Por Miguel Mejías
Hace 58 años, la madrugada del 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes revolucionarios cubanos, encabezado por Fidel Castro, atacó la segunda fortaleza militar más importante del país, dando inicio a una etapa de lucha que desembocaría en la Revolución triunfante del 1 de enero de 1959.
El asalto al Cuartel Moncada fue una derrota militar y una victoria político-moral del pueblo. Demostró que aún cuando parecía que no había salida para la crisis nacional, el sacrificio de los mejores exponentes de la juventud abría y marcaba la senda a seguir.
Las vidas que allí se ofrendaron tocaron muy fuerte la conciencia de la nación, y demostraron que la juventud cubana tomaba la vanguardia para enfrentar el desprestigio, la corrupción política reinante y todos los males que corroían la República, con la dictadura de Batista y su represión indiscriminada. No se trataba de asaltar el poder para disfrutar de prebendas y beneficios particulares, como había sido la norma de los partidos políticos tradicionales, sino de producir las condiciones para llevar a cabo la más profunda revolución social en la historia de Cuba.
Al haber marcado, en 1953, el inicio del proceso hacia el triunfo de la Revolución y haber contribuido al despertar del pueblo cubano, dándole esperanzas y fe en su propio destino, y haber demostrado que era posible barrer con las lacras que afectaban el alma de la nación, el 26 de Julio es una fecha celebrada con júbilo en Cuba, como también la celebran tantos amigos y seguidores de esa Revolución en todo el mundo.
Cabe afirmar que hizo falta un 26 de julio, para que se cumpliera la profecía revolucionaria del Che cuando afirmó, años después, que “…esta gran Humanidad ha dicho basta, y ha echado a andar”. Los pueblos de América Latina lo aprecian hoy, con sus procesos transformadores en procura de justicia social, solidaridad e integración. Y lo apreciamos también las fuerzas sociales y políticas que luchamos contra el neoliberalismo, el imperialismo, los efectos de la crisis, por un mundo mejor, con igualdad de oportunidades, paz, libertad y democracia para todos.
El Movimiento Izquierda Unida, en reconocimiento a los héroes y mártires y hechos históricos trascendentales; y como parte de su política de crecimiento y posicionamiento, con la apertura de locales y fortalecimiento de sus estructuras orgánicas, realizó un homenaje permanente a los jóvenes propulsores del asalto al Moncada, denominando “26 de Julio”, su Comité instalado en el populoso sector de Cristo Rey, en la ciudad capital, en el año 2009.
Esta decisión fue tomada, también en honor a los que no se rinden, no se cansan, no se venden, no se entregan, no claudican, ni se arrodillan, en cualquier parte del mundo donde estén, para que siga latiendo en el corazón de nuestros pueblos, el espíritu que animó a aquel puñado de jóvenes decididos que en la madrugada del 26 de julio de 1953 entró, disparando esperanza, por las puertas de la Historia.
La Revolución cubana, que dio sus primeros pasos aquel día, lleva 52 años protagonizando una ardua lucha por defender las conquistas del pueblo y propiciar el desarrollo de la nación, atravesando las más difíciles coyunturas. Ha sobrevivido a las agresiones armadas, el bloqueo económico, la hostilidad imperialista constante, el aliento a la subversión interna, y las millonarias campañas de prensa en su contra.
Todas las armas posibles se han usado en su contra y han fracasado. Continúa, a pesar de la desaparición de sus estrechos aliados de entonces, la URSS y el campo socialista; eso solo se explica por la unidad, conciencia, nivel cultural, creatividad y capacidad de resistencia del pueblo cubano, buen conocedor de su Historia y del mundo en que vive, también por el liderazgo indiscutible de Fidel, Raúl y el Partido Comunista de Cuba, que siempre han marchado al frente, en los momentos de mayor peligro.
Hoy, cuando el mundo se debate bajo una crisis sin precedentes y han fracasado todas las fórmulas conocidas para afrontarla, la economía es el campo decisivo en el que se juega la supervivencia de la Revolución cubana. Su fortaleza y vitalidad es garantía del nivel de vida de la población y el sostenimiento de la política socialista, la solidez ideológica y el consenso nacional, para poder continuar preservando las conquistas.
Por eso el VI Congreso del Partido Comunista, celebrado en abril de 2011, aprobó una serie de lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, que sintetizan la estrategia general del país, para actualizar el modelo cubano, garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo y la elevación del nivel de vida de la población, conjugado con la necesaria formación de sus ciudadanos.
Decide también el desarrollo económico del país mediante un modelo basado en la propiedad socialista de lado del pueblo sobre los medios fundamentales de producción, concesión de crédito a la población, entrega de tierras ociosas del Estado en usufructo a quienes las pueden hacer producir; la planificación según las tendencias del mercado, con mayor autonomía de las empresas estatales, en armonía con el desarrollo de otras formas de gestión, facilitando la inversión extranjera.
Estas decisiones son resultado de un amplio proceso de discusión con los diferentes estratos y grupos de la población, en las 163 mil reuniones convocadas al efecto, con tres millones de intervenciones, entre las que se propusieron modificaciones importantes en más del 68% a los lineamientos propuestos en el documento inicial.
Esto demuestra que el proceso que vive actualmente la Revolución cubana es de renovación, no de claudicación, ni renuncia al socialismo.
A 58 años del ataque al Cuartel Moncada, fecha que marcó el inicio de una gesta revolucionaria que continúa, los desafíos del momento son otros, como también los métodos para enfrentarlos y las soluciones posibles. Lo que no ha cambiado es el compromiso de la Revolución con el futuro y la felicidad plena del pueblo cubano, ni su solidaridad militante con los demás pueblos del mundo, ni su lucha por la soberanía, la independencia nacional, la libertad y el socialismo.
Ante la crisis que padecen nuestros pueblos, la actualización del modelo cubano para preservar las conquistas de la Revolución es una respuesta atinada. No hay mejor homenaje a la gesta del Moncada.
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