quarta-feira, 18 de maio de 2011

Mítico Jean Paul Belmondo emociona a Francia

Escrito por Fausto Triana



Por Fausto Triana



París, 18 may (PL) Parado frente a un león, desprotegido, sin dobles pero seguro y sonriente, Jean Paul Belmondo confirmaba en 1988 sus extraordinarias capacidades histriónicas, su valentía y su alma de aventurero.



Bebel, entre los más queridos actores franceses de todos los tiempos, regaló sonrisas en Cannes al recibir una Palma de Oro honorífica, con un verbo atropellado y un bastón de ayuda, debido a su accidente cerebro-vascular y otras enfermedades recientes.



La anécdota con el felino fue refrescada por el director de la película El imperio del león, Claude Lelouch, amigo y admirador del bello-feo, como le dicen también cariñosamente al intérprete de A bout de soufle (1959) de Jean Luc Godard.



"Estábamos en Zimbabwe y queríamos filmar a un león pero con ciertas medidas. Bebel se negó y pidió hacerlo con tranquilidad. Nos dijeron que los leones no atacaban si no percibían miedo. Jean Paul no tenía absolutamente miedo", relató Lelouch.



Pudo verse ahora en Cannes transitando por la alfombra roja, listo para recibir un lauro muy merecido, después de rechazar precisamente el César (el Oscar francés) de Mejor Actor por su papel en El imperio del león.



Ovacionado durante varios minutos por los propios fotógrafos y camarógrafos, Belmondo se manifestó feliz del reconocimiento. "Me gusta todo esto, es un gran placer estar aquí. Siento que es una gran fiesta".



Con Godard, en la cuerda de la Nouvelle Vague del séptimo arte galo, filmó Pierrot el loco (1965), aunque su prolífica carrera lo hizo rostro imprescindible del celuloide con otras inolvidables como Cartouche y El hombre de Río, ambas de Philippe de Broca.



Es un homenaje esencial, relevante, se trata de un hombre que ha dado mucho al cine por su estilo y personalidad formidable, destacó su colega y amigo Jean Rochefort, otro de los actores populares de Francia.



Varios documentales sobre su trayectoria difundidos en estos días recuerdan su perfil de atleta, su empecinada idea de no permitir dobles en los rodajes y también su gran amistad con otro monstruo sagrado aquí, Alain Delon.



"No pude acompañarlo en Cannes, pero él sabe que mi corazón estaba allí", atinó a decir Delon, visiblemente impresionado.



De Belmondo hay una lista casi interminable de filmes trascendentes o populares como ¿Arde París?, El marginal, La sirena de Missisipi, Borsalino y Las tribulaciones de un chino en China.



mem/ft

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