sexta-feira, 12 de março de 2010

Chegou o momento de nos pronunciar por Cuba.

"Estimados camaradas de la Solidaridad con Cuba:

En las últimas semanas se ha desatado una intensa y criminal campaña contra Cuba, en la cual están desempeñando un rol importante los principales medios de comunicación de la gran prensa internacional. El pretexto utilizado es la muerte de un recluso, sancionado primero por delito común y luego manipulado para conducirle a un desenlace fatal, a pesar de los esfuerzos de médicos y especialistas de la medicina cubana.


La falsificación, la mentira, la distorsión y manipulación de los argumentos constituyen la principal herramienta de estos medios de comunicación para deslegitimar la Revolución Cubana y evitar el avance de los procesos progresistas en la región. En el centro de esta intensa campaña están los mismos que condujeron a los dramáticos acontecimientos en Honduras y que hoy persiguen, secuestran y asesinan numeros militantes de ese país. Detrás están los mismos que organizan y han llevado a cabo el más duro y cruel bloqueo contra un pequeño país del Caribe y que han financiado centenares de atentados, asesinatos y guerra sucia contra el heroico pueblo cubano. Los mismos que están en Iraq, Afganistan, en la Base Naval de Guantánamo y dirigen una guerra sucia mediática contra nuestros países en América Latina.


Los estimulo a desarrollar una CONTRAOFENSIVA IDEOLOGICA contra esta brutal y sucia campaña contra Cuba. Utilicemos nuestras propias vías, conversemos con las organizaciones, movimientos e intelectuales amigos para hacer prevalecer la verdad. Divulguemos nuestros puntos de vista a traves de las radios y TV Comunitarias, nuestros blogs, nuestros portales.

Les envío algunos documentos de interés para ampliar y profundizar la información sobre estos temas.
Saludos solidarios,

!!Hasta la Victoria Siempre!!"

Declaración de la Asamblea Nacional del Poder Popular

Después de una campaña concertada por poderosas empresas mediáticas, fundamentalmente de Europa, que han atacado ferozmente a Cuba, el Parlamento Europeo acaba de aprobar, luego de un sucio debate, una resolución de condena contra nuestro país que manipula sentimientos, tergiversa hechos, esgrime mentiras y oculta realidades.

El pretexto utilizado ha sido la muerte de un recluso, sancionado primero por delito común y luego manipulado por intereses norteamericanos y los mercenarios a su servicio, quien por voluntad propia se negó a ingerir alimentos a pesar de las advertencias y la intervención de los especialistas médicos cubanos.

Este hecho lamentable no puede ser utilizado para condenar a Cuba aduciendo que pudo haber evitado una muerte. Si en un campo nuestro país no tiene que defenderse con palabras, pues la realidad es irrefutable, es en el de la lucha por la vida de los seres humanos, ya sean nacidos en Cuba o en otros países. Un solo ejemplo es la presencia de los médicos cubanos en Haití, desde once años antes del terremoto de enero último, silenciada por la prensa hegemónica.

Detrás de esa condena hay un profundo cinismo. Cuántas vidas de niños se han perdido en las naciones pobres por la decisión de los países ricos, representados en el Parlamento Europeo, de no cumplir sus compromisos de ayuda al desarrollo. Todos sabían que era una sentencia de muerte masiva, pero optaron por preservar los niveles de derroche y ostentación de un consumismo a la larga suicida.

Ofende a los cubanos también ese intento de darnos lecciones, en momentos en que en Europa se reprimen a inmigrantes y desempleados, mientras aquí el pueblo, en reuniones de vecinos propone a sus candidatos para las elecciones municipales, libremente y sin intermediarios.

No tienen moral aquellos que participaron o permitieron el contrabando aéreo de detenidos, el establecimiento de cárceles ilegales y la práctica de torturas, para evaluar a un pueblo agredido y brutalmente bloqueado.

Condena tan discriminatoria y selectiva, solo puede explicarla el fracaso de una política incapaz de poner de rodillas a un pueblo heroico. Ni la Ley Helms Burton, ni la Posición Común europea, surgidas en el mismo año, en las mismas circunstancias y con iguales propósitos, ambas lesivas a nuestra soberanía y dignidad nacionales, tienen el más mínimo futuro, pues los cubanos rechazamos la imposición, la intolerancia y la presión como norma en las relaciones internacionales.

ANTECEDENTES

Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba


11 de marzo de 2010


Orlando Zapata Tamayo, de 42 años, no forma parte de los mercenarios que fueron juzgados en marzo del 2003 (no es uno de los 75).



Cumplía una sanción conjunta de privación de libertad de 25 años, después de haber sido sancionado en el 2004, a tres años, por Desorden Público, Desacato y Resistencia. Su historial delictivo es el de un delincuente común.



Desde julio de 1990, fue procesado y condenado en reiteradas ocasiones por delitos comunes, entre ellos por Alteración del Orden, Daños, Resistencia, dos cargos de Estafa, Exhibicionismo Público, Lesiones y Tenencia de Armas Blancas. Ya en cumplimiento de la sanción de privación de libertad, fue sancionado varias veces por Desorden en Establecimiento Penitenciario y Desacato.



En el 2001, se vincula a la contrarrevolución, contactado entre otros mercenarios por Oswaldo Payá Sardiñas y Marta Beatriz Roque.



En el 2003, ingresa nuevamente en prisión y a partir de entonces protagoniza varias acciones violentas en ella, agrediendo físicamente a funcionarios penitenciarios. Se negó en reiteradas ocasiones a consumir los alimentos del penal y solo consumía los alimentos que recibía de sus familiares.



Se declaró en huelga de hambre el 18 de diciembre de 2009, negándose a recibir asistencia médica. No obstante, fue trasladado primeramente al Puesto Médico del penal, posteriormente, al Hospital Provincial de la ciudad de Camaguey, y después al Hospital Nacional de Reclusos de La Habana.



En todos los lugares, se le realizaron estudios clínicos y se le prestó toda la asistencia médica necesaria, incluida terapia intermedia e intensiva y alimentación voluntaria por vía parenteral (endovenosa) y enteral (mediante levín) y se le garantizaron todos los medicamentos y tratamientos necesarios hasta su fallecimiento, lo cual fue reconocido por su propia madre.



El 3 de febrero, presentó fiebre que desapareció en 24 horas. Posteriormente, se le diagnosticó una neumonía que se trató con los antibióticos y procedimientos más avanzados. Al comprometerse ambos pulmones, fue asistido con respiración artificial hasta su muerte.



Después de su ingreso al establecimiento penitenciario, la madre de Zapata Tamayo, Reyna Luisa Tamayo, se vinculó a actividades de grupos contrarrevolucionarios, por las cuales recibía dinero de organizaciones contrarrevolucionarias que actúan en territorio de Estados Unidos como la Fundación Nacional Cubano Americana.

Para quién la muerte es útil?

 Granma, sábado 27 de febrero de 2010.

ENRIQUE UBIETA GÓMEZ

La absoluta carencia de mártires que padece la contrarrevolución cubana, es proporcional a su falta de escrúpulos. Es difícil morirse en Cuba, no ya porque las expectativas de vida sean las del Primer Mundo —nadie muere de hambre, pese a la carencia de recursos, ni de enfermedades curables—, sino porque impera la ley y el honor. Los mercenarios cubanos pueden ser detenidos y juzgados según leyes vigentes —en ningún país pueden violarse las leyes: recibir dinero y colaborar con la embajada de un país considerado como enemigo; en Estados Unidos, por ejemplo, puede acarrear severas sanciones de privación de libertad—, pero ellos saben que en Cuba nadie desaparece, ni es asesinado por la policía. No existen "oscuros rincones" para interrogatorios "no convencionales" a presos-desaparecidos, como los de Guantánamo o Abu Ghraib. Por demás, uno entrega su vida por un ideal que prioriza la felicidad de los demás, no por uno que prioriza la propia.

En las últimas horas, sin embargo, algunas agencias de prensa y gobiernos se han apresurado en condenar a Cuba por la muerte en prisión, el pasado 23 de febrero, del cubano Orlando Zapata Tamayo. Toda muerte es dolorosa y lamentable. Pero el eco mediático se tiñe esta vez de entusiasmo: al fin —parecen decir—, aparece un "héroe". Por ello se impone explicar brevemente, sin calificativos innecesarios, quién fue Zapata Tamayo. Pese a todos los maquillajes, se trata de un preso común que inició su actividad delictiva en 1988. Procesado por los delitos de "violación de domicilio" (1993), "lesiones menos graves" (2000), "estafa" (2000), "lesiones y tenencia de arma blanca" (2000: heridas y fractura lineal de cráneo al ciudadano Leonardo Simón, con el empleo de un machete), "alteración del orden" y "desórdenes públicos" (2002), entre otras causas en nada vinculadas a la política, fue liberado bajo fianza el 9 de marzo del 2003 y volvió a delinquir el 20 del propio mes. Dados sus antecedentes y condición penal, fue condenado esta vez a 3 años de cárcel, pero la sentencia inicial se amplió de forma considerable en los años siguientes por su conducta agresiva en prisión.

En la lista de los llamados presos políticos elaborada para condenar a Cuba en el 2003 por la manipulada y extinta Comisión de Derechos Humanos de la ONU, no aparece su nombre —como afirma, sin verificar las fuentes y los hechos, la agencia española EFE—, a pesar de que su última detención coincide en el tiempo con la de aquellos. De haber existido una intencionalidad política previa, no hubiese sido liberado once días antes. Ávidos de enrolar a la mayor cantidad posible de supuestos o reales correligionarios en las filas de la contrarrevolución, por una parte, y convencido por la otra de las ventajas materiales que entrañaba una "militancia" amamantada por embajadas extranjeras, Zapata Tamayo adoptó el perfil "político" cuando ya su biografía penal era extensa.

En el nuevo papel fue estimulado una y otra vez por sus mentores políticos a iniciar huelgas de hambre que minaron definitivamente su organismo. La medicina cubana lo acompañó. En las diferentes instituciones hospitalarias donde fue tratado existen especialistas muy calificados —a los que se agregaron consultantes de diferentes centros—, que no escatimaron recursos en su tratamiento. Recibió alimentación por vía parenteral. La familia fue informada de cada paso. Su vida se prolongó durante días por respiración artificial. De todo lo dicho existen pruebas documentales.

Pero hay preguntas sin responder, que no son médicas. ¿Quiénes y por qué estimularon a Zapata a mantener una actitud que ya era evidentemente suicida? ¿A quién le convenía su muerte? El desenlace fatal regocija íntimamente a los hipócritas "dolientes". Zapata era el candidato perfecto: un hombre "prescindible" para los enemigos de la Revolución, y fácil de convencer para que persistiera en un empeño absurdo, de imposibles demandas (televisión, cocina y teléfono personales en la celda) que ninguno de los cabecillas reales tuvo la valentía de mantener. Cada huelga anterior de los instigadores había sido anunciada como una probable muerte, pero aquellos huelguistas siempre desistían antes de que se produjesen incidentes irreversibles de salud. Instigado y alentado a proseguir hasta la muerte —esos mercenarios se frotaban las manos con esa expectativa, pese a los esfuerzos no escatimados de los médicos—, su nombre es ahora exhibido con cinismo como trofeo colectivo.

Como buitres estaban algunos medios —los mercenarios del patio y la derecha internacional—, merodeando en torno al moribundo. Su deceso es un festín. Asquea el espectáculo. Porque los que escriben no se conduelen de la muerte de un ser humano —en un país sin muertes extrajudiciales—, sino que la enarbolan casi con alegría, y la utilizan con premeditados fines políticos. Zapata Tamayo fue manipulado y de cierta forma conducido a la autodestrucción premeditadamente, para satisfacer necesidades políticas ajenas. ¿Acaso esto no es una acusación contra quienes ahora se apropian de su "causa"? Este caso, es consecuencia directa de la asesina política contra Cuba, que estimula a la emigración ilegal, al desacato y a la violación de las leyes y el orden establecidos. Allí está la única causa de esa muerte indeseable.

Pero, ¿por qué hay gobiernos que se unen a la campaña difamatoria, si saben —porque lo saben—, que en Cuba no se ejecuta, ni se tortura, ni se emplean métodos extrajudiciales? En cualquier país europeo pueden hallarse casos —a veces, francas violaciones de principios éticos—, no tan bien atendidos como el nuestro. Algunos, como aquellos irlandeses que luchaban por su independencia en los años ochenta, murieron en medio de la indiferencia total de los políticos. ¿Por qué hay gobernantes que eluden la denuncia explícita del injusto confinamiento que sufren Cinco cubanos en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo, y se apresuran en condenar a Cuba si la presión mediática pone en peligro su imagen política? Ya Cuba lo dijo una vez: podemos enviarles a todos los mercenarios y sus familias, pero que nos devuelvan a nuestros Héroes. Nunca podrá usarse el chantaje político contra la Revolución cubana.

Esperamos que los adversarios imperiales sepan que nuestra Patria no podrá ser jamás intimidada, doblegada, ni apartada de su heroico y digno camino por las agresiones, la mentira y la infamia.

Nova escalada subversiva contra Cuba,

 Com ampla cobertura da mídia


• Discurso do Ministro das Relações Exteriores da República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, no segmento de alto nível do 13 período de sessões do Conselho de Direitos Humanos, Genebra, 3 de março de 2010

SENHOR presidente:

Foram necessários 60 milhões de mortos na II Guerra Mundial, para desenvolver o conceito de direitos humanos, particularmente do direito à vida e à dignidade humana.

Muito temos adiantado no desenvolvimento conceitual dos direitos humanos e muito pouco em garantir seu exercício.

O tema virou um dos pilares fundamentais das Nações Unidas, junto ao desenvolvimento, a paz e a segurança internacionais. Contudo, é a área mais prejudicada por causa da manipulação ideológica, da hipocrisia política e da dupla moral dos países industrializados.

Aqueles que pretendem ser guardiães dos direitos humanos, e tentam questionar outros, são precisamente os responsáveis diretos pelas mais graves, sistemáticas e flagrantes violações dos direitos humanos, sobretudo do direito à vida.

São os autores do sistema colonial que serviu para espoliar os países do Sul e condená-los ao subdesenvolvimento. São os responsáveis pela ordem econômica internacional atual que silenciosamente assassina dezenas de milhões de seres humanos, vítimas da fome, da pobreza e das doenças previsíveis e curáveis. São os que impõem as modernas guerras de conquista que causam milhões de mortos, geralmente civis, assombrosamente chamados "danos colaterais".

Também são os beneficiários do pensamento único, dos modelos exclusivos, dos valores excludentes, da guerra midiática, da construção de verdades imanentes, da subcultura da publicidade comercial, da imposição de reflexos condicionados, da imprensa estabelecida, mendaz, dócil e embrutecedora que justifica ou dissimula o massacre.

A manipulação do terrorismo serviu aos Estados Unidos e seus aliados europeus para lançar as guerras de dominação e conquista dos recursos energéticos no Iraque e no Afeganistão, causando a morte de milhões de vidas humanas. Também serviu para justificar as desaparições forçadas, as torturas, os cárceres secretos e centros de detenção onde não se reconhece o Direito Internacional Humanitário nem a condição de seres humanos. Foi o pretexto para "leis patrióticas" como as que acaba de prorrogar o governo norte-americano, que destroem liberdades e garantias conquistadas pelo movimento a favor dos direitos civis em lutas que demoraram séculos.

Quem vai responder pelas atrocidades cometidas em Abu Ghraib, Bagram, Guantánamo e em outros centros de tortura e morte? Quando serão julgados os responsáveis para pôr fim à impunidade?

O vice-chanceler da Suécia fez um discurso curioso e arrogante, com opiniões críticas sobre nove países. Contudo, não disse uma palavra sobre a cumplicidade do governo sueco com os voos secretos que fizeram escala no seu território levando pessoas sequestradas. Esperamos que algum dia conclua sua prolongada investigação a respeito e informe sobre seu resultado a este Conselho.

Quem vai responder nos países europeus pelos voos secretos, pelos cárceres clandestinos nos seus territórios e pela participação nos atos de tortura?.

O que tem acontecido na Palestina durante anos constitui um verdadeiro genocídio. Milhares de palestinos morreram por causa dos ataques militares indiscriminados e de ferrenhos cercos e bloqueios que os privam dos mais elementares meios de sobrevivência.

As ditaduras militares na América Latina, impostas e mantidas pelos Estados Unidos durante décadas, assassinaram 400 mil pessoas. Somente em Cuba provocaram 20 mil mortos.

O direito à vida é constantemente violado no mundo. A existência mesma da espécie humana está seriamente ameaçada pela mudança climática, pela qual são responsáveis histórica e atualmente os mesmos que desatam e levam às guerras de conquista. A vergonhosa reunião de Copenhague, com suas práticas fraudulentas e excludentes, foi um ato contra o direito da humanidade à vida e à sobrevivência.

Sr. Presidente:

Por meio século, Cuba tem sido vítima de agressões norte-americanas e de ações terroristas. O saldo foi de 5.577 cubanos mortos ou mutilados.

Os autores da sabotagem no ar de um avião da Cubana de Aviação em 1976 gozam de impunidade ao abrigo do governo dos Estados Unidos. Uma epidemia de dengue, resultante de guerra bacteriológica, matou 101 crianças cubanas. Numa cadeia de atentados à bomba em Havana, em 1997, perdeu a vida um jovem italiano.

A chamada Lei de Ajuste Cubano e a política de "pés secos-pés molhados" instam à emigração ilegal, cobrando vidas humanas.

O bloqueio econômico, comercial e financeiro imposto a Cuba é um ato de genocídio, especificado nas alíneas b) e c) do Artigo no. 2 da Convenção contra o Crime de Genocídio e uma violação em massa, flagrante e sistemática dos direitos humanos.

A política dos Estados Unidos contra Cuba, que o governo do presidente Obama não mudou, custa vidas ao povo cubano.

Uma nova escalada subversiva, com ampla cobertura da mídia, foi lançada contra Cuba. Não respeita princípio ético algum. Pretendem apresentar mercenários como patriotas, agentes remunerados pelo governo dos EUA em território cubano como dissidentes.

A poderosa maquinaria do império não hesita em utilizar um prisioneiro reincidente e sancionado num devido processo por crime comum, e depois recluído em prisão, para apresentá-lo como lutador pelos direitos humanos. Para obter espúrios benefícios políticos, foi levado à morte, apesar dos esforços esmerados dos médicos para salvá-lo. Como expressou o presidente cubano, Raúl Castro Ruz, foi um fato lamentável. Ele foi outra vítima da política subversiva dos Estados Unidos contra Cuba.

Desde que a Revolução Cubana triunfou em 1959, em Cuba jamais houve um só caso de assassinato, tortura ou execução extrajudicial; jamais houve um "esquadrão da morte" nem uma Operação Condor". Cuba tem uma trajetória exemplar e limpa quanto à proteção do direito à vida, inclusive, mediante cooperação altruísta, além de suas fronteiras.

Sr. Presidente:

Tivesse gostado me referir a aspectos concretos do sério trabalho que realiza este Conselho, tratar do assunto da revisão deste órgão, que deverá ter lugar no ano próximo, para denunciar as tentativas de submetê-lo, modificar sua composição e seus procedimentos, para lhe impor interesses políticos. Tivesse gostado me referir ao mecanismo de Exame Periódico Universal, que já demonstrou sua utilidade, apesar de suas imperfeições e da falta de autocrítica dos poderosos já evidenciadas. Tivesse gostado defender o Conselho e salientar a importância de preservá-lo isento de politização, discriminação, selectividade e dupla moral.

Posso garantir que Cuba continuará contribuindo com seu esforço e dedicação para que o Conselho de Direitos Humanos mantenha seu caminho independente e se consolide a cooperação como verdadeira via para a promoção e proteção dos direitos humanos no mundo.

Devo proclamar, em nome do povo heroico e nobre de Cuba, que nenhuma campanha vai nos afastar de nossos ideais de independência e liberdade.

Muito obrigado.

Cuba no acepta presiones ni chantajes

Campaña mediática sobre huelga de hambre de contrarrevolucionario

ALBERTO NÚÑEZ BETANCOURT

alberto.enb@granma.cip.cu

Importantes medios occidentales de prensa vuelven a llamar la atención con la mentira prefabricada. Así responden a los intereses imperialistas contra nuestro país.

Mientras en Cuba tiene lugar, por ejemplo, la campaña de vacunación antipolio, que preserva la salud de más de medio millón de niños y en el Haití devastado centenares de galenos cubanos reafirman su espíritu humanista de lucha por la vida, titulares malintencionados se esmeran en orquestar una campaña en favor del contrarrevolucionario Guillermo Fariñas Hernández, en huelga de hambre, en su casa, en Santa Clara, desde hace 13 días, con la que, según ha declarado, trata de imponer la liberación de más de 20 presos contrarrevolucionarios, sancionados con todas las garantías procesales por nuestros tribunales; por actuar al servicio de intereses extranjeros, contra la independencia y el orden constitucional de nuestro país.

La manipulación es tal que reportes periodísticos llegan a plantear que el Gobierno cubano ha indicado que se deje morir a este asalariado de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, sin apuntar ni una palabra sobre los múltiples esfuerzos de nuestros profesionales de la salud por asistir a esa persona.

Guillermo Fariñas Hernández, conocido en el ambiente de los vendepatria como "Coco", transita de una posición afín a la Revolución, a una conducta antisocial.

El primer acto público que reveló el claro desajuste de su personalidad, y que no tenía ningún matiz político, ocurrió a finales del año 1995, cuando agredió físicamente a una mujer, funcionaria de la institución de salud donde laboraba como sicólogo, ocasionándole múltiples lesiones en el rostro y los brazos. El delito motivó una sanción de tres años de privación de libertad sin internamiento, además de imponérsele una multa de 600 pesos.

Para evadir la justicia inventó su primera huelga de hambre y poco tiempo después traspasó el umbral del activismo contrarrevolucionario.

Con la colaboración de esos grupúsculos divulgaba su caso, hacía un sinnúmero de tergiversaciones por las emisoras radiales subversivas, además de manifestar la disposición de morir si no le daban respuestas a demandas que se le antojaban.

Un segundo hecho en el año 2002 ratifica la característica violenta de este sujeto y el evidente desprecio por su Patria y los ciudadanos que la defienden. En plena ciudad de Santa Clara, Fariñas golpeó fuertemente con un bastón a un anciano que había impedido un acto terrorista de un enviado personal del criminal Luis Posada Carriles.

Los daños en el lesionado provocaron una urgente intervención quirúrgica para extirparle el bazo.

Una vez sancionado a 5 años y 10 meses de privación de libertad en la Causa 569 de 2002 del Tribunal Popular Provincial de Villa Clara, echa mano de nuevo a su método de hacer show: la huelga de hambre.

En aquella ocasión, la posición mantenida por Fariñas Hernández le provocó una ligera deshidratación, por lo que se le indicó tratamiento con sueros. Interrumpe la huelga y el 4 de noviembre del año 2002 decidió reiniciarla exigiendo que le pusieran un televisor en la sala de Enfermería de la prisión donde se recuperaba.

El 5 de diciembre del 2003, en atención a sus padecimientos de salud, se le concedió una licencia extra-penal (en el artículo 31, incisos 3.b y 4, del Código Penal, se establece la facultad de conceder la suspensión del internamiento al sancionado a privación de libertad por causas justificadas, sobre la base de que observe buena conducta), en cumplimiento de nuestras leyes y con base en la concepción humanitaria de nuestra justicia y sistema penitenciario.

Tres años después, este agente al servicio de los Estados Unidos protagoniza un ayuno prolongado para exigir a funcionarios de ETECSA el acceso a Internet desde su domicilio. Fariñas es un asiduo reportero de la infame emisora nombrada Radio Martí y de otras estaciones anticubanas.

Su hoja de servicios es amplia también en la asistencia a actividades de todo tipo de la SINA y algunas sedes diplomáticas europeas que dirigen la subversión en Cuba, de las que recibe instrucciones, dinero y abastecimientos.

Existen principios bioéticos que obligan al médico a respetar la decisión de una persona que ha decidido iniciar una huelga de hambre.

Por tanto, de ningún modo puede forzársele a ingerir alimentos, como hacen cotidianamente las autoridades norteamericanas en las cárceles y centros de tortura de Guantánamo, Abu Ghraib y Bagram, en violación de los derechos de los detenidos.

La medicina solo puede actuar cuando el paciente ha entrado en shock, fase en que como regla resulta tarde, pues el ser humano está en los límites de la supervivencia, lo que se llama punto de no retorno.

Como consecuencia de episodios sucesivos de huelgas de hambre, el organismo de Fariñas se encuentra en un proceso de deterioro notable.

Si hoy está vivo, hay que decirlo, es gracias a la atención médica calificada que ha recibido sin importar su condición de mercenario.

En este caso, no es la medicina la que debe resolver el problema intencionalmente creado con el propósito de desacreditar nuestro sistema político, sino el propio paciente y los apátridas, diplomáticos extranjeros y medios de prensa que lo manipulan. Las consecuencias serán de su entera y única responsabilidad.

Cuba, que ha demostrado con creces que tiene como divisa principal la vida y la dignidad del ser humano, no aceptará presiones ni chantajes.

El último encuentro con Lula

Reflexiones del compañero Fidel
Lo conocí en Managua en julio de 1980, hace 30 años, durante la conmemoración del primer aniversario de la Revolución Sandinista, gracias a mis contactos con los partidarios de la Teología de la Liberación, que se iniciaron en Chile cuando en el año 1971 visité al presidente Allende.

Por Frei Betto sabía quién era Lula, un líder obrero en el que los cristianos de izquierda ponían desde temprano sus esperanzas.

Se trataba de un humilde obrero de la industria metalúrgica que se destacaba por su inteligencia y prestigio entre los sindicatos, en la gran nación que emergía de las tinieblas de la dictadura militar impuesta por el imperio yanki, en la década del 60.

Las relaciones de Brasil con Cuba habían sido excelentes hasta que el poder dominante en el hemisferio, las hizo sucumbir. Pasaron décadas desde entonces hasta que volviesen lentamente a ser lo que son hoy.

Cada país vivió su historia. Nuestra patria soportó inusitadas presiones en las etapas increíbles vividas desde 1959, en su lucha frente a las agresiones del más poderoso imperio que ha existido en la historia.

Por ello, tiene para nosotros una enorme trascendencia la reunión que se acaba de efectuar en Cancún y la decisión de crear una Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe. Ningún otro hecho institucional de nuestro hemisferio durante el último siglo refleja similar trascendencia.

El acuerdo se alcanza en medio de la más grave crisis económica que ha tenido lugar en el mundo globalizado, coincidiendo con el mayor peligro de catástrofe ecológica de nuestra especie y a la vez con el terremoto que destruyó a Puerto Príncipe, capital de Haití, el más doloroso desastre humano de la historia de nuestro hemisferio, en el país más pobre del continente y el primero donde se erradicó la esclavitud.

Cuando escribía esta Reflexión, a sólo seis semanas de la muerte de más de doscientas mil personas de acuerdo a cifras oficiales en aquel país, llegaron noticias dramáticas de los daños causados por otro sismo en Chile, que ocasionó la muerte de personas cuyo número se acerca ya a mil, según cifras de las autoridades, y enormes daños materiales. Conmovían especialmente las imágenes de los sufrimientos de millones de chilenos afectados material o emocionalmente por aquel golpe cruel de la naturaleza. Chile, afortunadamente, es un país con más experiencia frente a ese tipo de fenómeno, mucho más desarrollado económicamente y con más recursos. De no haber contado con infraestructuras y edificaciones más sólidas, un incalculable número de personas, tal vez decenas o incluso cientos de miles de chilenos, habrían perecido. Se habla de dos millones de damnificados y posibles pérdidas que oscilan entre 15 y 30 mil millones de dólares. En su tragedia cuenta también con la solidaridad y las simpatías de los pueblos, entre ellos el nuestro, aunque dado el tipo de cooperación que necesita es poco lo que puede hacer Cuba, cuyo gobierno fue uno de los primeros en expresar al de Chile sus sentimientos de solidaridad, cuando las comunicaciones estaban aún colapsadas.

El país que hoy pone a prueba la capacidad del mundo para enfrentar el cambio climático y garantizar la supervivencia de la especie humana es sin duda Haití, por constituir un símbolo de la pobreza que hoy padecen miles de millones de personas en el mundo, incluida una parte importante de los pueblos de nuestro continente.

Lo ocurrido en Chile con el terremoto de la increíble intensidad de 8,8 en la escala de Richter, aunque afortunadamente a más profundidad que el que destruyó Puerto Príncipe, me obliga a enfatizar la importancia y el deber de estimular los pasos de unidad logrados en Cancún, aunque no me hago ilusiones sobre lo difícil y compleja que será nuestra lucha de ideas frente al esfuerzo del imperio y sus aliados dentro y fuera de nuestros países por frustrar la tarea unitaria e independentista de nuestros pueblos.

Deseo dejar constancia escrita de la importancia y el simbolismo que para mí tuvo la visita y el último encuentro con Lula, desde el punto de vista personal y revolucionario. Él dijo que, próximo ya a finalizar su mandato, deseaba visitar a su amigo Fidel; calificativo honroso que recibí de su parte. Creo conocerlo bien. No pocas veces conversamos fraternalmente dentro y fuera de Cuba.

Una vez tuve el honor de visitarlo en su casa, situada en un modesto barrio de Sao Paulo, donde residía con su familia. Fue para mí un emotivo encuentro con él, su esposa y sus hijos. No olvidaré nunca la atmósfera familiar y sana de aquel hogar, y el sincero afecto con que lo abordaban sus vecinos, cuando Lula era ya un prestigioso líder obrero y político. Nadie sabía entonces si llegaría o no a la Presidencia de Brasil, pues los intereses y fuerzas que se le oponían eran muy grandes, pero me agradaba hablar con él. A Lula tampoco le importaba mucho el cargo; le satisfacía, sobre todo, el placer de luchar y lo hacía con intachable modestia; que demostró sobradamente cuando, habiendo sido vencido tres veces por sus poderosos adversarios, sólo accedió a permitir la postulación del Partido de los Trabajadores una cuarta ocasión por fuerte presión de sus más sinceros amigos.

No intentaré hacer recuento de las veces que hablamos antes de que lo eligieran Presidente; una de ellas, entre las primeras, fue a mediados de la década de los 80 cuando luchábamos en La Habana contra la deuda externa de América Latina, que entonces ascendía a 300 mil millones de dólares y había sido más de una vez pagada. Es un luchador nato.

Tres veces, como dije, sus adversarios, apoyados en enormes recursos económicos y mediáticos, lo derrotaron en las urnas. Sus más cercanos colaboradores y amigos sabíamos sin embargo que había llegado la hora de que aquel humilde obrero fuese el candidato del Partido de los Trabajadores y de las fuerzas de izquierda.

Con seguridad sus oponentes lo subestimaron, pensaron que no podría contar con mayoría alguna en el órgano legislativo. No existía ya la URSS. ¿Qué podía significar Lula al frente de Brasil, una nación de grandes riquezas, pero de escaso desarrollo en manos de una burguesía rica e influyente?

Sin embargo, el neoliberalismo entraba en crisis, la Revolución Bolivariana había triunfado en Venezuela, Menem estaba en caída vertical, Pinochet había desaparecido de la escena y Cuba resistía. Pero Lula es electo cuando Bush triunfa fraudulentamente en Estados Unidos, despojando a su rival Al Gore de la victoria.

Se iniciaba una etapa difícil. Impulsar la carrera armamentista y con ella el papel del Complejo Militar Industrial, y reducir los impuestos a los sectores ricos, fueron los primeros pasos del nuevo Presidente de Estados Unidos.

Con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, reinició las guerras de conquista e institucionalizó el asesinato y las torturas como instrumento de dominio imperialista. Son impublicables los hechos relacionados con las cárceles secretas, que delataban la complicidad de los aliados de Estados Unidos con esa política. De este modo, se aceleró la peor crisis económica de las que en forma cíclica y creciente acompañan al capitalismo desarrollado, pero esta vez con los privilegios de Bretton Woods y sin ninguno de sus compromisos.

Brasil, por su parte, en los últimos ocho años bajo la dirección de Lula, vencía obstáculos, incrementaba su desarrollo tecnológico, y potenciaba el peso de la economía brasileña. La parte más difícil fue su primer período, pero tuvo éxito y ganó experiencia. Con su incansable batallar, serenidad, sangre fría y creciente consagración a la tarea, en condiciones internacionales tan difíciles, Brasil alcanzó un PIB que se aproxima a los dos millones de millones de dólares. Los datos varían según las fuentes, pero todas lo sitúan entre las 10 mayores economías del mundo. A pesar de eso, con una superficie de 8 millones 524 mil kilómetros cuadrados, frente a Estados Unidos, que apenas posee algo más de territorio, Brasil sólo alcanza aproximadamente el 12% del Producto Interno Bruto de ese país imperialista que saquea al mundo y despliega sus fuerzas armadas en más de mil bases militares de todo el planeta.

Tuve el privilegio de asistir a su toma de posesión a fines del 2002. También estuvo Hugo Chávez, que acababa de enfrentar el golpe de Estado traidor del 11 de abril de ese año, y posteriormente el golpe petrolero organizado por Washington. Ya Bush era Presidente. Las relaciones entre Brasil, la República Bolivariana y Cuba siempre fueron buenas y de mutuo respeto.

Yo tuve un accidente serio en octubre del 2004, que limitó seriamente mis actividades durante meses, y enfermé gravemente a fines de julio del 2006, en virtud de lo cual no vacilé en delegar mis funciones al frente del Partido y del Estado en la proclama del 31 de julio de ese año, con carácter provisional, al que pronto le asigné carácter definitivo cuando comprendí que no estaría en condiciones de asumirlas nuevamente.

En cuanto la gravedad de mi salud me permitió estudiar y meditar, me consagré a eso y a revisar materiales de nuestra Revolución, y de vez en cuando a publicar algunas Reflexiones.

Después que enfermé he tenido el privilegio de ser visitado por Lula cuantas veces ha viajado a nuestra Patria y de conversar ampliamente con él. No diré que siempre coincidí con toda su política. Soy, por principio, opuesto a la producción de biocombustible a partir de productos que puedan ser utilizados como alimentos, consciente de que el hambre es y podrá ser cada vez más una gran tragedia para la humanidad.

Este sin embargo ¬¬―lo expreso con toda franqueza¬― no es un problema creado por Brasil y mucho menos por Lula. Forma parte inseparable de la economía mundial impuesta por el imperialismo y sus aliados ricos que, subsidiando sus producciones agrícolas, protegen sus mercados internos y compiten en el mercado mundial con las exportaciones alimentarias de los países del Tercer Mundo, obligados a importar en cambio los artículos industriales producidos con las materias primas y los recursos energéticos de ellos mismos que heredaron la pobreza de siglos de colonialismo. Comprendo perfectamente que Brasil no tenía otra alternativa, frente a la competencia desleal y los subsidios de Estados Unidos y Europa, que incrementar la producción de etanol.

La tasa de mortalidad infantil todavía en Brasil es de 23,3 por cada mil nacidos vivos y la materna de 110 por cada 100 mil partos, mientras en los países industrializados y ricos es menos de 5 y 15 respectivamente. Otros muchos datos similares podrían citarse.

El azúcar de remolacha, subsidiada por Europa, arrebató a nuestro país el mercado azucarero, derivado de la caña de azúcar, trabajo agrícola e industrial precario y eventual que mantenía en el desempleo gran parte del tiempo a los trabajadores azucareros. Estados Unidos por su parte, se apoderó también de nuestras mejores tierras y sus empresas eran dueñas de la industria. Un día, abruptamente, nos despojaron de la cuota azucarera y bloquearon a nuestro país para aplastar la Revolución y la independencia de Cuba.

Hoy Brasil ha desarrollado el cultivo de la caña de azúcar, la soya y el maíz con máquinas de alto rendimiento que pueden emplearse en esos cultivos con altísima productividad. Cuando un día observé la filmación de una extensión de 40 mil hectáreas de tierra en Ciego de Ávila dedicada al cultivo de soya en rotación con maíz donde se tratará de laborar durante todo el año, exclamé: es el ideal de una empresa agrícola socialista, altamente mecanizada con elevada productividad por hombre y por hectárea.

Los problemas de la agricultura y sus instalaciones en el Caribe son los huracanes que, en número creciente, arrasan su territorio.

También nuestro país ha elaborado y firmado con Brasil la financiación y construcción de un modernísimo puerto en el Mariel, que será de enorme importancia para nuestra economía.

En Venezuela están utilizando la tecnología agrícola e industrial brasileña para producir azúcar y utilizar el bagazo como fuente de energía termoeléctrica. Son equipos de avanzada que laboran en una empresa también socialista. En la República Bolivariana utilizan el etanol para mejorar el efecto ambientalmente nocivo de la gasolina.

El capitalismo desarrolló las sociedades de consumo y también el derroche de combustible que engendró el riesgo de un dramático cambio climático. La naturaleza tardó 400 millones de años en crear lo que nuestra especie está consumiendo en apenas dos siglos. La ciencia no ha resuelto todavía el problema de la energía que sustituirá a la que hoy genera el petróleo; nadie sabe cuánto tiempo requerirá y cuánto costaría resolverlo a tiempo. ¿Dispondrá de él? Eso fue lo que se discutió en Copenhague y la Cumbre resultó un fracaso total.

Lula me contó que cuando el etanol cuesta un 70% del valor de la gasolina, ya no es negocio producirlo. Expresó que disponiendo Brasil del mayor bosque del planeta, reducirá progresivamente la tala actual en un 80%.

Hoy posee la mayor tecnología del mundo para perforar en el mar, y puede extraer combustible situado a una profundidad de siete mil metros de agua y fondo marino. Hace 30 años habría parecido historia de ciencia ficción.

Explicó los programas educacionales de alto nivel que Brasil se propone llevar adelante. Valora altamente el papel de China en la esfera mundial. Declaró con orgullo que el intercambio comercial con ese país se eleva a 40 mil millones de dólares.

Una cosa es indiscutible: el obrero metalúrgico se ha convertido actualmente en un estadista destacado y prestigioso cuya voz se escucha con respeto en todas las reuniones internacionales.

Está orgulloso por haber recibido el honor de los Juegos Olímpicos para Brasil en el 2016 en virtud del excelente programa presentado en Dinamarca. Será sede también del Mundial de Fútbol en el 2014. Todo ha sido fruto de los proyectos presentados por Brasil, que superaron a los de sus competidores.

Una gran prueba de su desinterés fue la renuncia a buscar la reelección, y confía en que el Partido de los Trabajadores continuará gobernando a Brasil.

Algunos envidiosos de su prestigio y de su gloria, y peor aún, los que están al servicio del imperio, lo criticaron por visitar Cuba. Utilizaron para ello las viles calumnias que desde hace medio siglo se usan contra Cuba.

Lula conoce desde hace muchos años que en nuestro país jamás se torturó a nadie, jamás se ordenó el asesinato de un adversario, jamás se mintió al pueblo. Tiene la seguridad de que la verdad es compañera inseparable de sus amigos cubanos.

De Cuba partió rumbo a nuestro vecino Haití. A él le informamos nuestras ideas sobre lo que proponemos con relación a un programa sostenible, eficiente, especialmente importante y muy económico para Haití. Conoce que más de cien mil haitianos fueron atendidos por nuestros médicos y los graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina después del terremoto. Hablamos cosas serias, conozco sus ardientes deseos de ayudar a ese noble y sufrido pueblo.

Guardaré un imborrable recuerdo de mi último encuentro con el Presidente de Brasil y no vacilo en proclamarlo.


Fidel Castro Ruz

Marzo 1 de 2010

12 y 15 p.m.

quinta-feira, 11 de março de 2010

ALADI:

Integração deve ser parte de estratégia de desenvolvimento

Havana, 10 mar (Prensa Latina) A integração econômica na América Latina e as Caribe deve contar hoje com uma visão de longo alcance e fazer parte da estratégia de desenvolvimento nacional, segundo um experiente da ALADI.

Na opinião de Fernando Suárez, da Associação Latino-americana de Integração (ALADI), é necessário na região, também, impulsionar a facilitação do comércio e favorecer o auge de investimentos conjuntas que propiciem o desenvolvimento.

O especialista, que participou em um recente evento internacional de economistas efetuado no Palácio de Convenções de Havana, também considera muito importante nesse objetivo incentivar a cooperação no terreno social.

De acordo com Suárez, o impacto negativo da crise econômica na região provocou uma forte contração das exportações globais ante a queda da demanda externa.

Os preços de seus principais produtos básicos caíram em 2008, depois recuperaram-se ligeiramente em 2009, mas continuam deprimidos, assinalou.

O comércio intra-regional, que se expandiu um 24 por cento anual antecipadamente à crise, se reduziu 29,8 em 2009.

Isto ocorreu pela merma de 146 mil 107 milhões de dólares no montante do comércio, a segunda maior queda na área desde 1983.

O impacto da crise acarretou, também, o deterioramento das condições sociais e o incremento da pobreza, que trepou a nove milhões de pessoas como resultado da debacle.

ocs/rs/bj

OS PERIGOS QUE NOS AMEAÇAM

terça-feira, 9 de março de 2010,

Reflexões do Companheiro Fidel


Não se trata de uma questão ideológica relacionada com a esperança irremediável de que um mundo melhor é e deve ser possível.

É conhecido que o homo sapiens existe há aproximadamente 200 mil anos, o que equivale a um minúsculo espaço do tempo decorrido desde que surgiram as primeiras formas de vida elementares em nosso planeta há por volta de três mil milhões de anos.

As respostas perante os mistérios insondáveis da vida e da natureza têm sido fundamentalmente de caráter religioso. Careceria de sentido pretender que fosse de outra forma, e estou convencido de que nunca deixará de ser assim. Enquanto maior for o aprofundamento da ciência na explicação do universo, do espaço, do tempo, da matéria e da energia, das infinitas galáxias e das teorias sobre a origem das constelações e das estrelas, os átomos e frações dos mesmos que deram origem à vida e a brevidade da mesma, e os milhões e milhões de combinações por segundo que regem sua existência, mais perguntas se fará o homem na busca de explicações que serão cada vez mais complexas e difíceis.

Enquanto mais se dedicam os seres humanos em procurar respostas a tão profundas e complexas tarefas que se relacionam com a inteligência, mais valerá a pena os esforços por tirá-los de sua colossal ignorância sobre as possibilidades reais que nossa espécie inteligente tem criado e resulta capaz de criar. Viver e ignorá-lo é a negação total de nossa condição humana.

Porém, uma coisa resulta absolutamente verdade, muito poucos se imaginam quão próximo pode estar o desaparecimento de nossa espécie. Há quase 20 anos, em uma Reunião de Cúpula Mundial sobre o Meio Ambiente no Rio de Janeiro, abordei esse perigo perante um público seleto de Chefes de Estado e de Governo que escutou com respeito e interesse, ainda que nada preocupado pelo risco que via à distância de séculos, talvez milênios. Com certeza, para eles a tecnologia e a ciência -mais do que um sentido elementar de responsabilidade política- seriam capazes de encará-lo. Com uma grande foto de personagens importantes, os mais poderosos e influentes entre eles, concluiu feliz aquela importante Cúpula. Não havia perigo algum.

Apenas se falava da mudança climática. George Bush, pai, e outros flamejantes líderes da Aliança Atlântica, desfrutavam a vitória sobre o campo socialista europeu. A União Soviética foi desintegrada e arruinada. Um imenso caudal do dinheiro russo passou para os bancos ocidentais, sua economia se desintegrou, e seu escudo defensivo frente às bases militares da NATO, tinha sido desmantelado.

À antiga superpotência que contribuiu com a vida de mais de 25 milhões dos seus filhos na segunda guerra mundial, apenas lhe restou a capacidade de resposta estratégica do poder nuclear, que se vira obrigada a criar depois que os Estados Unidos desenvolveu em segredo a arma atômica lançada sobre duas cidades japonesas, quando o adversário vencido pelo avanço incontível das forças aliadas não estava já em condições de combater.

Iniciou-se assim a Guerra Fria e o fabrico de milhares de armas termo-nucleares, cada vez mais destruidoras e precisas, capazes de aniquilar várias vezes a população do planeta. No entanto, o enfrentamento nuclear continuou, as armas se tornaram cada vez mais precisas e destruidoras. A Rússia não se resigna ao mundo unipolar que pretende impor Washington. Outras nações como a China, a Índia e o Brasil emergem com uma força econômica inusitada.

Pela primeira vez, a espécie humana, em um mundo globalizado e repleto de contradições, tem criado a capacidade de se destruir a si própria. A isso se acrescentam armas de crueldade sem precedentes, como as bacteriológicas e químicas, as de napalm e fósforo vivo, que são usadas contra a população civil e desfrutam de total impunidade, as eletromagnéticas e outras formas de extermínio. Nenhum canto nas profundezas da terra ou dos mares ficaria fora do alcance dos atuais meios de guerra.

Sabe-se que por estas vias foram criados dezenas de milhares de engenhos nucleares, inclusive de caráter portátil.

O maior perigo deriva da determinação de líderes com tais faculdades na tomada de decisão, que o erro e a loucura, tão freqüentes na natureza humana, podem conduzir a catástrofes incríveis.

Quase 65 anos decorreram desde que estouraram os dois primeiros engenhos nucleares, pela decisão de um sujeito medíocre que após a morte de Roosevelt ficou no comando da poderosa e rica potência norte-americana. Hoje são oito os países que, em sua maioria pelo apoio dos Estados Unidos, possuem essas armas, e vários mais desfrutam da tecnologia e dos recursos para fabricá-las em um mínimo de tempo. Grupos terroristas, alienados pelo ódio, poderiam ser capazes de recorrer a elas, da mesma forma que governos terroristas e irresponsáveis não hesitariam em empregá-las dada sua conduta genocida e incontrolável.

A indústria militar é a mais próspera de todas e os Estados Unidos da América o maior exportador de armas.

Se de todos os riscos mencionados se libertasse nossa espécie, existe um ainda maior, ou pelo menos mais iniludível: a mudança climática.

A humanidade possui hoje sete mil milhões de habitantes, e dentro em breve, em um prazo de 40 anos, atingirá nove mil milhões, uma cifra nove vezes maior do que há apenas 200 anos. Em tempos da antiga Grécia, atrevo-me a supor que éramos ao redor de 40 vezes menos em todo o planeta.

O espantoso de nossa época é a contradição entre a ideologia burguesa imperialista e a sobrevivência da espécie. Não se trata já de que exista a justiça entre os seres humanos, hoje mais do que possível é irrenunciável; senão do direito e das possibilidades de sobrevivência dos mesmos.

Quando o horizonte dos conhecimentos se alarga até limites jamais concebidos mais se aproxima do abismo para onde a humanidade é conduzida. Todos os sofrimentos conhecidos até hoje são apenas sombra do que a humanidade possa ter pela frente.

Três fatos aconteceram em apenas 71 dias, que a humanidade não pode passar por alto.

Em 18 de dezembro de 2009, a comunidade internacional sofreu o maior descalabro da história, em sua tentativa de procurar solução ao mais grave problema que ameaça o mundo neste instante: a necessidade de pôr término com toda urgência aos gases de efeito estufa que estão provocando o problema mais grave encarado até hoje pela humanidade. Todas as esperanças foram colocadas na Cúpula de Copenhague após anos de preparação com posterioridade ao Protocolo de Quioto, que o Governo dos Estados Unidos ―o maior contaminador do mundo― tinha-se dado o luxo de ignorar.

O resto da comunidade mundial, 192 países, desta vez incluídos os Estados Unidos, tinham-se comprometido a promover um novo acordo. Foi tão vergonhosa a tentativa norte-americana de impor seus interesses hegemônicos que, violando elementares princípios democráticos, tentou estabelecer condições inaceitáveis para o resto do mundo de forma antidemocrática, em virtude de compromissos bilaterais com um grupo dos países mais influentes das Nações Unidas.

Os Estados que integram a organização internacional foram convidados para assinar um documento que constitui uma burla, em que se fala de contribuições futuras meramente teóricas para deter a mudança climática.

Não tinham decorrido ainda três semanas quando, no entardecer de 12 de janeiro, o Haiti, o país mais pobre do hemisfério e o primeiro em pôr fim ao odioso sistema da escravidão, sofreu a maior catástrofe natural na história conhecida desta parte do mundo: um terremoto de 7,3 graus na escala Richter, a só 10 quilômetros de profundidade e a muito corta distância da beira de suas costas, açoitou a capital do país, em cujas fracas casas de barro vivia a maioria esmagadora das pessoas que resultaram mortas ou desaparecidas. Um país montanhoso e erodido, de 27 mil quilômetros quadrados, onde a lenha constitui praticamente a única fonte de combustível doméstico para nove milhões de pessoas.

Se em algum lugar do planeta uma catástrofe natural tem constituído uma imensa tragédia é o Haiti, símbolo de pobreza e subdesenvolvimento, onde moram os descendentes deslocados da África pelos colonialistas para trabalharem como escravos dos amos brancos.

O acontecimento abalou o mundo em todos os cantos, estremecido pelas imagens fílmicas divulgadas que beiravam no incrível. Os feridos, derramando sangue e graves, movimentavam-se entre os cadáveres clamando por auxílio. Debaixo dos escombros jaziam os corpos dos seus seres queridos sem vida. O número de vítimas mortais, segundo cálculos oficiais, ultrapassou as 200 mil pessoas.

O país já estava intervindo por forças da MINUSTAH, que as Nações Unidas enviaram para restabelecer a ordem subvertida por forças mercenárias haitianas que instigadas pelo Governo de Bush se lançaram contra o Governo eleito pelo povo haitiano. Alguns prédios onde moravam soldados e chefes das forças de paz também se desabaram, causando vítimas dolorosas.

Os comunicados oficiais estimam que, para além dos mortos, ao redor de 400 mil haitianos resultaram feridos e vários milhões, quase a metade da população total, sofreram afetações. Era uma verdadeira prova para a comunidade mundial, que depois da vergonhosa Cúpula de Dinamarca estava no dever de mostrar que os países desenvolvidos e ricos seriam capazes de encarar as ameaças da mudança climática para a vida no nosso planeta. O Haiti deve constituir um exemplo do que os países ricos devem fazer pelas nações do Terceiro Mundo diante da mudança climática.

Pode-se acreditar ou não, desafiando os dados, em minha opinião, irrefutáveis dos cientistas mais sérios do planeta e da imensa maioria das pessoas mais instruídas e sérias do mundo, que pensam que ao ritmo atual de aquecimento os gases de efeito estufa elevarão a temperatura não só 1,5 graus, mas até 5 graus, e que já a temperatura média é a mais alta nos últimos 600 mil anos, muito antes que os seres humanos existissem como espécie no planeta.

É absolutamente impensável que nove mil milhões de seres humanos que habitarão o mundo em 2050 possam sobreviver a semelhante catástrofe. Resta a esperança de que a própria ciência encontre solução ao problema da energia que hoje obriga a consumir em 100 anos mais o resto do combustível gasoso, líquido e sólido que a natureza tardou 400 milhões de anos em criar. A ciência talvez possa encontrar solução à energia necessária. A questão seria saber quanto tempo e a que custo os seres humanos poderão encarar o problema, que não é o único, visto que outros muitos minérios não renováveis e graves problemas precisam de solução. De uma coisa podemos ter certeza a partir de todos os conceitos hoje conhecidos: a estrela mais próxima está a quatro anos luz do nosso Sol, a uma velocidade de 300 mil quilômetros por segundo. Uma nave espacial talvez percorra essa distância em milhares de anos. O ser humano não tem outra alternativa do que viver neste planeta.

Pareceria desnecessário abordar o tema se a só 54 dias do terremoto do Haiti, outro inacreditável sismo de 8,8 graus da escala Richter, cujo epicentro estava a

150 quilômetros de distância e 47,4 de profundidade a noroeste da cidade de Concepción, não ocasionasse outra catástrofe humana no Chile.

Não foi o maior da história nesse país irmão; há quem diga que outro atingiu

9 graus, mas desta vez não foi apenas um fenômeno de efeito sísmico; enquanto no Haiti durante horas se esperou um maremoto que não se originou, no Chile o terremoto foi seguido por um enorme tsunami, que apareceu em suas costas entre quase 30 minutos e uma hora depois, segundo a distância e os dados que ainda não se conhecem com toda exatidão e cujas ondas chegaram até o Japão. Se não for pela experiência chilena face aos terremotos, suas construções mais sólidas e seus maiores recursos, o fenômeno natural teria costado a vida a dezenas de milhares ou talvez centenas de milhares de pessoas. Não por isso deixou de ocasionar por volta de mil vítimas mortais, segundo dados oficiais divulgados, milhares de feridos e talvez mais de dois milhões de pessoas sofreram prejuízos materiais. Quase a totalidade da sua população de 17 milhões 94 mil 275 habitantes, sofreu terrivelmente e ainda padece as conseqüências do sismo que durou mais de dois minutos, suas reiteradas réplicas, e as cenas terríveis e sofrimentos que deixou o tsunami ao longo dos seus milhares de quilômetros de costa. Nossa Pátria se solidariza plenamente e apóia moralmente o esforço material que a comunidade internacional está no dever de oferecer ao Chile. Se alguma coisa estivesse em nossas mãos, do ponto de vista humano, pelo irmão povo chileno, o povo de Cuba não hesitaria em fazê-lo.

Acho que a comunidade internacional está no dever de informar com objetividade a tragédia sofrida por ambos os povos. Seria cruel, injusto e irresponsável deixar de educar os povos do mundo sobre os perigos que nos ameaçam.

Que a verdade prevaleça por em cima da mesquinhez e das mentiras com que o imperialismo engana e confunde os povos!



Fidel Castro Ruz

7 de março de 2010

21h27

Mídia fez de delinquente cubano um 'preso de consciência'

9 de Março de 2010 - 12h31


Mais uma vez fazendo festa de sua proverbial falta de escrúpulos, o jornal El País, de Madrid, informou em sua edição digital de 27 de fevereiro que "a dissidência cubana segue mobilizada pela morte do prisioneiro de consciência Orlando Zapata Tamayo".
Por Atílio A. Borón*

Difundida também por meios brasileiros, a afirmação é tão rotunda quanto falsa, embutida da intenção apenas de jogar água no moinho da permanente campanha de ataques e agressões contra a Revolução Cubana e alimentar preconceitos de uma grande parte dos leitores deste diário, que nem sempre têm tempo, possibilidade ou interesse em conferir a veracidade das informações proporcionadas pelos grandes meios de comunicação.
Felizmente, uma oportuna matéria publicada pelo prestigioso intelectual cubano Enrique Ubieta Gómez permite jogar luz sobre este penoso episódio e desmontar a mentira urdida pelo periódico madrileno e todos os seus semelhantes mundo afora (Leia aqui).
Nela demonstra-se que o suposto "prisioneiro de consciência" não era nada disso, razão pela qual nunca figurou na lista de "prisioneiros políticos" elaborada pela já dissolvida Comissão de Direitos Humanos da ONU em 2003, substituída pelo Conselho de Direitos Humanos por conta de seus sérios vícios e sua manifesta arbitrariedade a serviço dos interesses dos EUA. Como é possível que um "prisioneiro de consciência" cuja identificação com o projeto político que o levou a imolar-se em não trair suas idéias teria passado despercebido pelos atentos olhos da hoje extinta Comissão?
A resposta é bem simples: Zapata Tamayo, nos diz Ubieta Gómez, era um preso comum, cujos problemas com a justiça começaram em 1988, ou seja, quinze anos antes da confecção da famosa lista. Em sua larga carreira delitiva foi processado por "violação de domicílio" (1993), "lesões menos graves" (2000), "furto" (2000), "lesões e porte de arma branca" (2000: ferimentos e fratura de crânio contra uma vítima, utilizando um machado), "perturbação da ordem" e "desordens públicas" (2002), entre outras causas que, como se pode observar, nada têm a ver com o protesto político e são apenas delitos comuns.
Em um gesto de generosidade, a justiça cubana permitiu que Zapata Tamayo fosse libertado sob fiança em 9 de março de 2003. Mesmo assim, poucos dias depois reincidiria em seus crimes e seria detido e condenado a três anos de prisão. Porém, nesta ocasião, sua sentença foi estendida por causa de sua conduta na cadeia. É exatamente neste marco que se produz sua milagrosa metamorfose: o meliante repetidamente encarcerado por cometer numerosos delitos comuns se converte em um ardente cidadão que decide consagrar sua vida à promoção da "liberdade" e da "democracia" em Cuba.

Espertamente recrutado por setores da "dissidência política" cubana, sempre desejosa de contar com um mártir em suas esquálidas fileiras, impulsionaram-no irresponsavelmente e com total desprezo pela sua pessoa ao levar adiante uma greve de fome até o final, em troca de sabe-se lá quais promessas ou contrapartidas de todo tipo que, seguramente, o passar do tempo não tardará em esclarecer.

No caso desta vítima, é didático da estatura moral de quem luta para conseguir a "mudança de regime" em Cuba; no mesmo sentido, serve para mostrar o que é a moral de veículos como o El País e outros similares, que colocam seu imenso poder midiático, formador e deformador de consciências, a serviço das mais indecorosas causas. Nada dizem, por exemplo, que a desgraçada vida do suicida foi vilmente manipulada pela "dissidência" e seus líderes, que pretendem fazer passar por um "preso de consciência" alguém que não foi outra coisa além de um delinqüente comum.

Também escondem que a sediciosa "dissidência política" é, na realidade, algo bem diferente: o Cavalo de Tróia da desejada restauração da dominação imperialista em Cuba. "Dissidentes" é o termo usado para definir quem foi flagrado recebendo importantes somas de dinheiro no Departamento de Interesses dos Estados Unidos em Havana para financiar suas atividades subversivas à constituição e leis da república.

Quer dizer, para trabalhar conjuntamente com o governo de um país que há meio século declarou guerra a Cuba e que mantém contra a Ilha um criminoso bloqueio econômico unanimemente condenado pela comunidade internacional e que também fez mais de 600 tentativas de assassinar o líder da Revolução Cubana.

Como reagiria Washington se hoje surpreendesse um grupo de seus cidadãos recebendo generosas quantias financeiras, equipamentos de comunicação e conselhos práticos sobre como derrubar um governo estadunidense na embaixada do Afeganistão em sua capital? O El País teria considerado esses subversivos como "dissidentes políticos" ou traidores da pátria?

Além do mais, diferentemente do ocorrido com os mercenários cubanos, o mais provável é que os hipotéticos cidadãos seriam imediatamente executados, acusados do infame delito de traição à pátria por sua desavergonhada e antipatriótica colaboração com uma potência agressora.

Por muito menos, a "democracia norte-americana" enviou para a cadeira elétrica os cônjuges Julius e Ethel Rosenberg em 1953 em julgamento (como o de agora perpetrado contra "os cinco cubanos") que foi uma verdadeira burla à justiça. Mas nada disso ocorre em Cuba. E nada disso se informa à opinião pública mundial.

Não existem na Ilha prisões secretas, nem legalização da tortura, tampouco transporte de presos para serem torturados em terceiros países, nem desaparecidos, vôos ilegais, prisões arbitrárias sem prazos e julgamentos e tantas outras práticas que rotineiramente são levadas a cabo nas masmorras estadunidenses, sistematicamente silenciadas e ocultadas pela "imprensa séria", cuja suposta missão é informar. Para a imprensa do império, como o El País, são todos detalhes sem importância.

Negócios são negócios e se é preciso mentir, mente-se uma e cem vezes, com a certeza de que está garantida a impunidade, conferida pela falta de defesa, a crença ou a apatia de seus leitores, anestesiados pela propaganda e cuidadosamente desinformados e embrutecidos pelos grandes veículos de comunicação.

Em uma luminosa passagem de "Dezoito de Brumário de Luis Bonaparte", Marx dizia que, diante de sua orfandade, a contra-revolução bonapartista extraía seus quadros e heróis do lumpemproletariado de Paris. O mesmo ocorre em nossos dias com os auto-proclamados sentinelas da liberdade e da democracia em Cuba e seus comparsas na "imprensa séria" internacional. Para isso, se for necessário dizer que Barrabás era Jesus Cristo, dizem. E se é preciso dizer que Zapata Tamayo era um "prisioneiro de consciência" também se diz, pronto e acabou.


*Atilio A. Boron é diretor do PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia em Ciências Sociais, Buenos Aires, Argentina.

quarta-feira, 10 de março de 2010

PRESTES VIVE!

Discurso proferido por Marcus São Thiago, Secretário Geral do Instituto Luiz Carlos Prestes (ILCP), em 07/03/2010, por ocasião da homenagem pela passagem dos 20 anos do falecimento de Prestes)




Marcus São Thiago

Advogado, Educador e Secretário Geral do ILCP



Em 7 de março de 1990, desaparecia da vida cotidiana política do Brasil, o inesquecível Senador Luiz Carlos Prestes, nosso Cavaleiro da Esperança, na homenagem de Jorge Amado, sem dúvida um ícone revolucionário da América Latina e do Mundo.

Sua efetiva atuação histórica começou na década de 20, com a Coluna Prestes – o momento culminante do tenentismo – que reuniu um exército guerrilheiro de aproximadamente 1.500 homens e mulheres, comandados por uma dúzia de oficiais do Exército e da Força Pública de São Paulo, entre os quais se destacava Prestes. A Coluna percorreu 25.000 quilômetros, através de 13 estados do Brasil, derrotando 18 generais governistas, sem jamais ter sido desbaratada, apesar do enorme poderio bélico mobilizado contra ela. Inspirados nos ideais de “representação e justiça”, os “tenentes” batiam-se por conquistas como o voto secreto e pela moralização dos costumes políticos, corrompidos pelo domínio oligárquico em vigor durante a República Velha

O assassinato da companheira de Prestes, Olga Benário, resultado de uma perseguição imposta pelo governo de Getúlio Vargas, que a entregou, com respaldo do Supremo Tribunal Federal, à Alemanha Nazista; as prisões; a clandestinidade; os exílios; a perseguição de vários governos ao Partido Comunista Brasileiro, do qual foi secretário geral por muitos anos - nada disso abalou sua convicção de dedicar sua vida à causa de um mundo melhor para todos. Prestes nos falava que guardava do testemunho de vida de Olga “a lição de que o ser humano resiste a qualquer provação com dignidade, quando a sua luta é pela justiça e liberdade”.

Prestes lutou uma vida inteira em prol do ser humano. Nunca se rendeu ao capital. Constituiu-se num exemplo de conduta reta na vida pública. Foi eleito senador, após 10 anos de prisão impostos pelo governo Vargas, e ajudou a elaborar a Constituinte de 1946, uma carta magna avançada para a época, graças à atuação e às propostas aprovadas pela bancada de deputados do PCB, como o direito de greve.

No período do golpe militar de 64, ainda secretário geral do partido, exilou-se em Moscou, por determinação do PCB, pois era o primeiro da lista de perseguições políticas do regime de exceção, que cassou o mandato do presidente João Goulart, de muitos políticos e, principalmente, de militantes de esquerda no país. Na sua volta do exílio, em outubro de 1979, o aeroporto do Galeão, no Rio de Janeiro, foi tomado por uma multidão de 10.000 pessoas, principalmente de correligionários, que queriam ver e ouvir uma das maiores lideranças políticas da América Latina no século passado. O “velho”, como era carinhosamente chamado nesta época por nós que militávamos com ele, discursou, de improviso, do teto de um automóvel e lembrou de citar, um por um, todos os membros do comitê central do PCB, “desaparecidos” pela ditadura que estava no fim.

Por muitos anos minha geração e outras não puderam estudar e conhecer melhor a história do Cavaleiro da Esperança, devido aos anos de arbítrio e restrição dos direitos civis, impostos pelos autoritários de plantão em vários períodos do século 20 no país, fantoches dos interesses imperialistas, que enxergavam e ainda enxergam em Prestes uma ameaça constante à manutenção de um sistema baseado na exploração do homem pelo homem.

A perseguição implacável exercida pelos representantes do capital, durante toda a sua vida, não foi suficiente para fazer calar em Prestes suas convicções socialistas, nem arrefecer seu ímpeto constante no combate ao capitalismo selvagem, que tanta desigualdade, miséria e exclusão social provoca no mundo. Por vezes surgiam divergências entre Prestes e companheiros de lutas quanto às táticas para combater o capitalismo. Nas discussões e embates travados só não abria mão de seus princípios. Não havia possibilidade de conciliar com o inconciliável. Por vezes, esta postura o deixou isolado politicamente. Não importava: seu maior compromisso era com o povo e com as lutas travadas para a sua efetiva libertação e avanços.

Sua maior virtude foi lutar e se entregar pelo que acreditava ser responsabilidade de todos: um mundo melhor. PATRIOTA, COMUNISTA E REVOLUCIONÁRIO, Prestes deixou um exemplo de dedicação integral ao povo brasileiro e à causa internacionalista do socialismo. Neste momento em especial, a classe política de nosso país deveria se mirar na sua conduta. Prestes, apesar de toda a sua liderança e importância histórica, faleceu sem possuir bens e sobrevivia apenas com a colaboração de alguns sinceros e dedicados companheiros de luta e ideais. Inclusive chegou a recusar ofertas e possibilidades legais de pensões e indenizações oferecidas pelo governo como reparação ao que passou nas mãos de seus algozes.

A fim de preservar o seu legado e acervo documental histórico, um grupo de companheiros e correligionários, capitaneados por Anita Prestes, fundou o INSTITUTO LUIZ CARLOS PRESTES, no Rio de Janeiro. As finalidades e atividades do ILCP pretendem envolver, fundamentalmente, a preservação documental e do acervo relacionado às vidas de Luiz Carlos Prestes e Olga Benário Prestes, além da realização, no futuro, de atividades educacionais que visem promover o legado de Prestes junto às novas gerações e a inclusão social, através da implantação de projetos e programas. Além disso, o ILCP vai manter parceria e apoio constantes aos movimentos sociais, principalmente à luta pela reforma agrária, como instrumento fundamental para promover a inclusão social, através da maior riqueza e patrimônio desta nação e do seu povo: a terra.

No mais, fica a nossa convicção de que a conduta e o exemplo de Prestes servem à história deste país como referências permanentes para a construção de um Brasil bem melhor no futuro.

Seu exemplo de dedicação inabalável e intransigente, na causa de uma sociedade mais justa foi o maior legado que devemos transmitir às atuais e futuras gerações. Essa é a nossa grande responsabilidade! Suas idéias não morrerão jamais! Continuarão em cada um que faça da dedicação integral ao ser humano a verdadeira razão de sua existência, para a efetiva colaboração na construção de uma sociedade e mundo mais justos e melhores!

Prestes vive! Viva Prestes!

terça-feira, 9 de março de 2010

Crisis del sistema

Crisis del sistema




Primera Parte





Jo Cottenier y Henri Houben





Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crack actual sólo es comparable al de 1929. En aquella ocasión, tras el crack vinieron varios años de gran depresión: cierre de muchas empresas, tasas increíblemente altas de paro, recortes en los salarios, incremento de la pobreza. Fue el aviso previo a la Segunda Guerra Mundial.

¿Va a tener esta crisis las mismas consecuencias dramáticas o se podrá contener? De repente, los Estados han reaparecido. ¿Será eso suficiente para absorber el choque? Hoy en día, incluso los más acérrimos liberales están exigiendo más regulación para los mercados financieros. Pero, ¿se puede prevenir la crisis simplemente vigilando más las idas y venidas de la industria bancaria? ¿O hay algo más que eso?

Para tratar de responder a estas preguntas tenemos que entender los orígenes de la crisis actual. Para ello, tenemos que remontarnos atrás en el tiempo.



La economía global ya en situación desesperada en 1973

Los Estados Unidos salieron de la Segunda Guerra Mundial como la potencia mundial incontestable, lo que consiguieron convirtiendo al dólar en la divisa mundial. Sólo los dólares se podían cambiar por oro, y el resto de divisas tenían una tasa de intercambio fija con respecto al dólar. Estas regulaciones se establecieron en el acuerdo de Bretton Woods (1944).

Los EEUU utilizaron el hecho de tener la sartén por el mango para hacer frente al comunismo. Su prodigalidad no conoció límites y las máquinas de imprimir dólares funcionaban a toda velocidad. En Europa Occidental, el objetivo del caro Plan Marshall era construir una sólida presa contra la Unión Soviética y amordazar a la resistencia local. Los EEUU lanzaron un plan similar de ayuda en el sudeste de Asia (Korea y Taiwán). La maquinaria militar creada para luchar contra los nazis se perfeccionó y se utilizó para luchar contra el comunismo. Los EEUU lideraron guerras contra la “amenaza comunista” en Korea (1950-1953) y en Vietnam (1959-1975). También dieron apoyo a sus aliados sionistas en Oriente Medio durante la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kippur (1973).

La economía de EEUU en la época de la Guerra Fría estimuló un rápido crecimiento pero al mismo tiempo era una fuente de inestabilidad. La productividad industrial creció rápidamente durante los dorados años sesenta: trabajo y capital se mantenían estables. En otras palabras, los salarios crecían tan rápido como la productividad. La distribución del ingreso nacional (en porcentaje de trabajo y capital) se mantenía estable. Sin embargo, todo eso no se produjo sin fricciones.

El final de los 60 supuso el principio del fin para este largo período de crecimiento relativamente importante y estable. Se frenó el rápido incremento de la productividad y la capacidad productiva dejó de aprovecharse en toda su extensión. No se utilizaban todas las inversiones y descendieron las tasas de beneficio. Finalmente, los mercados se saturaron; estaba claro que se gestaba una crisis de sobreproducción. Todo estalló cuando, en 1973, los países de la OPEP cuadruplicaron los precios del petróleo. Los precios subieron de 2 a 9 dólares el barril. La segunda crisis del petróleo tuvo lugar en 1979, cuando los precios subieron de los 13 a los 26 dólares; en 1982, un barril costaba 32 dólares.

Hay dos análisis sobre la crisis que comenzó en 1973. ¿Fue el resultado de los precios del petróleo, en otras palabras, fue un factor externo ocasionado por los productores de petróleo? ¿O fue la crisis del petróleo simplemente su punto de partida? Según este segundo punto de vista, el crecimiento global de la economía estaba en una situación desesperada en 1973 por culpa de los procesos internos recurrentes del capitalismo. Los mismos procesos que Karl Marx había descrito un siglo antes.

Karl Marx nos permitió entender los procesos recurrentes del capitalismo. Explicó claramente por qué estos procesos conducen inevitablemente a las crisis de sobreproducción. Existe claramente una contradicción fundamental en la base del capitalismo: los medios de producción (fábricas, materias primas...) son de propiedad privada mientras la propia producción tiene lugar en base un modo cada vez más social. Esto es cien veces más cierto hoy que en la época de Marx. Los complejos aparatos productivo, extendidos a menudo por todo el mundo, trabajan en beneficio sólo de unos pocos accionistas. La única planificación existente tiene como objetivo acabar con la competencia. Para lograr esto, uno tiene que obtener más beneficios que la competencia y acumular más y más capital. Al elevar la tasa de inversión, cada parte espera ganar esferas de mercado frente sus rivales. Pero para lograr esto, los costes de producción (recorte de salarios) deben ser reducidos y continuamente racionalizados para producir más utilizando menos trabajo. Este proceso lleva inevitablemente a crisis de sobreproducción por la contradicción entre capacidad productiva y un decreciente poder adquisitivo de la gente.

Marx lo resumía de la siguiente manera: “La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuvieran más límite que la capacidad absoluto de consumo de la sociedad”[1].

Éste es el resultado del caos social, donde sólo funciona la ley del máximo beneficio. La producción no está organizada de ninguna manera para satisfacer ampliamente las necesidades de la sociedad.



Una crisis de sobreproducción muy larga y a cámara lenta.

Siempre que hay una recaída, los capitalistas plantean sus propias soluciones y saben que pueden contar con el apoyo y la ayuda del Estado. Su solución habitual a la crisis implica la destrucción de una parte de la capacidad productiva mediante el cierre de empresas y el despido de trabajadores. Los precios y los salarios se ven recortados. Las empresas más pequeñas, más débiles, desaparecen o son adquiridas por otras más grandes. Esto permite que la oferta nuevamente se adapte a la demanda. La tasa de beneficio vuelve a crecer, se vuelve a invertir dinero: comienza un nuevo ciclo. Como lo describió Marx, se trata de un proceso de crecimiento seguido de un estancamiento, una crisis y una recuperación que tienen lugar en un período de cinco a siete años: el ciclo económico.

Sin embargo, esta vez hay algo más que una simple recesión cíclica “simple”. Desde 1973 se han producido repuntes y caídas, pero los picos son cortos y las caídas bruscas. Un período de crisis tan largo ya había tenido lugar anteriormente. La primera crisis importante que afectó a las grandes potencias económicas se produjo después de 1873. Acabó con la masiva exportación de capital y la lucha por una esfera de influencia en las colonias que, al final, desembocó en la Primera Guerra Mundial. Fue la fase inicial de lo que Lenin llamó “imperialismo”: una etapa -la última- del capitalismo caracterizada por la fusión del capital bancario e industrial y la división del mundo entero en colonias.

La segunda crisis estructural se produjo tras el crack de 1929 y finalizó con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Desde 1973 hemos vivido en la tercera crisis estructural. Sin embargo, esta crisis está teniendo lugar bajo circunstancias especiales.

Ya en 1975, los esquemas de estabilización estaban siendo puestos en práctica en Bélgica. Cuatro “industrias nacionales” -carbón, acero, textil y vidrio- se desmantelaron con la cooperación del Estado, incluyendo la nacionalización temporal de la industria siderúrgica. Una segunda oleada de planes se lanzó en 1981, cuando se hicieron planes para recortar los salarios y los servicios sociales. El franco belga sufrió una devaluación y no se llevaron a cabo tres subidas salariales tras incrementos en los índices de precios. Los gobiernos desmantelaron la seguridad social y los beneficios de desempleo sin importarles las huelgas nacionales y las manifestaciones que firmemente se oponían a ello. Sólo en 1989 fuimos testigos de una pequeña subida que para 1991 ya había terminado.

La Comunidad Europea se ocupó del asunto a partir de 1985. Se adoptaron muchas medidas: el mercado común en 1990, el Tratado de Maastricht en 1991 (y divisa común), la liberalización del sector público durante los 90 y la Estrategia de Lisboa en 2000. En Bélgica, la oposición a estas medidas se expresó principalmente a través de una gran serie de huelgas contra el “plan global” en 1993 y las huelgas contra el denominado “pacto generacional” de 2005.

El competidor estadounidense era el modelo de todas las medidas planteadas por la Unión Europea. Esto no es una coincidencia. Desde el inicio de la crisis, en 1973, la superpotencia Estados Unidos no ha cesado nunca de dejar su pesado sello en la economía global. Esto se hizo aún más claro en 1980, cuando la parte más derechista y agresiva de la burguesía estadounidense ganó poder con la presidencia de Reagan. Esta situación llevó a que se adoptaran medidas radicales que tuvieron mucha influencia en el desarrollo de la crisis en todo el mundo. Debido a algunas de esas medidas, la crisis se trasladó a otros países. Otras medidas ralentizaron la crisis transitoriamente e impulsaron artificialmente la economía global. Esto explica por qué esta crisis en concreto ha sido tan compleja. Las soluciones que los EEUU ofrecieron han contribuido al colapso financiero actual. Un resumen de estas soluciones nos permitirá entender mejor cómo de seria es la crisis realmente y por qué la única salida a esta crisis de sobrepdoucción retardada es la masiva destrucción de capital.



Seguir el ejemplo de EEUU sólo nos lleva al colapso

A finales de los años 60, Estados Unidos tuvo que hacer frente a dos rivales que habían vuelto a la vida: Europa y Japón. Al mismo tiempo, Estados Unidos se encontraba enredado en la guerra contra la independencia de Vietnam y otros países en la región del Sudeste asiático. La carrera armamentística con la Unión Soviética también era bastante cara. El grifo del dólar seguía fluyendo y grandes cantidades de dólares acababan en bancos europeos (los denominados eurodólares). Al comenzar Bretton Woods en 1944, la Reserva Federal aún poseía el 60% del total de reservas mundiales de oro, pero ahora que los bancos nacionales europeos estaban convirtiendo estas enormes cantidades de dólares en oro – una especie de segunda quimera del oro -, esa proporción cayó rápidamente al 15%. Así que Nixon tomó la decisión unilateral de detener la convertibilidad directa de los dólares en oro. Dos años después, se abandonaron los tipos de cambio fijos y el dólar comenzó a flotar. Perdió valor hasta 1979. Entonces, el dúo Volcker-Reagan comenzó a seguir una senda distinta.

El abandono de Bretton Woods dio a los EEUU más posibilidad de maniobra porque el dólar ya no podía ser devaluado mediante la reclamación de su valor en oro a la reserva federal de oro. Más que nunca, el dólar se convirtió en una divisa global, sólo que ahora el gobierno de EEUU podía también manipular el tipo de cambio a voluntad. Hasta hoy, han aprovechado mucho esta posibilidad.

Durante treinta años, los Estados Unidos revivieron mercados financieros por todo el mundo. Utilizaron un triple mecanismo como palanca: el dólar, el crédito y la especulación, lo que llevó a un enorme incremento del tamaño de los mercados financieros. En 1980, el valor de los instrumentos financieros se estimaba en el equivalente al Producto Interio Bruto mundial (PIB). En 1993, ese valor era el doble de alto. Y, a finales de 2005, era más de tres veces superior, es decir, un 316% del PIB mundial. Entre 2000 y 2004, los títulos de deuda pública y privada representaban más de la mitad de este incremento. Esto muestra el creciente papel de la deuda y las compras apalancadas financiadas[2] como motor del proceso[3].

En 2004, el comercio diario de derivados[4] alcanzó los 57.000 millones de dólares y el comercio de divisas los 1.900 millones de dólares. En conjunto, sumaban 76.000 millones de dólares al día. Eso es más que el valor de las exportaciones anuales[5].

¿Cómo apareció esta tendencia? Para mantener su posición preeminente, los Estados Unidos siguieron caminos en los 80 que contribuyeron a inflar la burbuja financiera.







________________________________________

[1] El Capital, Volumen III, Capítulo 30.

[2] Una compra apalancada tiene lugar cuando un patrocinador financiero adquiere un interés de conrol en la propiedad de una empresa y cuando un porcentaje importante del precio de compra es financiado por medio del apalancamiento (préstamo). Los activos de la compañía adquirida se utilizan como garantía del capital prestado, en ocasiones con activos de la empresa adquirente. Los títulos u otros documentos emitidos para las compras financiadas apalancadas no se suelen considerar inversión por los importantes riesgos que conllevan.

[3] McKinsey Global Institute, 2006.

[4] Los derivados son contratos financiero, o instrumentos financieros, cuyo valor se deriva del valor de otra cosa (conocido como subyacente). El subyacente sobre el que se basa un derivado puede ser un activo (p.ej., mercancías, participaciones (acciones), hipotecas residenciales, inmuebles comerciales, préstamos, bonos), un índice (p.ej., tipos de interés, tipos de cambio, índices de bolsa, índices de precios al conusmo (IPC) – ver derivados de inflación), y otros elementos (p.ej., condiciones meteorológicas u otros derivados). Los derivados del crédito se basan en préstamos, títulos u otras formas de crédito. Los tipos principales de derivados son los forward, los futuros, las opciones y swaps.

[5] Chandrasekhar, 12 de julio de 2007.

Crisis del sistema

Segunda parte



Jo Cottenier y Henri Houben



1.

En 1979, Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal, decidió sin previo aviso elevar los tipos de interés. En pocos meses subieron de un 11% a un 22%. Tal porcentaje era increíblemente alto, especialmente con la depresión todavía muy presente. El hecho de que el crédito aún fuera increíblemente caro siguió frenando la economía. Una tasa de inflación del 10% suponía que los capitalistas perdían anualmente el 10% de su fortuna. La alta inflación es buena para quien está endeudado porque está devolviendo el dinero que debe con dinero de bajo valor. Los bancos, sin embargo, veían que los préstamos que habían concedido perdían el 10% de su valor. Reagan y Volcker rápidamente tomaron una decisión[6].

Esta decisión también estuvo condicionada por el hecho de que la deuda previa a la alta inflación podía atribuirse a los altos salarios y los “excesivos” beneficios sociales. En resumen, los poseedores de capital querían que la lucha contra la inflación tuviera preferencia y lo lograron. Como resultado, la inflación bajó al 2 ó 3% a finales de los 80. Fue el primer gran regalo de los EEUU al mundo financiero.

Las consecuencias aparecieron rápidamente. La crisis empeoró y llegó a su cima. Las principales víctimas fueron quienes estaban fuertemente endeudados y no podían hacer otra cosa más que ver cómo los tipos de interés se incrementaban vertiginosamente. Fue un desastre para los países latinoamericanos.

Los bancos occidentales habían concedido préstamos a países del tercer mundo que se alegraron al ver que se inyectaba capital que ayudase a construir sus industrias. Los EEUU estaban en una particularmente buena situación económica: el 40% de todos los préstamos lo hacían sus bancos, y las empresas de EEUU recibían muchos pedidos de equipamiento para la industrialización de los países del tercer mundo, industrialización que, a menudo, estaba dando sus primeros pasos. Todo parecía prometedor hasta que los tipos de interés se dispararon y los países que habían pedido dinero prestado tuvieron que pagar en intereses más de lo que estaban ganando con sus exportaciones. En 1982, Mexico estuvo al borde de la bancarrota. En 1983 fue el turno de Argentina, y Brasil fue detrás en 1984. Como es natural, la industria bancaria también se encontró en serios problemas pero, al mismo tiempo, se trataba de una nueva oportunidad para que Estados Unidos, vía el FMI, presionase para la adopción de estrategias radicales de reestructuración que abrirían las economías del Tercer Mundo a las multinacionales estadounidenses. En nombre del libre mercado, todas las barreras nacionales fueron derribadas en beneficio de las compañías transnacionales.

La decisión de Volcker de subir los tipos de interés hizo al dólar más atractivo. El tipo de cambio del dólar dejó de caer y los altos tipos de interés ayudaron a atraer inversores. El camino estaba así despejado para la entrada de los dos siguientes elementos: el crédito y la especulación.



2.

Los poseedores de capital también exigían una reforma fiscal. Reagan les concedió la Ley de Impuestos para la Recuparción de la Economía de 1981. El tipo impositivo sobre los ingresos más elevados se redujo durante los años 80 y 90 del 70% al 28%, con Reagan y, en parte, con Clinton en la presidencia. Como el ingreso de los más ricos de EEUU (1% de los ciudadanos) se incrementó un 50% durante ese período, el tipo impositivo medio sobre sus ingresos se redujo del 37% en 1979 al 29% en 1990. Esto supuso un incremento del 70% en la liquidez tras impuestos. Para los más pobres de EEUU (el 20% de los ciudadanos), sin embargo, el ingreso y la presión fiscal se mantuvieron igual. En 1980, ese mismo 1% de los más ricos ciudadanos de EEUU poseían el 30% de todos los activos, un porcentaje que alcanzó rápidamente el 38% en los 80[7]. En 1998, el 5% de los más ricos de EEUU poseía el 59% de la riqueza, es decir, más que lo que poseía el 95% restante.

El consumo de los bien posicionados económicamente experimentó un doble incentivo. Primero, porque tenían mayores ingresos; segundo, porque el incremento de sus activos les proporcionaba cobertura si querían obtener préstamos. La parte del consumo privado en el PIB[8] se incrementó del 62% en 1980 al 68% en 2000.

Esto se reflejaba en los ahorros de las familias de EEUU. El 50% de las familias norteamericanas con ingresos bajos casi no lograba ahorrar dinero pero, independientemente de esto, los ahorros anuales hechos por todas las familias cayeron del 8% del PIB en 1980 al 5% en 1990 y al 1,5% en 2000. Se incrementó y se alentó la deuda privada. En 1980, las deudas de las familias norteamericanas suponían aproximadamente el 50% del PIB y alcanzaron el 65% en 1990, el 75% en 2000 y el 100% en 2007. El segundo elemento había entrado en escena.

Este gigantesco crecimiento del crédito no tuvo lugar sin producir consecuencias para la economía global. El consumo de EEUU, que alcanza una media del 30% del consumo privado global, promovió la demanda global. De hecho, desde los años 60, las compañías multinacionales estadounidenses habían estado produciendo cada vez más en el extranjero: en Europa y el países donde el trabajo era barato. El consumo se incrementaba, lo que suponía que las importaciones crecían. Estados Unidos tuvo que enfrentarse, rápidamente, a un creciente déficit comercial.

El creciente tipo de cambio del dólar (debido a los altos tipos de interés) tuvo un doble efecto. Por un lado, un dólar fuerte permitía a la gente comprar bienes de importación de mejor valor; por otro lado, también se atraía a inversores extranjeros. Así que los dólares que abandonaban el país cuando se pagaban las importaciones, se reinvertían como capital en los bonos del gobierno de los EEUU y los bancos de EEUU. El dólar garantizaba que el sobreconsumo de la riqueza se perpetuase. En otras palabras, la economía de EEUU estaba siendo sostenida por el resto del planeta.

3.

Al mismo tiempo, tuvo lugar una evolución crucial en la vida empresarial. Las empresas trabajaban cada vez más para la bolsa. Fue Jack Welch quien marcó la pauta. En 1981, Jack Welch era el director de General Electric, con una plantilla de 400.000 trabajadores. Su ambición era convertir a General Electric en la empresa más competitiva del mundo y tenía sus propios métodos para alcanzar tal meta. ¿Cuál era el primer paso? Despedir al 10% de los trabajadores menos eficientes cada año. ¿Cuál era el segundo paso? Al estar la empresa en lo alto de la actividad industrial, introducirla en el mundo financiero. Esto es lo que Welch hizo con General Electric. Los ingresos del grupo se elevaron de 1.500 millones de dólares en 1980 a 4.000 millones en 1990 y a 7.300 millones en 2000. Los accionistas estaban exultantes.

El método de Welch tuvo tanto éxito que pronto se convirtió en la norma en los EEUU e incluso en todo el mundo empresarial occidental. Las ganancias se fijaban de antemano, generalmente alrededor del 15%, lo que era un índice mucho más alto que la tasa media de beneficio. Y el margen de beneficio ya se calculaba de antemano en los costes de producción. La deducción de beneficio se hacía antes, no después. Esto hizo que las compañías ahorrasen constantemente allí donde fuera posible y asumieran muchos riesgos financieros. Se precipitaron en el mundo financiero, trabajando principalmente con dinero prestado y contando con la palanca financiera[9].

Los dividendos se conviertieron en el criterio último; la valoración bursátil de una empresa se convirtió en el único modo de medir su valor. Cuanto más alto fuera el valor de mercado, más inversores se atraía. Así es como apareció el tercer elemento.

La industria de EEUU comenzó a centrarse principalmente en productos de alta tecnología y en actividades centrales de rama, es decir, en los sectores más beneficiosos. La actividad secundaria se subcontrataba y a menudo se trasladaba a países donde el trabajo era barato. Así es como se desarrollaron las maquiladoras mexicanas: de 620 en 1980 (con 120.000 trabajadores), llegaron en 2006 a ser 2.800, empleando a 1,2 millones de personas. Una evolución similar tuvo lugar en países como Malasia, Singapur y Taiwán.

Los mismos métodos se utilizaban en todo el mundo. Actualmente, muchos monopolios utilizan la regla del 15% para satisfacer a sus accionistas y muchos monopolios europeos y japoneses ganan más con sus operaciones financieras que con su producción industrial real.

4.

La desregulación financiera y la proliferación desenfrenada aceleraron el colapso financiero actual.

Los Estados Unidos adoptaron varias medidas tras el crack de 1929 y después de que varios bancos fueran a la bancarrota para intentar evitar que estos sucesos se repitieran. La Ley Glass-Steagall de 1933 introdujo la separación de tipos de bancos según su negocio (banca comercial y de inversión), y fundó la Corporación Federal de Seguro de Depósitos para asegurar los depósitos bancarios. También aplicó lo que se conoció como la Regulación Q, que tenía como objetivo prohibir una diferenciación en los tipos de interés según el tamaño de la riqueza del cliente. Sin esta regulación, los bancos podían atraer a clientes más ricos al ofrecerles mayores tipos de interés que podrían poner a los bancos ordinarios en peligro.

Sin embargo, a principios de los años 60, estas restricciones legales se fueron levantando gradualmente y en 1980 habían desaparecido completamente. Un creciente mercado de derivados (títulos financieros cuyo valor se determina por otros activos) vio la luz del día. Esto condujo a creaciones financieras sorprendentes. Los bonos se creaban con cualquier cobertura, incluso deuda. Se instigó una verdadera revolución en la financiación de la inversión y la compra. Las empresas ya no se sostenían sobre préstamos bancarios, sino que financiaban operaciones emitiendo títulos financieros. Alguna gente incluso se especializó en emitir estos títulos. Cuando Clinton llegó al poder, se revocó la diferenciación entre instituciones financieras. Llegó la total desregulación. Otros países siguieron el ejemplo de EEUU.

Los instrumentos financieros proliferaron y se convirtieron a su vez en objetos de especulación. Crecieron hasta tal punto que la tradicional relación entre banca e industria acabó adoptando formas completamente diferentes. En su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo, Lenin muestra cómo la fusión de los monopolios bancarios con los industriales crea lo que entonces se denominó capital financiero. Explica que la propiedad y el interés se vinculan porque, con el crédito, los bancos se convierten gradualmente en propietarios de la industria. Lenin concluye: “Concentración de la producción; monopolios que se derivan de la misma; fusión o ensambladura de los bancos con la industria: he aquí la historia de la aparición del capital financiero y el contenido de dicho concepto[10].” El control del mundo financiero sobre la industria y su interrelación no se redujo, sino que los grandes bancos mercantiles fundaron instituciones financieras con estructuras mucho más flexibles que, preferiblemente, recurriesen a nuevos instrumentos financieros, que fuesen capaces de aparecer con grandes sumas de dinero para las adquisiciones y trabajasen preferiblemente en mercados internacionales, mientras, en general, los bancos mantenían fuertes vínculos con los mercados nacionales.

El porcentaje del mercado habitual que los bancos y los corredores de seguros tenían de los activos financieros de EEUU se dividió por la mitad entre 1980 y 2007, reduciéndose del 70 al 35%. La parte de los fondos de capital privado, fondos de pensiones, fondos de inversión, etc., se incrementó en las mismas propociones. Los fondos de inversión han ido experimentando un animado crecimiento desde 1990; realizan inversiones muy agresivas y alcanzan el 40% de las transacciones bursátiles. En 2007, 11.000 fondos de inversión gestionaban 2,2 billones de dólares. Para muchos, los fondos de inversión son el próximo agujero negro y creen que puede llevar a un nuevo cataclismo financiero.

Hoy en día, unos pocos fondos privados gigantes como KKR, Blackstone, Carlyle y Cerberus controlan el mercado financiero internacional, lo que quiere decir que también controlan muchas acciones de empresas. Los bancos tienen un nuevo papel: conceden préstamos a estos fondos especializados.

Por tanto, la definición de Lenin del capital financiero sigue siendo muy actual. Lenin también se refirió a la creciente separación entre el control de la producción y la capa de parásitos conocida como “cortadores de cupones”. Su libro fue escrito en 1916, hace casi un siglo, pero podía haberse escrito hoy: “Es característico del capitalismo en general que la propiedad del capital esté separada de la aplicación del capital a la producción, y que el rentista que vive completamente del ingreso obtenido del capital dinero, esté separado del empresario y de todos aquellos que están directamente preocupados por la gestión del capital. El imperialismo, o el dominio del capital financiero, es el más alto estadio del capitalismo en el que esta separación alcanza vastas proporciones. La supremacía del capital financiero sobre todas las demás formas de capital significa el predominio del rentista y la oligarquía financiera; significa que un pequeño número de estados financieramente “poderosos” sobresalgan por encima del resto[11].”



La Unión Europea quiere catch up con los Estados Unidos

En la estrategia de Lisboa (2000), la UE fijó el objetivo de alcanzar a la economía de EEUU en 2010, pero esta ambición ha ido incluso más allá. Dado que la crisis ha estado golpeando desde 1973, la burguesía europea fue incitada a buscar una nueva vida en la unificación de Europa, particularmente debido a la agresiva respuesta de los EEUU a esta crisis.

Durante los primeros años de la crisis, la intervención de las autoridades europeas se limitaba a reestructurar la industria siderúrgica y otras industrias amenazadas. Pero la Unión Europea quería alcanzar a los Estados Unidos. En 1983, los administradores de 17 importantes monpolios europeos crearon una mesa de industriales europeos. Esta mesa europea esbozaría el programa del Acta Única Europea de 1985 y terminó el proyecto de 1990 para un mercado único europeo. El proyecto fue lanzado por un entusiasta Jacques Delors y su Comisión Europea. Las cosas se aceleraron en 1991 con el Tratado de Maastricht, que estableció una única divisa europea y una política exterior común europea. La estrategia de Lisboa (2000) afirmaba claramente el gran objetivo de “hacer de la UE la economía más dinámica y competitiva del mundo basada en el conocimiento”.

En muchos ámbitos se adoptó el enfoque de EEUU: reformas fiscales, ampliación de la carga de trabajo, privatización de la seguridad social, mercado totalmente libre, expansión de la bolsa, etc. Las ventajas competitivas de una débil protección social metieron a los países europeos en la vía del desmantelamiento de las conquistas históricas como la seguridad social. La brecha entre los ricos y los pobres se amplió rápidamente también en Europa. Desde principios de los años 90, la UE dirigió la liberalización de las telecomunicaciones, los ferrocarriles y los servicios postales. Los servicios públicos que, en Europa, son mucho más importantes en la vida diaria que en los EEUU, se desmantelaron y transfirieron al capital privado. La reforma de Bolonia supuso que la educación europea copiara el modelo de EEUU, que tiende mucho más a satisfacer las necesidades e intereses de las empresas. El colapso de los países socialistas en 1989 dio aún más fuerza a la ofensiva liberal. El miedo al comunismo había desaparecido, el capitalismo triunfaba.

Sin embargo, los capitalistas europeos se enfrentaban a una mayor oposición a los planes de desmantelamiento. Incluso a pesar de que los sindicatos no estaban organizados a nivel europeo aún, los planes se iban frenando en cada país como resultado de la moviliación a nivel nacional.

La economía burbuja no puede barrer la crisis

En resumen: el hecho de que el consumo de EEUU haya sido enormemente estimulado desde 1973 no ha resuelto la crisis. Al contrario, ha ayudado a prolongarla. Tras 1973, el crecimiento nunca alcanzaría el nivel que alcanzó en los años 60. Como la espada de Damocles, la crisis de sobreproducción nunca cesará de amenazar la economía global.

Cuando tiene lugar la sobreproducción, posteriormente se produce una plusvalía de capital. Un exceso que no puede utilizarse para incrementar la producción porque choca con los límites del mercado. Este exceso de capital busca altos rendimientos y ahí es donde el sector financiero echa una mano. Las condiciones para permitir esto se crearon con la desregulación financiera y el incremento del número de nuevos instrumentos financieros. Todo el asunto se intensificó aún más por el excesivo estímulo al crédito, ya que la concesión de créditos es una forma de crear dinero de la nada.

Un gran paso hacia la proliferación financiera se da cuando la deuda se utiliza como cobertura para la emisión de títulos o derivados financieros – lo que se denomina titulización. Así, toda deuda puede ser convertida en un título, lo que significa que puede seguir siendo comprada y vendida y, como consecuencia, se convierte en objeto de especulación. De ahí en adelante, cualquier polo de crecimiento económico puede convertirse en la piedra angular de burbujas financieras. El dinero es prestado a los polos en expansión de la economía y esta deuda se negocia bajo la forma de títulos financieros. Los polos en crecimiento también hacen que la bolsa suba y, como resultado, las instituciones financieras y los especuladores tienen carta blanca. Así es como nacen las escandalosas burbujas financieras que atraen a inversores y especuladores. Aparece el capital ficticio que se basa únicamente en la esperanza de un crecimiento sin fin. Más tarde o más temprano estas burbujas acaban explotando inevitablemente.

Ése ya fue el caso de la deuda del tercer mundo a finales de los años 70 el cual, como resultado, llevó al colapso de los países latinoamericanos en 1982-1984 que mencionábamos antes. La historia se repitió en 1997 con una gigantesca burbuja financiera en los mercados asiáticos. La devaluación de la divisa tailandesa causó el crack. Los efectos colaterales incluso se notaron en Rusia y Brasil. Los fondos de cobertura entonces se volvieron hacia las empresas de alta teconología localizadas en Silicon Valley. Esa burbuja también explotó con el crack del Nasdaq en 2000. Así es como empieza la historia de la burbuja inmobiliaria.

Tras el crack del Nasdaq y el 11 de septiembre, la Reserva Federal rebajó su tipo preferente[12] al 1% en un intento de impedir la amenaza de la recesión. Los bancos hipotecarios se aprovecharon agresivamente de los tipos bajos para emitir préstamos para la compra de viviendas. Ofrecían condiciones extremadamente favorables sin exigir demasiadas garantías. El mercado real estaba en plena expansión y todo el mundo pensaba que los precios seguirían subiendo, sin importar la solvencia[13] de los prestatarios: sus casas podían ser embargadas, así como su dinero. Se permitía a los ciudadanos insolventes adquirir hipotecas en condiciones especiales. Esto es lo que se acabó conociendo como hipotecas subprime. El mercado hipotecario se disparó y las capas más pobres de la población aprovecharon la oportunidad. El número de hipotecas subprime creció del 8% (en 2001) al 20% (en 2007) del total de préstamos hipotecarios en los EEUU.

La desregulación del mercado financiero hizo el resto. Los bancos hipotecarios vendieron sus hipotecas subprime (junto con sus riesgos) a empresas especializadas[14] que emitían títulos en el mercado cubiertos por estas hipotecas. Como resultado de ello, los bancos hipotecarios podían seguir prestando dinero. Entre 2001 y 2006 la máquina siguió funcionando y las hipotecas de EEUU sumaban 11,5 billones de dólares. Estos títulos fueron esparcidos por todo el mundo en bancos, fondos de pensiones, bancos mercantiles, fondos especulativos y fondos de cobertura, quienes estaban particularmente aficionados a ellos.

Cuando la Reserva Federal subió progresivamente el tipo de interés hasta el 5,25%, muchos nuevos compradores se quedaron sin un céntimo. Una gran cantidad de ejecuciones hipotecarias tuvo lugar y el mercado inmobiliario cambió. El número de insolventes se incrementaba trimestre a trimestre y, a finales de 2006, empezaron los problemas en los bancos y fondos de cobertura.

La avalancha ya no se pudo detener y en septiembre de 2008 la crisis bancaria alcanzó su cénit.

Las consecuencias fueron devastadoras para los propietarios de las casas. Más de dos millones de propietarios perdieron la casa que acababan de comprar y se quedaron en la calle.

Sin embargo, la crisis no se ha producido sólo en EEUU. En todo el mundo, más de 1 billón de dólares en bonos basura ha sido debitado y, uno tras otro, los bancos están declarando pérdidas. La situación empeora cuando, como precaución, los bancos inundan el mercado interbancario porque la desconfianza general crece. Esta desconfianza llega al público y persiste la amenaza de serios problemas bancarios.

Todavía no ha terminado

¿Cómo es posible que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria haya sido un golpe mucho más fuerte que el ocasionado por la burbuja anterior y que todo el sistema financiero se encuentre al borde del abismo? Ésta es la mayor bubuja financiera de la historia y ha contaminado a todo el sistema con sus bonos basura. Todas las medidas de protección y control gubernamental han sido desmontadas de tal manera que nadie es capaz de comprobar el verdadero valor de los títulos basados en hipotecas o cuál es su localización. Esto ha hecho inevitable una reacción en cadena.

La seriedad de nuestra actual sitauación puede observarse por el pánico que ha llevado a prácticamente todos los Estados a proceder al rescate raudo de sus bancos y por la amplitud de sus intervenciones. Para medir esta amplitud, es útil conocer que los siete años de guerra en Irak y Afganistán han costado 750 mil millones de dólares. Esta cantidad es sólo un poco mayor que el plan de Paulson de 700 mil millones de dólares destinado a que el gobierno de EEUU adquiriese la deuda impagada de los bancos. Pero eso no es todo. Se gastaron otro par de cientos de miles de millones para rescatar bancos como el Bear Stearns y para nacionalizar instituciones financieras como Fannie Mae, Freddy Mac y AIG. Sumando las diferentes intervenciones, el total se acerca a los 1,8 billones de dólares. Hay que señalar el dato de que el PIB de todo el continente africano en 2007 fue de 2,15 billones de dólares. Es obvio que un agujero tan grande tendrá consecuencias nefastas en la deuda pública, en el presupuesto y, finalmente, en el ingreso neto del ciudadano norteamericano. Se estima que éste tendrá que desembolsar al menos 2.000 dólares.

¿Será capaz el Presidente de la Reserva Federal, Ben Shalom Bernanke, de encontrar un nuevo sector que infle una nueva burbuja y traiga algo de alivio? Es completamente improbable. El consumo de EEUU se ha colapsado y muchos inversores han perdido grandes cantidades de dinero en la Bolsa. Los instrumentos financieros y los bienes inmobiliarios han perdido mucho valor y no se pueden utilizar para cubrir nuevos créditos. Créditos que, por razones entendibles, la industria bancaria es reacia a conceder. El recorte de los tipos de interés para impulsar la economía tampoco es una opción, puesto que, estando al 3%, ya se encuentran en su mínimo.

Está claro que la única salida de esta crisis de sobreproducción constantemente retrasada es la aniquilación de la capacidad productiva. Esto siginifica que lo peor está por venir. La crisis promete ser larga y profunda. Los países del tercer mundo serán los primeros en ver cómo sus exportaciones disminuyen, proporcionarán menos materias primas y pronto se encontrárán nuevamente bajo el dominio férreo del FMI y sus planes de reestructuración.



¿Asistimos al final de la hegemonía de EEUU?

Durante muchos años, los EEUU han logrado hacer navegar su barco económico trasladando los efectos de la crisis a otros países. La forma en que EEUU impulsa artificalmente la economía también afecta al resto del mundo. Los EEUU han sido capaces de tomarse estas libertades dada su posición como potencia económcia mundial. Pero parece que, en este sentido, las cosas están cambiando. El casi colapso de los grandes bancos de EEUU y la desarticulación del sistema financiero global continuarán inevitablemente drenando la economía de EEUU, así como su autoridad.

Las dificultades financieras de Estados Unidos van de la mano de la Guerra contra el Terrorismo, que lucha por mantenerse a flote e incluso llega a un callejón sin salida tanto en Afganistán como en Irak. La autoridad política de los Estados Unidos en las instituciones internacionales y en el frente diplomático está siendo cada vez más disputada. El orden global está dando un giro y se está formando un mundo más multipolar.

EEUU todavía es la mayor economía mundial. No obstante, en las últimas décadas la economía ha sido inflada artificialmente para que siguiera siendo el motor de la actual situación, y por eso, EEUU está pagando ahora un alto peaje: su situación actual muestra un extremadamente alto déficit, lo que es principalmente atribuible a su descompensada balanza comercial. Como resultado de lo anterior, los dólares están siendo esparcidos por todo el mundo y vuelven a los EEUU como inversiones o capital. Esto sólo será posible que continúe mientras el dólar siga siendo la divisa del comercio y las reservas internacionales. Sin embargo, el colapso del sector financiero, tarde o temprano, pondrá fin a esta posición excepcional.

Las sumas astronómicas que el gobierno de EEUU inyecta en su industria bancaria sólo servirán para incrementar la deuda pública, la cual ya es de colosales dimensiones debido a los costes de la guerra. Cada vez menos países estarán inclinados a invertir incondicionalmente sus reservas en los Estados Unidos y, de esta manera, a dar su apoyo a que el dólar sea la divisa de reserva internacional. Tarde o temprano llegará el final del imperio del dólar.

Se va perfilando el papel de China. Como principal potencia emergente, el país ya tiene una importante influencia en la economía global debido a la creciente plusvalía de su balanza comercial y sus considerables reservas financieras. El déficit de Estados Unidos asciende a 800 mil millones de dólares al año. Según Zhu Min, vicepresidente del banco de China, los Estados Unidos no podrán contar más con China para colocar los bonos estatales necesarios para financiar el rescate de los bancos estadounidenses.

¿Cómo reaccionará el imperio estadounidense? ¿Incrementando aún más sus gastos en la guerra y manteniendo sus aventuras militares? Por el momento, sigue siendo una cuestión abierta, pero es un hecho histórico que sólo la destrucción masiva de la capacidad de producción por medio de la guerra ha sido capaz de hallar la salida a la última crisis importante del sistema, la de los años 30.



Una crisis del sistema tiene que solucionarse sustituyendo el propio sistema

El dique ha acabado reventando. Tras el colapso financiero, tras el crack de la burbuja gigante, se está viniendo abajo todo el suelo de la crisis de sobreproducción, con la apariencia de una depresión larga más que de un breve período de descenso de actividad. Ni siquiera las enormes cantidades de dinero implicadas serán capaces de mantener este tsunami bajo control.

En cuanto a las causas, los dedos apuntan en todas direcciones: es por las suprime, por los fondos de cobertura, por los EEUU...

Según Karel Van Miert, antiguo dirigente del SP.a (partido socialista flamenco), antiguo comisario europeo y administrador de la Philips, es a la carrera de los banqueros por el beneficio a quien hay que culpar del colapso. ¿Son tan codiciosos? Nada esconde el hecho de que tras esta carrera por el beneficio – encabezada no sólo por los banqueros, sino también por empresas como la Philips – yace una constante, un fenómeno recurrente. Karl Marx descubrió este fenómeno hace más de 150 años. Su conclusión fue que el capitalismo no puede existir sin crisis.

Cuando se trata de dar soluciones hay un considerable consenso, desde los socialdemócratas a los liberales: es necesaria más transparencia, más regulación y más control.

No, ya no se trata de la codicia de un puñado de gente. No, no se trata de la carrera por el beneficio de un par de banqueros. No, no se trata de demontar regulaciones financieras, como muchos piden. No, la situación no se resolverá aplicando “el genuino libre mercado, el único que obedece a leyes”. La crisis es inherente al propio sistema.

Nunca antes la humanidad había producido tanta prosperidad, ni tampoco había producido tanta pobreza. Es el trabajo de todos – y sólo el trabajo – lo que produce la prosperidad, no el capital. No es más que lógica elemental el exigir que la prosperidad producida colectivamente se utilice para mejorar las condiciones de vida de todos los seres humanos. Esto es imposible en una economía capitalista que funciona según los intereses de una pequeña minoría y que, inevitablemente, conduce a la crisis. Por esto todos los medios de producción importantes deben ser puestos en manos de la colectividad.

18 de noviembre de 2008



Jo Cottenier es autor de La Société Générale 1822 – 1992 (con Patrick De Boosere y Thomas Gounet) EPO, 1989 y de Le temps travaille pour nous (El tiempo está de nuestro lado) (con Kris Hertogen) EPO, 1991. Es miemro del Buró del Partido del Trabajo de Bélgica

Henri Houben, doctor en economía, es investigador del Instituto de Estudios Marxistas, especializado en el estudio de las multinacionales, la estrategia europea de empleo y la crisis económica. Actualmente trabaja en un libro sobre la crisis económica que saldría a la luz en primavera de 2009.

De Études Marxistes, n°84, Octubre-Diciembre de 2008 http://www.marx.be/FR/em_index.htm

[6] La política de Reagan se inspiró en los monetaristas como Milton Friedman, para los cuales la ortodoxia monetaria es el bien más preciado.

[7] Luego se mantuvo estable durante los años 90. Ésta es una estimación hecha por Henri Houben sobre la base del trabajo de Edward Wolff La creciente desigualdad en la riqueza de América. En Bélgica, se estima que el 1% tiene el 25% de todas las fortunas privadas.

[8] El PIB (producto interior bruto) es el valor total de todos los bienes y servicios finales producidos por una economía concreta en un año.

[9] La palanca financiera toma la forma de un préstamo (deuda), cuyas ganancias se (re)invierten con la intención de obtener una tasa de retorno más alta que el coste del interés.

[10]

[11] Lenin, op. cit.

[12] El tipo preferente es un tipo de referencia utilizado por los bancos. El término indicaba originalmente el tipo de interés al que los bancos prestaban dinero a los clientes preferentes.

[13] La solvencia es la capacidad de una entidad para pagar sus deudas.

[14] Se denominan SPV's (vehículos de propósito especial, en inglés)