terça-feira, 7 de junho de 2011

Todo comenzó con el Interferón

Biotecnología Cubana

Todo comenzó con el InterferónA 30 años de su obtención en el país, Cuba ha desarrollado otras variantes de este producto que se emplea en el tratamiento de enfermedades virales y cancerígenasLILLIAM RIERA

Hace 30 años, el 28 de mayo de 1981, científicos cubanos dieron el primer paso en el desarrollo de la Biotecnología en el país, al lograr el Interferón leucocitario, molécula que se obtiene de la sangre, con aplicaciones en enfermedades virales y cancerígenas.

Los productos biotecnológicos desarrollados en Cuba contribuyen en la actualidad al diagnóstico, prevención y tratamiento de 26 enfermedades. Hoy, como resultado del constante desarrollo y mejoramiento de ese producto, se han obtenido nuevas variantes: el Interferón Alfa 2b humano recombinante y, la más novedosa, el Interferón peguilado.

Eduardo Martínez, director de la Unidad de Desarrollo Tecnológico del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, explicó a Granma que el Interferón peguilado —cuyo nombre comercial es PEG-Heberon— se obtuvo por la modificación química de la molécula que permitió lograr una nanoestructura ventajosa que favorece la disminución, de tres a solo una, de la cantidad necesaria de aplicaciones inyectables del producto; incrementa su efectividad y disminuye efectos adversos.

El nuevo medicamento fue desarrollado por especialistas del CIGB y está indicado para el tratamiento de la hepatitis crónica tipos B y C.

De izquierda a derecha, Eduardo Pentón, integrante del grupo que desarrolló el Interferón leucocitario; Eduardo Martínez, director de la Unidad de Desarrollo Tecnológico del CIGB, y Verena Muzio, jefa de departamento de la Dirección de Investigaciones Biomédicas del Centro.Martínez refirió que el PEG-Heberon, con registro en Cuba, comenzó a ser introducido en el sistema nacional de salud pública desde finales del 2010, donde es suministrado gratuitamente a las personas que lo necesitan.

Las grandes transnacionales han desarrollado también el Interferón peguilado, cuyo precio en el mercado supera los cien dólares una dosis.

Sergio Pérez, gerente de ventas de Heber Biotec S.A., indicó que con vistas a la futura comercialización del PEG-Heberon, esa entidad cubana está iniciando acciones de registro a nivel internacional.

Heber Biotec S.A. comercializa de manera exclusiva, en naciones de América Latina, Asia, Africa y Europa del Este, los productos biotecnológicos y farmacéuticos, servicios tecnológicos y proyectos de Investigación-Desarrollo del CIGB y de otras importantes instituciones y laboratorios del país.

Cuenta con más de 200 registros sanitarios de productos aprobados en más de 52 países y acuerdos de distribución firmados con compañías en todo el mundo.

Heber Biotec S.A. y el CIGB forman un complejo de investigación-desarrollo, producción y comercialización.

El CIGB, inaugurado el 1 de julio de 1986, pertenece al Polo Científico del Oeste de La Habana. Institución de vanguardia de las biociencias cubanas, su principal valor está en su personal, altamente calificado y comprometido con el desarrollo de nuevos productos para mejorar la calidad de la vida humana, además de otros para aplicaciones agrícolas y pecuarias.

En la cartera de Heber Biotec S.A. está presente el Interferón Alfa 2b humano recombinante —cuyo nombre comercial es Heberon Alfa R—, obtenido mediante técnicas de ingeniería genética y con un probado efecto antiviral y antiproliferativo (inhibe el desarrollo de células cancerígenas).

Indicado para el tratamiento de la hepatitis viral B y C y en algunos tipos de cáncer —aunque también ofrece una respuesta excelente ante enfermedades inmunológicas, entre otras indicaciones— este producto de la biotecnología cubana se ha comercializado en más de 20 naciones, según Martínez.

La obtención del Interferón leucocitario fue el punto de partida del desarrollo de la Biotecnología en este país del Tercer Mundo, sometido, por demás, a un cruel e injusto bloqueo por parte de las sucesivas administraciones de EE.UU., durante más de 50 años.

La Mayor de las Antillas se ubicaba así dentro del selecto grupo de naciones que habían logrado esa molécula, que en ese momento adquiría especial connotación por sus potencialidades antitumorales en su forma natural (leucocitaria) y la perspectiva que ya se avizoraba para obtenerla en su variante recombinante, es decir, mediante técnicas de ingeniería genética.

Martínez recordó que ese mismo año de 1981, el Interferón leucocitario fue empleado, en forma de colirio, para enfrentar la epidemia de conjuntivitis hemorrágica que padeció el país.

LA VISIóN DE FIDELEl Interferón leucocitario se logró en una pequeña casa cercana al lugar que hoy ocupa el CIGB, por un grupo de seis especialistas cubanos que de esa manera hicieron realidad una iniciativa de Fidel, cuya historia es atesorada por varias generaciones de científicos.

Verena Muzio, jefa de departamento de la Dirección de Investigaciones Biomédicas del CIGB, refiere que todo surgió luego de que el Comandante en Jefe sostuviera un encuentro con un científico norteamericano que le comentó sobre el Interferón y sus potencialidades.

Según cuenta, Fidel decidió entonces que se realizaran los contactos necesarios para que un grupo de cubanos fuera a recibir adiestramiento en un laboratorio en Finlandia, donde ya habían obtenido la molécula, y a su regreso a la Isla comenzaran a trabajar en el proyecto.

De aquella etapa de intensa labor del grupo en Cuba, Eduardo Pentón, uno de sus integrantes, recuerda la presencia casi diaria del líder de la Revolución junto a ellos, dándole una atención priorizada al proyecto.

Fidel supo vislumbrar lo que podría significar para un país como Cuba incorporarse a la producción de una molécula por medios biotecnológicos y la repercusión que ello podría tener a largo plazo en la salud pública, comenta este científico que aún se mantiene activo dentro de la Dirección de Investigaciones Biomédicas del CIGB.

Los especialistas recordaron que en enero de 1982 quedó inaugurado el Centro de Investigaciones Biológicas —precursor del CIGB—, donde ese grupo inicial de especialistas y otros que se sumaron de varias instituciones y universidades del país comenzaron a trabajar, de manera integrada, en temas de ingeniería genética y biología molecular, y obtuvieron el Interferón recombinante.

Para los entrevistados, los resultados en estos 30 años de la biotecnología cubana —cuya industria fue calificada por la prestigiosa revista científica británica Nature como la mejor establecida de todo el Tercer Mundo—, han confirmado la factibilidad de esa idea visionaria de Fidel.

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