Cada elección en nuestro país es un
referendo de la Revolución, y los jóvenes tienen que ocupar el lugar que
les corresponde, expresó el Doctor José Luis Toledo Santander, decano
de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y presidente de
la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento, en
entrevista exclusiva para Juventud Rebelde
Para quien se
desempeña por casi 20 años como decano y profesor de la Facultad de
Derecho de la Universidad de La Habana, preguntarle cómo considera que
debe ser la participación de los jóvenes en este proceso electoral
—sobre todo de los más de 200 000 que ejercerán por vez primera su
derecho al voto—, lo llevó a recordar al Che Guevara, cuando dijo que:
«La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud».
Luego,
el Doctor José Luis Toledo Santander reflexionó: «La participación de
los jóvenes en todas las tareas a que hoy nos llaman la Revolución y
nuestro Presidente es fundamental. Ellos van a tender siempre al
perfeccionamiento de la obra, con esa visión renovada y fresca que les
caracteriza».
En entrevista exclusiva para Juventud Rebelde, a
propósito de la elección de los delegados a las asambleas municipales
del Poder Popular este domingo, el destacado jurista consideró que «la
presencia temprana de los que votan por vez primera —pues apenas están
arribando a los 16 años— en esa forma concreta y expresa de
participación en el ejercicio del poder, que es acudir a las elecciones,
tiene un valor indiscutible e inmedible.
«Ellos deben estar
conscientes del momento que viven, porque con ese acto están demostrando
su incorporación a un elemento que es la base esencial de la
institucionalidad de la Revolución, la unidad de todos los cubanos, y
que se manifiesta, entre otras cosas, en la participación en los
procesos electorales que se convoquen.
«Cada elección en nuestro
país es un referendo de la Revolución. Los jóvenes tienen que jugar su
papel y ocupar el lugar que les corresponde».
Margarita
Barrios —Un joven nos preguntó si podía autopostularse como candidato a
Delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, habida cuenta de que
nuestra Ley Electoral le reconoce el derecho constitucional de
participar en la dirección del Gobierno. ¿Cuáles son las maneras de
participar que tienen los jóvenes con capacidad legal para ello? José Luis Toledo Santander —Los
jóvenes tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos del país:
el de postular y ser postulados; nominar y ser nominados; así como
ejercer el voto libre, secreto y directo en las elecciones, y participar
en las reuniones y otras etapas del proceso electoral.
«En el
orden de la dirección del país, tienen derecho a trasladar sus opiniones
cuando se ejercen o discuten leyes fundamentales que se tramitan por la
Asamblea Nacional.
«Tienen derecho a auto-proponerse, la Ley no
lo prohíbe, pueden hacerlo en la asamblea en la que se convoca a los
ciudadanos que viven en su circunscripción para hacer las propuestas de
candidatos a delegados.
«Ahora, eso no quiere decir que salga,
pues tiene que ser aprobado por las personas que están allí reunidas; se
hace una votación abierta, a mano alzada, que refrenda que él pueda ser
candidato.
«Se puede auto-proponer, pero quien decide quién es el candidato es la asamblea que a tales efectos se ha convocado».
MB
—En los últimos tiempos ganan fuerza conceptos como el de la efectiva
participación, control popular, control social, transparencia; frente a
fenómenos como la indisciplina social y la corrupción, entre otros. ¿Qué
papel le corresponde al Poder Popular en acentuar ese tipo de
necesidad?
JLTS —El Poder Popular es un
sistema de gobierno en continuo perfeccionamiento, no por gusto en los
seis congresos del Partido se ha llamado a trabajar en su desarrollo. «Uno
de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la
Revolución, aprobados en el Sexto Congreso del Partido y refrendado por
la Asamblea Nacional del Poder Popular, está encaminado a esa labor.
«Por
qué esta insistencia. Porque se trata de un organismo, en primer lugar,
perfectible; y en segundo lugar, nuevo. No tiene referentes en el
mundo, es muy nuestro, no podemos ir a otros sitios para buscar la
experiencia de lo que otros han hecho, sino que aprendemos de nuestros
errores y aciertos.
«Por otra parte el país se proyecta
constantemente y trabaja para hacer cada día más efectiva la
participación, que va a tener dos formas: directa del pueblo en la toma
de decisiones y a través de sus representantes.
«Cuando la
Asamblea Municipal, Provincial o Nacional está tomando decisiones, lo
hace en virtud de aquel a quien representa, que es el pueblo.
«Y
están las formas de participación directa, por ejemplo, cuando se
aprueba un Informe de Rendición de Cuentas de un delegado y también el
proceso de elecciones, entre otras muchas.
«Cuando se le pide la
opinión al pueblo sobre algún tema, por ejemplo, cuando hicimos la
reforma constitucional de 2002 cada ciudadano tuvo oportunidad de
pronunciarse, esa es participación directa, y estoy hablando de una de
las formas superiores de hacerlo, pues se trata de modificar la
Constitución de la República, y todo el pueblo tuvo posibilidad de
expresarse y con su presencia manifestar su apoyo a tal decisión.
«Fidel
nos dijo en una ocasión que, si alguna vez creyéramos que hemos
alcanzado la perfección, tenemos el deber de seguir trabajando para
hacerla mejor. Y eso es una de las cosas que tenemos que seguir
repensando, el funcionamiento del Poder Popular, como una forma efectiva
de participación del pueblo.
«Sin dudas, creo que pudiera
hacerse un uso más efectivo del Poder Popular. No siempre hemos
entendido, comprendido y aquilatado en toda su magnitud, la inmensa
herramienta de poder que la Revolución ha puesto en manos del pueblo, y
que está consagrado en el artículo tercero de la Constitución de nuestro
país…».
Toledo hizo un alto en el diálogo con JR, buscó sobre su mesa de trabajo el documento, y lo leyó textualmente: «En
la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual emana
todo el poder del Estado. Ese poder, es ejercido directamente o por
medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que
de ellas se derivan». «Solo limitándote al estudio y
análisis del artículo tres de la Constitución se observa la magnitud del
poder que entraña la Asamblea del Poder Popular, y fíjate que dice
órganos que de ella se derivan, porque nuestro Parlamento es el centro».
MB
—¿El marco legal e institucional que tenemos hoy en el país alcanza
para emprender las transformaciones que requiere el funcionamiento del
Poder Popular?
JLTS —Sí, tenemos todo
el marco legal necesario. Y si no lo tuviéramos, se crea, pero el actual
nos da perfectamente toda la cobertura.
«Tomemos el caso de lo
que se está aplicando en las nuevas provincias de Mayabeque y Artemisa,
que es muy importante, porque se está realizando una división efectiva
de la dirección de la Asamblea, que tiene allí su presidente separado
del jefe del Consejo de la Administración.
«Debo aclarar que el
Consejo de la Administración no es un órgano independiente, es de la
Asamblea, se le subordina y le rinde cuenta de sus actos.
«Esta
separación de responsabilidades va a permitir que la Asamblea juegue más
su papel de contrapartida, de control de los actos de gobierno que en
el territorio se desarrollen. Además humanamente es imposible sostener
ambos cargos, el tiempo no alcanza.
«En la medida en que una
persona pueda dedicarse a tiempo completo a la Asamblea, a despachar con
los delegados, a atender sus planteamientos, puede ejercer una función
de contrapartida y control más efectiva de la acción del Consejo de la
Administración».
Toledo —como le conocen en los mundos del Poder
Popular y periodístico— explicó que para esa actividad que se desarrolla
en Artemisa y Mayabeque se han creado reglamentos con la cobertura
constitucional requerida, por un acuerdo de la Asamblea Nacional, al
cual se le prorrogó recientemente su tiempo de vigencia.
«Esto
permite iniciar un proceso de experiencias con vistas a una posible
reforma de la Constitución, porque si lo hacemos desde el inicio
entraría en vigor en todo el país y no sabemos aún si estos cambios son
acertados.
«Por ello, para reformar la Constitución, que es un
tema de envergadura superior, la Asamblea Nacional tiene que tener la
certeza de la pertinencia de esa reforma. Dentro del proceso iniciado
con vistas a la reforma de la Constitución, una de las partes a tomar en
cuenta será la experiencia en Artemisa y Mayabeque».
MB
—Como parte de las transformaciones en que está inmersa la nación, se
habla mucho de conciliar y potenciar los proyectos de desarrollo
nacional, territorial y local. ¿Cuál sería para usted la justa medida?
JLTS —Todos son válidos, pero dependen de a qué se les quiera aplicar.
MB —¿Qué sería necesario para devolverle a los delegados del Poder Popular en la base la autoridad necesaria?
JLTS —Pienso
que el éxito de la experiencia en Mayabeque y Artemisa va a reforzar la
actividad del Delegado, porque estará más atendido y eso reforzará su
autoridad y su acción dentro de la circunscripción.
«Hay que
tener una cosa presente: la función esencial del Delegado es representar
a sus electores, lo cual ha sido fuente de muchas opiniones, pero está
muy claro que esa es su razón de ser.
«A veces se ve al Delegado
como “el solucionador de los problemas”. El hombre que va a resolver el
bache que está en la esquina, hasta cualquier situación de índole
social, incluso personal.
«El Delegado tiene otra función, que no
es esa y está muy claro en el artículo 114 de la Constitución de la
República: “darle a conocer a la Asamblea y a la administración de la
localidad las opiniones, necesidades y dificultades que le transmiten
sus electores”.
«Además, informar a sus electores sobre la
política que sigue la Asamblea y las medidas adoptadas para la solución
de necesidades planteadas por la población o las dificultades que se
presentan para resolverlas.
«También, tiene que rendir cuentas
periódicamente a sus electores de su gestión personal, e informar a la
Asamblea o a la Comisión del Parlamento a la que pertenezca sobre el
cumplimiento de las tareas que le hayan sido encomendadas cuando estas
lo reclamen.
«Esas son las tres tareas fundamentales que la
Constitución de la República le reconoce a los delegados. Ellos no
realizan función de control y fiscalización por sí mismos, cuando lo
hacen es formando parte de alguna Comisión Permanente de la Asamblea
Nacional o como parte del Consejo Popular».
MB —El
perfeccionamiento del sistema económico cubano es también un elemento
clave para fortalecer la autoridad del Delegado en la base.
JLTS —En
la medida en que el país siga avanzando en la implementación de las
nuevas formas económicas, va a verse fortalecida la autoridad del
Delegado, y tenemos un ejemplo reciente: antes, cuando venían los
materiales de la construcción a una circunscripción, quién tenía que
asumir la tarea nada fácil, ni envidiable, de ver a quién se le daba…
Pues, el Delegado. Con un reclamo general de sus electores, era este el
“héroe anónimo de la sociedad”.
«Ya eso para el Delegado no es un
problema, porque ahora quien los necesita los compra y busca quién le
haga los cambios o los arreglos que necesita en su vivienda, o los hace
el interesado».
MB —En el caso de los presidentes de los
Consejos Populares: ¿Están ejerciendo las funciones que les
corresponden? ¿Habría que hacer alguna cosa, digamos, en lo legislado, o
en otro plano, para que cumplan su función? JLTS —No
puedo afirmar que no cumplen, aunque pueden haber insuficiencias. La
Ley de los Consejos Populares da cobertura suficiente para desempeñar
esa actividad.
«En estos momentos, en que podemos repensar todo
para hacerlo mejor y es el llamado que se nos ha hecho por la dirección
de la Revolución, cuando se trabaje a brazo más profundo con relación al
Poder Popular, valoraremos qué más se puede hacer para que el desempeño
del Consejo Popular sea mejor, pero hoy tiene toda las herramientas
legales para actuar correctamente.
«Hay cierta costumbre de
echarle la culpa a la Ley, que si son muchas normas, que si no sirven;
yo pienso que el problema está en los operadores de la legislación. Si
el hombre es capaz de hacer las cosas como están establecidas, con la
capacidad de interpretación y de desarrollo de un pensamiento que esté
acorde con lo que hoy ha llamado el Presidente de los Consejos de Estado
y de Ministros, toda norma legal es válida».
MB —Si hubiera alguien escéptico de ejercer su derecho al voto hoy domingo, ¿cómo lo convencería usted del valor de hacerlo?
JLTS —Yo
solo tengo que expresarles, como dijo Fidel en los años iniciales de la
Revolución: «yo no le digo a nadie cree, le digo lee».
«Lean la
Historia de Cuba, porque cuando se conoce la tradición de la nación
cubana, cuando se estudia a profundidad la memoria de este país,
entonces se comprende la importancia que tiene ser un revolucionario o
ser un joven comprometido con estos tiempos y con su Revolución».
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