas y presupuestos de gastos militares que se aproximan a 400 000 millones de dólares, con los cuales podrían enfrentarse y resolver muchos de los principales problemas del mundo. Las amenazas mencionadas han sido pronunciadas por quien dispone y puede ordenar el empleo de esos medios. ¿Pretexto? El brutal ataque terrorista del 11 de septiembre que costó la vida a miles de norteamericanos. El mundo entero se solidarizó con el pueblo norteamericano e indignado condenó el ataque. Con el apoyo unánime de la opinión mundial, pudo enfrentarse al flagelo del terrorismo desde todos los ángulos y todas las corrientes políticas y religiosas.



La batalla, como planteó Cuba, debía ser fundamentalmente política y ética, en interés y con el apoyo de todos los pueblos del mundo. Nadie podía concebir la idea de enfrentar absurdas, desacreditadas e impopulares concepciones terroristas que afectan a personas inocentes, aplicadas por individuos, grupos, organizaciones, e incluso algún estado o gobierno, utilizando para combatirlas un brutal terrorismo de estado universal y proclamando como derecho de una superpotencia el posible exterminio de naciones enteras, con empleo incluso de armas nucleares y otras de destrucción masiva.



En este instante, en que se conmemora el 150 aniversario del natalicio de José Martí, el hombre que quizás por vez primera en la historia planteó el concepto del equilibrio mundial, una guerra está por comenzar como consecuencia del más colosal desequilibrio en el terreno militar que jamás existió sobre la Tierra. Vencía ayer el plazo en virtud del cual la más poderosa potencia del mundo proclamó su derecho unilateral a lanzar su arsenal de las más sofisticadas armas contra otro país con o sin la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, institución ya de por sí cuestionada por constituir el veto, prerrogativa exclusiva de cinco países que son miembros permanentes, y la negación total del más elemental principio democrático al resto de casi 200 Estados representados en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.



El privilegio del veto ha sido usado precisamente por el gobierno que hoy proclama su derecho a pasar por encima de ese Consejo. Muy poco usado por el resto de los cinco, los cambios radicales en la correlación de fuerzas militares entre sus miembros, que se ha producido en los últimos 12 años, hacen casi imposible que tal prerrogativa sea usada contra los deseos de quien no solo es poderoso por su abrumadora potencia bélica, sino también económica, política y tecnológica.



La inmensa mayoría de la opinión mundial se opone a esa guerra anunciada. Pero lo más importante es que según encuestas recientes, hasta el 65% del pueblo norteamericano se oponía a ese ataque sin la aprobación del Consejo de Seguridad. No constituye esto, sin embargo, un obstáculo insuperable: enviadas las tropas y listas para la acción, necesitadas de ser probadas las armas más sofisticadas, es sumamente improbable que tal guerra no se desate, si las autoridades del país amenazado de exterminio no acceden a todas las demandas de los que los amenazan.



Nadie puede saber o adivinar lo que puede ocurrir en cualquier guerra o situación semejante. Lo único que es posible afirmar es que la amenaza de una guerra en Iraq ha estado gravitando considerablemente sobre la economía mundial, hoy afectada por una grave y profunda crisis que, unida al golpe fascista contra el gobierno bolivariano de Venezuela, uno de los mayores exportadores de petróleo, ha elevado los precios de este vital producto a niveles insoportables para la inmensa mayoría del resto de los países, especialmente los más pobres, aun antes de que haya sonado un disparo en Iraq.



Es ya opinión generalizada que el propósito de la guerra en Iraq es tomar posesión de la tercera reserva mundial de petróleo y gas, lo que preocupa extraordinariamente a casi todos los demás países desarrollados, como los de Europa, que importa el 80% de la energía, a la inversa de Estados Unidos, que apenas importa por el momento entre el 20 y 25% de su consumo.



Ayer 28 de enero a las nueve de la noche, el Presidente de Estados Unidos declaró ante el Congreso:



“Estados Unidos le pedirá al Consejo de Seguridad de la ONU que se reúna el 5 de febrero para considerar los hechos sobre los desafíos de Iraq al mundo.



[...]

“Vamos a consultar, pero que no haya malos entendidos. Si Saddam Hussein no se desarma plenamente, por la seguridad de nuestro pueblo y por la paz del mundo encabezaremos una coalición para desarmarlo.



[...]

Y si nos obligan a ir a la guerra, vamos a luchar con el pleno poderío de nuestras Fuerzas Armadas.”



No se menciona una sola palabra sobre la aprobación previa del Consejo de Seguridad.



Si nos apartamos de las terribles consecuencias de una guerra en aquella región, que la única superpotencia podría imponer a su arbitrio, el desequilibrio en el terreno económico que hoy padece el mundo es de igual modo una enorme tragedia.



Crecen y se profundizan las diferencias relacionadas con los países ricos y pobres, entre ellos y dentro de ellos, es decir, crece el abismo en la distribución de la riqueza, el peor azote de nuestra era, con su secuela de pobreza, hambre, ignorancia, enfermedades, dolor y sufrimiento insoportables para los seres humanos.



¿Por qué no nos atrevemos a decir que no puede haber democracia, libre opción ni libertad real en medio de espantosas desigualdades, ignorancia, analfabetismo total o funcional, ausencia de conocimientos y una falta asombrosa de cultura política, económica, científica y artística a las que solo pueden acceder exiguas minorías, incluso dentro de los países desarrollados, inundado el mundo por un millón de millones de dólares de publicidad comercial y consumista, que envenena a las masas con ansias de sueños y deseos inaccesibles, que conduce al despilfarro, la enajenación, y la destrucción implacable de las condiciones naturales de la vida humana? En apenas un siglo y medio agotaremos los recursos energéticos y sus reservas probadas y probables que la naturaleza tardó 300 millones de años en crear, sin que apenas se vislumbre un sustituto viable.



¿Qué conocen las masas de los complejos problemas económicos del mundo de hoy? ¿Quién les enseñó lo que es el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la OMC, y otras instituciones similares? ¿Quién les explicó las crisis económicas, sus causas y consecuencias? ¿Quién les dijo que ya el capitalismo, la libre empresa y la libre competencia apenas existen, y que 500 grandes empresas transnacionales controlan el 80% de la producción y el comercio mundiales? ¿Quién les enseñó de bolsa de valores, de especulación creciente con los productos de los cuales dependen los países del Tercer Mundo y con la compraventa de monedas que ascienden hoy a millones de millones de dólares cada día? ¿Quién les instruyó de que las monedas del Tercer Mundo son papeles que constantemente se devalúan y sus reservas de dinero real o casi real escapan inexorablemente hacia los países más ricos, como la ley física de Newton, y las terribles consecuencias materiales y sociales de esta realidad? ¿O por qué debemos millones de millones de dólares impagables e incobrables, mientras decenas de millones de personas, incluidos niños de cero a cinco años, mueren de hambre y enfermedades curables cada año? ¿Cuántos son los que conocen que ya la soberanía de los estados apenas existe, en virtud de Tratados en cuya elaboración no tenemos participación alguna los países del Tercer Mundo, y por los que somos en cambio cada vez más explotados y sometidos? ¿Cuántos los que están conscientes de que nuestras culturas nacionales están siendo cada vez más destruidas?



Sería interminable seguir preguntando. Basta una adicional para los que viven de la hipocresía y la mentira acerca de los más sagrados derechos de los seres humanos, de los pueblos y de la propia humanidad en su conjunto: ¿Por qué no se levanta un monumento vivo a la hermosa y profunda verdad contenida en el apotegma martiano “Ser culto es el único modo de ser libre”?



Lo afirmo en nombre de un pueblo que bajo riguroso bloqueo e implacable guerra económica, a la que se añadió la pérdida casi total de mercado, comercio y suministro exterior al desintegrarse el campo socialista y la URSS, ha resistido inconmovible más de cuatro décadas (Aplausos) y hoy constituye uno de los más unidos, socialmente desarrollados, poseedores de conocimientos básicos, cultura política y artística entre todos los pueblos del mundo.



Si en algo hemos sabido honrar al héroe, cuyo fecundo natalicio conmemoramos hoy, es haber demostrado que un país pequeño y pobre, aun cometiendo muchos inevitables errores de aprendizaje, puede hacer mucho con muy poco.



El mayor monumento de los cubanos a su memoria es haber sabido construir y defender esta trinchera, para que nadie pudiera caer con una fuerza más sobre los pueblos de América y del mundo.



De él aprendimos el infinito valor y la fuerza de las ideas.



El orden económico impuesto a la humanidad por el poderoso vecino del norte es insostenible e insoportable. De nada servirán para impedir el curso de la historia las más sofisticadas armas.



Los que durante siglos han suministrado o suministran plusvalía y mano de obra barata son hoy miles de millones. No pueden ser exterminados como moscas. Van tomando cada vez más conciencia de las injusticias de que son víctimas a través del hambre, los sufrimientos y humillaciones que como seres humanos sufren, más que a través de las escuelas y la educación que les niegan y por encima de las mentiras desgastadas con las que el monopolio, el uso y el abuso de los medios masivos de comunicación tratan de mantenerlos en eterna e imposible sumisión. Han aprendido lecciones elocuentes bastante recientes como las de Irán, Indonesia, Ecuador y Argentina. Sin disparar un solo tiro y aun sin armas, las masas pueden barrer gobiernos.



Cada vez son menos los soldados nacionales dispuestos a disparar y ahogar en sangre a sus propios compatriotas. El mundo no puede ser gobernado con un soldado extranjero portando fusil, casco y bayoneta en cada fábrica, en cada escuela, en cada parque, en cada comunidad grande o pequeña.



Un número creciente de intelectuales, trabajadores instruidos, profesionales y miembros de las capas medias de los países desarrollados se suman a la lucha por salvar a la humanidad de guerras implacables contra los pueblos y contra la naturaleza.



A lo largo de la historia ha quedado demostrado que de las grandes crisis han salido las grandes soluciones, y en ellas y de ellas han surgido los líderes.



Nadie crea que los individuos hacen la historia. Los factores subjetivos influyen, aceleran con sus aciertos o retrasan con sus insuficiencias y errores los procesos históricos, pero no determinan el resultado final. Ni siquiera un hombre tan genial como Martí —podría decirse igualmente de Bolívar, Sucre, Juárez, Lincoln y otros muchos hombres admirables como ellos— habría sido conocido por la historia de haber nacido, por ejemplo, treinta años antes o después.



En el caso de Cuba, de haber nacido nuestro Héroe Nacional en 1823 y cumplido 30 años en 1853, en medio de una sociedad esclavista y anexionista dueña de plantaciones y enormes masas de esclavos, y sin existir todavía el poderoso sentimiento nacional y patriótico forjado por los gloriosos precursores que iniciaron en 1868 nuestra primera guerra de independencia, no habría sido posible entonces el inmenso papel que desempeñó en la historia de nuestra Patria.



Por ello creo firmemente que la gran batalla se librará en el campo de las ideas y no en el de las armas, aunque sin renunciar a su empleo en casos como el de nuestro país u otro en similares circunstancias si se nos impone una guerra, porque cada fuerza, cada arma, cada estrategia y cada táctica tiene su antítesis surgida de la inteligencia y la conciencia inagotables de los que luchan por una causa justa.



En el propio pueblo norteamericano, al que nunca hemos visto como enemigo ni hemos culpado de las amenazas y agresiones que durante más de 40 años hemos sufrido, podemos percibir, a partir de sus raíces éticas, un amigo y un aliado potencial de las causas justas de la humanidad (Aplausos). Lo vimos ya cuando la guerra de Viet Nam. Lo vimos en algo que nos tocó tan cerca como el secuestro del niño Elián González. Lo vimos en su apoyo a la lucha de Martin Luther King. Lo vimos en Seattle y en Quebec, junto a canadienses, latinoamericanos y europeos contra la globalización neoliberal. Lo empezamos a ver ya en su oposición a una guerra innecesaria, sin contar al menos con la aprobación del Consejo de Seguridad. Lo veremos mañana junto a los demás pueblos del mundo defendiendo el único camino que puede preservar la especie humana de las propias locuras de los seres humanos.



Si algo me atrevo a sugerir a los ilustres visitantes aquí reunidos sería lo que veo que ya están haciendo. No obstante, a riesgo de cansarlos me permito repetir y reiterar: frente a las armas sofisticadas y destructoras con que quieren amedrentarnos y someternos a un orden económico y social mundial injusto, irracional e insostenible: ¡sembrar ideas!, ¡sembrar ideas! ¡y sembrar ideas!; ¡sembrar conciencia!, ¡sembrar conciencia! ¡y sembrar conciencia!



Muchas gracias.

sexta-feira, 15 de abril de 2011

ACJM-SC promove exibição de filme sobre a vitória de Playa Girón


ACJM-SC promove exibição de filme sobre a vitória de Playa Girón


Em comemoração aos 50 anos da vitória de Playa Girón e da declaração do caráter socialista da Revolução Cubana, a Associação Cultural José Martí de Santa Catarina realiza a exibição do documentário "Girón: Gran derrota del imperialismo yanki en América Latina".

O evento vai ser no Instituto Arco-Iris (Travessa Ratclif, 56, Centro de Florianópolis), no dia 15 de abril, às 9 horas.

Haverá também mostra de fotografias da XVIII Brigada Internacional de Solidariedade a Cuba, música ao vivo e chopp.

Depois da exibição, será realizado um debate com Maurício Tomazoni, presidente da ACJMSC.

O quê: Exibição do documentário: Girón: Gran derrota del imperialismo yanki en América Latina. Diretor: Otto Guzmán, 2006. 52 min.

Quando: Sexta-feira, 15 de abril, 19h

Sinopse: O documentário realizado por Otto Guzmán e baseado nos textos do jornalista cubano Luis Báez narra os pormenores dos antecedentes e desenvolvimento da invasão mercenária a Cuba realizada pela CIA-EUA em 1961. Playa Girón, situada a menos de 200km de Havana, foi cenário de uma batalha feroz, em que as forças inimigas foram derrotadas em 66 horas, entre o amanhecer de 17 e a tarde de 19 de abril. Testemunhos de protagonistas da resistência, bem como imagens daqueles momentos se entrelaçam, dando origem a um dos trabalhos mais integrais já realizados sobre o acontecimento que constituiu a primeira grande derrota do imperialismo ianque na América Latina.

quinta-feira, 14 de abril de 2011

O caso Alan Gross

Washington, La Habana y el caso Alan Gross


Por Salim Lamrani*

Le Monde Diplomatique, abril de 2011



Desde el 3 de diciembre de 2009, el caso Alan Gross aviva las tensiones entre Washington y La Habana. Las relaciones son conflictivas desde hace más de medio siglo entre Cuba y Estados Unidos, y alcanzaron un punto de tensión extrema bajo la presidencia de George W. Bush. La llegada al poder de Barack Obama en 2008 ha acarreado una leve flexibilidad de las restricciones que había impuesto la precedente administración republicana, sin llegar no obstante al nivel de acercamiento que hubo bajo el gobierno de William Clinton entre 1996 y 2000. Ahora los cubanos de Estados Unidos pueden viajar a su país de origen sin limitaciones, en vez de los catorce días cada tres años impuestos por Bush como fue el caso entre 2004 y 2009. Del mismo modo, la Casa Blanca se ha mostrado más tolerante con respecto a los intercambios académicos, culturales y religiosos entre las dos naciones. Pero el caso de Gross, que arroja luz sobre un aspecto de la política exterior estadounidense hacia Cuba, que consiste en financiar abiertamente a la oposición interna, frena los intentos timoratos de aproximación entre las dos capitales. Como ha recordado el Departamento de Estado estadounidense, “la detención de Alan Gross constituye un obstáculo principal para la continuación del diálogo entre nuestros dos países”.1



¿Quién es Alan Gross?



Alan Gross es un ciudadano estadounidense de Potomac, Maryland, de confesión judía, de 61 años, que trabaja para el gobierno de Estados Unidos. Es un empleado de la Development Alternative, Inc (DAI), subcontratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), la cual a su vez depende del Departamento de Estado. En diciembre de 2009, cuando Gross estaba a punto de salir de Cuba con una simple visa turística –en lo que constituía entonces su quinto viaje del año– los servicios de seguridad lo detuvieron en el aeropuerto internacional de La Habana. Una investigación había permitido establecer vínculos estrechos entre él y la oposición interna al gobierno cubano, a la cual distribuía computadoras portátiles y teléfonos satelitales, en el marco de un programa del Departamento de Estado de “promoción de la democracia en Cuba”.2



Experto en tecnología de comunicación de larga distancia, Gross dispone de una gran experiencia en este campo. Ha trabajado en más de cincuenta naciones y ha elaborado sistemas satelitales de comunicación durante las intervenciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán para eludir los canales controlados por las autoridades locales.3



La posesión de un teléfono satelital está rigurosamente prohibida en Cuba por razones de seguridad nacional. En efecto, además de evadir todo control de las autoridades locales, este aparato electrónico, cuyo precio oscila entre 1.500 € y 5.000 € por unidad, permite también transmitir datos para coordinar un ataque aéreo, en un país víctima de numerosos atentados terroristas –cerca de 6.000 en total, los más recientes en 1997– y bombardeos aéreos desde 1959. Por otra parte, el sector de las telecomunicaciones es un monopolio del Estado en Cuba y está prohibida cualquier competencia.4



¿Ayuda a la comunidad judía de Cuba?



El Departamento de Estado estadounidense, que exige la liberación del detenido, afirma que “Gross trabaja para el desarrollo internacional y viajó a Cuba para ayudar a los miembros de la comunidad judía de La Habana a conectarse con otras comunidades judías del mundo”. Según Washington, las actividades de Gross eran legítimas y no han violado la legislación cubana.5



En octubre de 2010, con ocasión de la reunión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Arturo Valenzuela, secretario de Estado asistente para los Asuntos Interamericanos, se entrevistó con Bruno Rodríguez, ministro cubano de Relaciones Exteriores, a propósito de Gross. Se trataba entonces del más importante encuentro diplomático entre representantes de ambas naciones desde el inicio de la era Obama.6



La familia de Alan Gross también aseguró que sus frecuentes viajes a la isla se destinaban a permitir que la comunidad judía de La Habana pudiera conseguir acceso Internet para poder comunicarse con los judíos del mundo entero.7 Su abogado Peter J Kahn ratificó esas palabras: “Su labor en Cuba no tenía nada que ver con la política, sino que simplemente se proponía ayudar a mejorar la vida de los miembros de la pequeña, pacífica y no disidente comunidad judía en ese país”.8



No obstante, la misma comunidad judía de La Habana contradice la versión oficial de Estados Unidos y de la familia Gross. En efecto, la comunidad afirma que no conoce a Alan Gross y que nunca se ha reunido con él a pesar de sus cinco estancias en Cuba en 2010. Adela Dworin, presidenta del Templo Beth Shalom, rechazó las afirmaciones de Washington: “Es lamentable […].Lo más triste es que se haya querido involucrar a la comunidad judía en Cuba, que es totalmente ajena”. Por su parte Mayra Levy, portavoz del Centro Hebraico Sefardí, aseguró que ignoraba quién era Gross y que éste jamás se había presentado a su institución. La Agencia estadounidense Associated Press señala por su parte que los “líderes de la comunidad judía de Cuba negaron que el contratista estadounidense Alan Gross […] hubiera colaborado con ellos”. Del mismo modo, la Agencia Telegráfica Judía precisa que “los principales grupos judíos de Cuba han desmentido cualquier contacto con Alan Gross y cualquier conocimiento de su programa”.10



El reverendo Odén Marichal, secretario del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), que agrupa las instituciones religiosas cristianas así como a la comunidad judía de Cuba, ha ratificado esta posición durante una reunión con Peter Brennan, coordinador de los Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado. Con ocasión de la Asamblea general de las Iglesias de Cristo de Estados Unidos en Washington, en noviembre de 2010, el líder religioso refutó las alegaciones de Gross. “Lo que sí dejamos bien claro es que la comunidad hebrea de Cuba, que es miembro del Consejo de Iglesias de Cuba, nos dijeron: ‘Nosotros jamás tuvimos relación con ese señor, jamás nos trajo equipo de ninguna clase. Negaron cualquier relación con Alan Gross'”.11



La secretaria de Estado Hillary Clinton intentó movilizar a la comunidad judía de Estados Unidos a favor de Gross: “Lanzo un llamado a la comunidad judía activa de nuestro país para que se una a esta causa”. Pero las iniciativas de la secretaria de Estado han encontrado poco eco entre los líderes hebreos de Estados Unidos. Un año después de su detención, ninguna organización religiosa judía estadounidense se ha involucrado en este caso.12



En efecto, la pequeña comunidad judía cubana, lejos de estar aislada, está perfectamente integrada en la sociedad y mantiene las mejores relaciones con las autoridades políticas de la isla. Fidel Castro, aunque se muestra sumamente crítico con respecto a la política israelí en los territorios ocupados, declaró al periodista estadounidense Jeffrey Goldberg que “nadie ha[bía] sido tan difamado como los judíos” en la historia. “Fueron rechazados de su tierra, perseguidos y maltratados en todo el mundo. Los judíos tuvieron una existencia mucho más dura que la nuestra. No hay nada que pueda compararse con el Holocausto”, añadió.13



El presidente cubano Raúl Castro participó en la ceremonia religiosa de Hanuka –Fiesta de las Luces– en la sinagoga Shalom de La Habana en diciembre de 2010, la cual se transmitió en vivo por la televisión cubana y fue primera plana del diario Granma. Aprovechó la ocasión para saludar a “la comunidad hebrea de Cuba y la fabulosa historia del pueblo hebreo”.14



Por otra parte, la comunidad judía cubana dispone de todas las facilidades tecnológicas necesarias para comunicarse con el resto del mundo, gracias a la ayuda que proporcionan otras entidades judías internacionales tales como el Benai Brith and the Cuban Jewish Relief Project, el Canadian Jewish Congress (CJC), la World ORT, el Joint Distribution Committee (JDC) o el United Jewish Committee (UJC), con el acuerdo de las autoridades cubanas.15



Arturo López-Levy, secretario de Bnai Brith en la Comunidad Judía Cubana entre 1999 y 2001 y actualmente profesor de la Universidad de Denver, se muestra también escéptico a propósito de la versión estadounidense sobre el caso Gross. Al respecto, afirma lo siguiente:

“Gross no fue arrestado porque sea judío ni por sus supuestas actividades de ayuda tecnológica a la comunidad judía cubana, que ya disponía de un laboratorio informático, de correos electrónicos y de acceso a Internet antes de su llegada a La Habana.



[Los judíos de Cuba] no se reúnen en una sinagoga para conspirar con la oposición política pues ello pondría en peligro la cooperación con el gobierno que es necesaria para las actividades como el programa de emigración a Israel, el proyecto de Derecho de Nacimiento, mediante el cual jóvenes judíos cubanos viajan a Israel cada año, o para tratar de la ayuda humanitaria. Para proteger lo más importante, se apartan todo lo posible de los programas de injerencia política estadounidenses en los asuntos internos cubanos.

Gross viajó a Cuba no para trabajar con alguna organización judía sino para la USAID”.16



Por su parte, Wayne S. Smith, embajador estadounidense en Cuba entre 1979 y 1982 y director del Programa “Cuba” del Centro de Política Internacional de Washington, apunta que “Gross, en otras palabras, estaba implicado en un programa cuyas intenciones son claramente hostiles a Cuba ya que el objetivo no es nada menos que un cambio de régimen”.17



El carácter clandestino de las actividades de Gross también intrigó a las autoridades cubanas, las cuales evocaron la ayuda que recibió el empleado para introducir el material satelital. En efecto, todos los equipajes pasan por los rayos X de las aduanas cubanas y semejante mercancía habría sido detectada inmediatamente y se habría confiscado. Ello deja suponer que Gross se benefició de la ayuda de la Sección de Intereses Norteamericanos (SINA) de La Habana, representación diplomática estadounidense en Cuba, la cual probablemente se encargó de introducir los diversos equipos mediante valijas diplomáticas.



Actividades ilegales según las autoridades cubanas



Por parte de las autoridades cubanas, la versión oficial no ha convencido y Gross es sospechoso de actividades de espionaje y de subversión interna.18 Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, afirmó que el ciudadano estadounidense había violado la legislación del país. “Él violó leyes cubanas, la soberanía nacional, cometió delitos que en Estados Unidos son muy, muy castigados”.19



En efecto, el empleado de la USAID proporcionaba equipos tecnológicos altamente sofisticados. La distribución y el uso de teléfonos satelitales están reglamentados en Cuba y está prohibido importarlos sin autorización. Por otra parte, el Artículo 11 de la Ley 88 cubana estipula que “El que, para la realización de los hechos previstos en esta Ley, directamente o mediante tercero, reciba, distribuya o participe en la distribución de medios financieros, materiales o de otra índole, procedentes del Gobierno de Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes, funcionarios o de entidades privadas, incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años”.20



Este rigor no es específico de la legislación cubana. En efecto, la ley estadounidense prevé sanciones similares para este tipo de delitos. La Ley de Registro de Agentes Extranjeros (Foreign Agents Registration Act) sanciona a todo agente no registrado por las autoridades que “en Estados Unidos solicita, recolecta, proporciona o gasta contribuciones, préstamos, dinero, u otro objeto de valor en su propio interés”, con una pena de cinco años de prisión y una multa de 10.000 dólares.21



La legislación francesa también sanciona este tipo de actuación. Según el Artículo 411-8 del Código Penal, “el hecho de ejercer, por cuenta de una potencia extranjera, de una empresa u organización extranjera o bajo control extranjero o de sus agentes, una actividad con el objetivo de conseguir o proporcionar dispositivos, informaciones, procedimientos, objetos, documentos, datos informatizados o ficheros cuya explotación, divulgación o reunión tengan la naturaleza de atentar contra los intereses fundamentales de la nación se castiga con diez años de cárcel y 150.000 euros de multa”.22



El 4 de febrero de 2011, el fiscal de la República de Cuba acusó formalmente a Alan Gross de “actos contra la integridad y la independencia de la nación”, y pidió una pena de veinte años de cárcel.



El 12 de marzo de 2011, Gross recibió finalmente la sentencia de quince años de prisión tras su juicio.23 El abogado defensor, Peter J. Kahn, lamentó que su cliente estuviera “atrapado en el medio de una larga disputa política entre Cuba y Estados Unidos”.24



El New York Times recuerda que Gross “fue arrestado en diciembre pasado durante un viaje a Cuba en el marco de un programa semiclandestino de la USAID, servicio de ayuda extranjera del Departamento de Estado destinado a socavar al gobierno de Cuba”. El diario neoyorkino subraya también que “las autoridades estadounidenses han reconocido que el señor Gross entró en Cuba sin visa en regla, y han declarado que distribuía teléfonos satelitales a disidentes religiosos”.25



Desde 1992 y la adopción de la ley Torricelli, Estados Unidos admite abiertamente que su objetivo con respecto a Cuba es un “cambio de régimen” y uno de los pilares de esta política consiste en organizar, financiar y equipar a una oposición interna.26 La USAID, encargada de la administración de este plan, admite que financia a la oposición cubana en el marco de este programa. Según la Agencia, para el año fiscal 2009, la suma de la ayuda destinada a los disidentes cubanos se elevó a 15,62 millones de dólares. En total, desde 1996, se han dedicado 140 millones de dólares al programa destinado a derrocar al gobierno cubano. “La gran mayoría de esta suma se destina a individuos que se encuentran en Cuba. Nuestro objetivo es maximizar la suma del apoyo del cual se benefician los cubanos en la isla”.27



La organización gubernamental enfatiza también el siguiente punto: “Hemos formado a centenares de periodistas en un periodo de diez años cuya labor ha aparecido en grandes medios de comunicación internacionales”. Formados y estipendiados por Estados Unidos, responden ante todo a los intereses de Washington, cuyo objetivo es un “cambio de régimen” en la isla.28



Desde un punto de vista jurídico, esta realidad ubica de hecho a los disidentes que aceptan los emolumentos ofrecidos por la USAID en una situación de agentes al servicio de una potencia extranjera, lo que constituye una grave violación del código penal en Cuba. La Agencia es consciente de esta realidad y se limita a recordar que “nadie está obligado a aceptar o formar parte de los programas del gobierno de Estados Unidos”.29



Judy Gross, esposa de Alan Gross, fue autorizada a visitarlo en prisión por primera vez en julio de 2010.30 Aprovechó la ocasión para transmitir un correo al presidente cubano Raúl Castro. Expresó su arrepentimiento y pidió disculpas por los actos de su marido. “Reconozco hoy que el gobierno cubano no aprecia el tipo de trabajo que Alan hacía en Cuba. Su intención nunca ha sido dañar a su gobierno”.31



Judy Gross también expresó su amargura hacia el presidente Obama, el cual no se ha pronunciado sobre el tema. Su marido, militante demócrata, “había hecho campaña por la elección de Obama durante cinco semanas”. El presidente tampoco respondió al correo de Evelyn Gross, madre del detenido. Judy Gross acusa al Departamento de Estado de no haber explicado a su esposo que sus actividades eran ilegales en Cuba. “Si Alan hubiera sabido que algo le pasaría en Cuba, no habría hecho eso. Pienso que no lo han informado claramente de los riesgos”.32



¿Salida de crisis?



El caso Gross no augura nada bueno para la mejora de las relaciones entre ambas naciones. Por parte de Washington, como han indicado las autoridades por medio de Arturo Valenzuela, ningún cambio sustancial puede ocurrir mientras no se halle una solución a este asunto. Constituye un freno notable a los esbozos de acercamiento entre La Habana y Washington.33



El asunto Gross-USAID parece vinculado a la suerte de los cinco agentes cubanos condenados a severas penas de prisión en Estados Unidos y encarcelados desde 1998. Fueron acusados de conspiración para cometer actos de espionaje por infiltrarse en grupúsculos violentos del exilio anticastrista de Florida. Associated Press recuerda que “su misión era recolectar información sobre los grupos anticastristas violentos tras una campaña de bombazos contra centros turísticos de La Habana ocurridos un año antes”.34 La Corte de Apelación de Atlanta admitió por su parte que no se trataba de un caso de espionaje ni de un atentado contra la seguridad nacional. El caso ha sido condenado por la mayoría de las organizaciones de abogados y juristas de Estados Unidos, así como por las Naciones Unidas, Amnistía Internacional y al menos diez Premios Nobel. Por parte de La Habana la posición también está clara: no puede ocurrir ningún acercamiento con Washington mientras estas cinco personas se encuentren en prisión.35



La solución más viable consistiría en efectuar un intercambio de prisioneros. De momento, frente a la presión de miembros del Congreso de origen cubano, como el senador Robert Menéndez y los representantes Ileana Ros-Lehtinen, Lincoln Diaz-Balart, Mario Díaz-Balart y Albio Sires, el Departamento de Estado ha rechazado tal eventualidad, la cual convendría a las autoridades cubanas. Pero la posición estadounidense podría evolucionar tras la severa condena que recibió Alan Gross.36



El intercambio de prisioneros, preconizado por el antiguo gobernador del Estado de Nuevo México Bill Richardson, partidario de un acercamiento, según el cual “cada uno tiene que dar pasos”, permitiría saldar en parte los rencores del pasado, atenuar la mentalidad de Guerra Fría que reina en los asuntos bilaterales y abrir una vía a un verdadero restablecimiento de las relaciones entre ambas naciones.37



Revisado por Caty. R.



Notas

1 Phillip J. Crowley, «Statement on Anniversary of Alan Gross’ Incarceration in Cuba», U.S. Department of State, 3 de diciembre de 2010.

2 Jeff Franks, «Scenarios – U.S. Contractor Jailed in Cuba Still in Limbo», Reuters, 24 de octubre de 2010.

3 Phillip J. Crowley, «Statement on Anniversary of Alan Gross’ Incarceration in Cuba», op. cit.; Saul Landau, «The Alan Gross Case», Counterpunch, 30 de Julio de 2010. http://www.counterpunch.org/landau07302010.html (sitio consultado el 18 de febrero de 2011).

4 Ibid.

5 Phillip J. Crowley, «Statement on Anniversary of Alan Gross’ Incarceration in Cuba», op. cit.

6 Paul Haven, «US, Cuban Diplos Met About Jailed US Man», The Associated Press, 18 octubre 2010.

7 Anthony Boadle, «Exclusive: American Held in Cuba Expresses Regret to Raul Castro», Reuters, 24 de octubre de 2010.

8 Juan O. Tamayo, «Pedirán 20 años de cárcel para Gross», El Nuevo Herald, 5 de febrero de 2011.

9 Andrea Rodríguez, «Judíos niegan haber colaborado con Alan Gross», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.

10 Jewish Telegraphic Agency, «Cuba to Seek 20-Year Prison Term for Alan Gross», 6 de febrero de 2011.

11 Andrea Rodriguez, «EEUU pide iglesias de Cuba interesarse por contratista preso», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.

12 Jewish Telegraphic Agency, «Clinton Makes Plea for Cuban Detainee Alan Gross», 14 de julio de 2010.

13 Jeffrey Goldberg, «Castro: ‘No One Has Been Slandered More Than the Jews’», The Atlantic, 7 de diciembre de 2010. http://www.theatlantic.com/international/archive/2010/09/castro-no-one-has-been-slandered-more-than-the-jews/62566/ (sitio consultado el 18 de febrero de 2011).

14 The Associated Press, «Raul Castro Celebrates Hanukkah With Cuban Jews»; Juan O. Tamayo, «Raúl Castro asiste a fiesta de Janucá en sinagoga de La Habana», El Nuevo Herald, 6 de diciembre de 2010.

15 Comunidad Hebrea de Cuba, «Quienes ayudan». http://www.chcuba.org/espanol/ayuda/quienes.htm (sitio consultado el 18 de febrero de 2011).

16 Arturo López-Levy, «Freeing Alan Gross: First Do No Harm», agosto de 2010. http://www.thewashingtonnote.com/archives/2010/08/freeing_alan_gr/ (sitio consultado el 18 de febrero de 2011).

17 Wayne S. Smith, « The Gross Case and the Inanity of U.S. Policy », Center for International Policy, Marzo de 2011. http://ciponline.org/pressroom/articles/030411_Smith_Intelligence_Brief_Gross.htm (sitio consultado el 13 de marzo de 2011).

18 Paul Haven, «US Officials Ask Cuba to Release Jailed American», The Associated Press, 19 de febrero de 2010.

19 Andrea Rodriguez, «Contratista de EEUU violó soberanía de Cuba, dice alto dirigente», The Associated Press, 11 de diciembre de 2010.

20 Ley de protección de la independencia nacional y la economía de Cuba (LEY Nº. 88), Artículo 11.

21 U.S. Code, Title 22, Chapter 11, Subchapter II, § 611, iii «Definitions»; § 618, a, 1 «Violations; false statements and willful omissions».

22 Code Pénal, Partie législative, Livre IV, Titre Ier, Chapitre I, Section 3, Article 411-8.

23 William Booth, «Cuba Seeks 20 Years for Md. Man», The Washington Post, 5 de febrero de 2011. Paul Haven, « Cuban court convicts American Alan Gross of crimes against state; 15 year sentence », The Associated Press, 12 de marzo de 2011.

24 Paul Haven, «Cuba Seeks 20-Year Jail term for Detained American», The Associated Press, 4 de febrero de 2011.

25 Ginger Thompson, «Wife of American Held in Cuba Pleads for His Release and Apologizes to Castro», The New York Times, 24 de octubre de 2010.

26 Cuban Democracy Act, Titulo XVII, Artículo 1705, 1992.

27 Along the Malecon, «Exclusive: Q & A with USAID», 25 de octubre de 2010. http://alongthemalecon.blogspot.com/2010/10/exclusive-q-with-usaid.html (sitio consultado el 26 de octubre de 2010); Tracey Eaton, «U.S. government aid to Cuba is in the spotlight as contractor Alan Gross marks one year in a Cuban prison», El Nuevo Herald, 3 de diciembre de 2010.

28 Ibid.

29 Ibid.

30 Jessica Gresko, «US Man Jailed in Cuba Can Call Home More Often», The Associated Press, 26 de octubre de 2010.

31 Anthony Boadle, «Exclusive: American Held in Cuba Expresses Regret to Raul Castro», op. cit.; Jeff Frank, «Factbox: Jailed U.S. Contractor, Sour U.S.-Cuba Relations», Reuters, 24 de octubre de 2010.

32 Anthony Boadle, «Exclusive: American Held in Cuba Expresses Regret to Raul Castro», op. cit.

33 EFE, «EEUU no negocia liberación de Alan Gross», 8 de febrero de 2011.

34 Andrea Rodriguez, «Contratista de EEUU violó soberanía de Cuba, dice alto dirigente», op. cit.

35 Supreme Court of the United States, «Brief of Amici Curiae of José Ramos-Horta, Wole Soyinka, Adolfo Pérez Esquivel, Nadine Gordimer, Rigoberta Menchú, José Saramago, Zhores Alferov, Dario Fo, Gunter Grass, and Máeread Corrigan Maguire in support of the petition for writ of certiorari», N° 08-987, http://www.freethefive.org/legalFront/amicusnobel.pdf (sitio consultado el 12 de marzo de 2009).

Véase también http://www.freethefive.org/resourceslegal.htm (sitio consultado el 12 de marzo de 2009)

36 Agence France-Presse, «Advierten sobre eventual canje de presos con EEUU», 2 de septiembre de 2010.

37 EFE, «Aseguran que liberar a Gross es beneficioso», 16 de febrero de 2011.





*Salim Lamrani, Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Acaba de publicar "Cuba: Ce que les médias ne vous diront jamais".