14 Noviembre 2011
Para dar una idea del potencial de la URSS en sus esfuerzos por
mantener la paridad con Estados Unidos en esta esfera, basta señalar que
cuando se produjo su desintegración en 1991, en Bielorrusia habían 81
cabezas nucleares, en Kazajstán 1400 y en Ucrania aproximadamente 5000,
las cuales pasaron a la Federación Rusa, único Estado capaz de sostener
su inmenso costo, para mantener la independencia.
En virtud de los tratados START y SORT, sobre reducción de armas
ofensivas suscritos entre las dos grandes potencias nucleares, el número
de estas se redujo a varios miles.
En el 2010 se firmó un nuevo Tratado de este tipo entre ambas potencias.
Desde entonces los mayores esfuerzos se consagraron al
perfeccionamiento de los medios de dirección, alcance, precisión y
engaño de la defensa adversaria. Inmensas cifras se invierten en la
esfera militar.
Muy pocos en el mundo, salvo contados pensadores y científicos, se
percatan y advierten que bastaría el estallido de 100 armas nucleares
estratégicas para poner fin a la existencia humana en el planeta. La
inmensa mayoría tendría un fin tan inexorable como horrible a
consecuencia del Invierno Nuclear que se generaría.
El número de países que poseen armas nucleares en este momento se
eleva a ocho, cinco de ellos son miembros del Consejo de Seguridad:
Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, y China. India y Pakistán,
adquirieron el carácter de países poseedores de armas nucleares en 1974 y
1998 respectivamente. Los siete mencionados reconocen ese carácter.