Los reclusos, siempre serán asumidos como cubanos y cubanas, que aún
sancionados, merecen nuestro respeto, sujetos en su inmensa mayoría
dignos
de recibir una segunda oportunidad...
Felipe de J. Pérez Cruz
Más de un millón de comentarios, notas de prensa, y declaraciones,
circulan
ahora mismo en el mundo mediático, sobre los “horrores” de las prisiones,
la
“violación” de los derechos de los “presos políticos”y de los “derechos
humanos” en Cuba. El hecho “disparador” de la nueva escalada
propagandística
anticubana es la muerte “en prisión” de un “disidente” en huelga de
hambre.
El característico manejo de las medio verdades y la tergiversación, de
que
hacen gala los actuales émulos de la propaganda negra, ha convertido en
activista político a una persona con amplio expediente delictivo, hombre
violento y de juzgada conducta antisocial, y por ello cumplía sanción de
privación de libertad[1]. Este sujeto ejerció contra sí mismo, la última
y
más enajenante de las formas de violencia física, el suicidio.
Es muy esclarecedor el artículo que sobre esta última maquinación
anticubana, publicara en Cubadebatey luego en Rebelión Enrique Ubieta
Gómez[2]. Su ampliación con datos irrefutables en el periódico Granma[3],
desmonta en su propio cimiento la mitologización que del delincuente,
asesinado por la mafia anticubana, ya está en marcha. Las verdades
rotundas
que se han colocado a disposición de la opinión pública mundial, como
otras
tantas que son objeto de desinformación, precisan que quienes las
compartimos, nos comprometamos pública y decididamente con ellas, y en
tal
dimensión aportemos nuestra perspectiva.
La algarada en sí misma de los eternos sembradores de calumnias carece de
importancia, pero no desprecio el impacto y los resultados de su masivo
ataque, entre quienes están distantes de lo que realmente pasa en Cuba.
Se
trata además, de queen este mundo cada vez más ciberconectado, y del cual
no
menos de 800 mil cubanos y cubanas participan directamente todos los
días,
esa distancia que refiero, no necesariamente es geográfica. Cada vez se
trabaja más por los servicios enemigos, en el diseño de una propaganda
internacional, que sin dirigirse aparentemente al público cubano, a la
comunidad cubana en el exterior y sus familiares en Cuba, a los jóvenes y
otros grupos poblacionales, los incluya y atrape.
Parto de un criterio básico: De Cuba y en Cuba, los revolucionarios
podemos
hablar de cualquiera, y de todos los temas.
Las conductas patógenas
Durante no pocos años consideramos la delincuencia una lacra heredada del
pasado colonial y neocolonial. Sin dudas en las antiguas relaciones de
explotación y enajenación capitalista de los resultados del
trabajohonrado
de nuestro pueblo, están los motores de reproducción a escala cultural e
ideológica de las conductas patógenas, pero lo que no percibimos
inicialmente, es que parte de aquellas relaciones se mantienen de una u
otra
forma en nuestro tránsito socialista, y se rearticulan y reproducen desde
las limitaciones objetivas, los errores –y en ocasiones excrecencias-,que
también se producen en la creación de la nueva sociedad.A nivel de las
condiciones culturales de existencia y de la psicología de determinados
grupos sociales –los más marginados y excluidos en épocas pasadas-, se
mantienen y reconstruyen las tradiciones negativas.
La tensión social generada por el período especial, sin dudas contribuyó
al
aumento de las conductas negativas. Hubo personas que decayeron en su
ánimo
solidario, en el interés a la realización con calidad de su trabajo, y
hasta
abandonaron su empleo dedicándose a actividades paralegales o
definitivamente ilegales. Bajo la influencia del incremento de la entrada
de
capital extranjero, el aumento de las relaciones de mercado y de
incipientes
formas capitalistas de explotación en el sector de los cuentapropistas,
aparecieron nuevos ricos y pronto las personas que reaprendieron a vivir
del
trabajo de otros.
La situación descrita, se complica aún más en las circunstancias de la
contemporaneidad, se concitan nuevos fenómenos negativos. Se trata de las
nuevas formas y dimensiones alcanzadas por la delincuencia a escala
mundial,
dadas en dos tendencias fundamentales: su crecimiento numérico y su
carácter
cualitativamente más peligroso, lo que amenaza la estabilidad económica,
política, social e institucional de muchos países. Cuba en particular por
su
estratégica posición geográfica y apertura al turismo, está bajo el
asecho
de las mafias del narcotráfico internacional, y la política de aliento a
la
confrontación e ilegalidad en las relaciones migratorias que mantiene el
gobierno de los Estados Unidos, ha provocado el negocio del tráfico
humano.
Las expresiones y conductas patógenas, de aquellos, que no han querido ni
podido trascender las contradicciones –e insuficiencias- de nuestra
sociedad, y que optan por intentar soluciones transgresoras, y
delictivas,
reclamarán siempre nuestra máxima atención. La defensa de la obra común,
no
puede ponerse en riesgo, y nuestro país, ha sido forzado a escoger, en
legítima defensa, el camino de establecer y aplicar disposiciones y leyes
severas.
Las cárceles en Cuba
El problema de la atención a la población penal y sobre todo la falta de
programas que realmente contribuyan a una vida decorosa de los
sancionados,
es un problema insoluble a nivel mundial. En los sistemas carcelarios de
los
países capitalistas, predomina el concepto del castigo, la severidad y la
exclusión.
En Cuba el sistema penal se dirige precisamente a concretar el paradigma
del
humanismo, que insiste en la necesidad de buscar en todo momento, la
oportunidad y los medios para la dignificación del ser humano.La
profilaxis
del socialismo cubano, se inserta en toda la filosofía del hombre y la
mujer
que defiende nuestro proyecto. Consideramos al ser humano perfectible, y
se
asume que sus conductas negativas pueden reformarse, y sobre esta base,
se
enriquecen constantemente los conceptos de reeducación en los centros
penitenciarios.
El doble bloqueo que representó la interrupción abrupta de las relaciones
económicas con la exURSS y el extinto campo socialista europeo, y el
incremento genocida del bloqueo con que nos agreden los Estados Unidos,
produjo un deterioro sustantivo en la vida material del pueblo cubano,
situación de la que aún no nos hemos recuperado completamente. Sufrieron
nuestros hogares, las escuelas y hospitales y el conjunto de la
infraestructura y aseguramiento social. Las condiciones de las prisiones
también fueron afectadas, pero los reclusos cubanos recibieron las mismas
protecciones que todos los ciudadanos y ciudadanas.
La alimentación en las prisiones mantuvo una estable y segura
suficiencia.
En los establecimientos penitenciarios se elabora la misma dieta para
reclusos, educadores, custodios y demás trabajadores de la institución.
Si
la comida no puede ser la mejor, no lo es para todas las personas que
trabajan y habitan en el lugar. La atención médica y hospitalaria, se
realiza ininterrumpidamente para los trabajadores y reclusos de cada
instalación.
Nadie murió de hambre o de enfermedades curables en las prisiones, aún en
los días más cruentos del período especial. Los reclusos cubanos siempre
han
recibido un trato respetuoso. Cada interno tiene derecho a recibir
correspondencia, libros y abastecimientos, pueden solicitar y contratar
asesoría legal, se comunican con sus familiares y reciben visitas,
incluidas
visitas conyugales. Existe además, un programa de salidas de estímulo,
para
que visiten a sus familiares en el seno de sus hogares.
En la mayoría de las prisiones existen bibliotecas, salas de televisión y
vídeos y se está incorporando la computación. En el plan de vida de los
reclusos hay opciones recreativas, deportivas y culturales, con la
aspiración de quetoda la población penal, tenga la posibilidad de ampliar
sus conocimientos, se instruya y pueda recrearse de forma sana. El
derecho a
la práctica del deporte, la cultura y recreación, incluye la constitución
de
equipos deportivos y grupos de artistas aficionados, atendidos por
instructores profesionales, y la realización de competencias inter
establecimientos.
En atención a los delitos que cometieron, la conducta dentro de los
establecimientos, y las posibilidades del restablecimiento de las
condiciones de las instituciones, los reclusos pueden solicitar acogerse
a
diversos planes de vida. La evaluación y el estudio de la población
penal,
es la basepara estructurar un tratamiento diferenciado y recuperativo, en
particular con los jóvenes reclusos, lo que va desde las posibilidades de
alcanzar estudios superiores, condiciones de vida y trabajo y rescate de
la
dignidad afectada por la condición de recluso.
La labor de reeducación
Los reclusos, siempre serán asumidos como cubanos y cubanas, que aún
sancionados, merecen nuestro respeto, sujetos en su inmensa mayoría
dignos
de recibir una segunda oportunidad. En Cuba se parte del principio de que
la
persona que cumple una sanción de reclusión, lo hace para volver a
reinsertarse en la sociedad. Nuestro concepto esencial radica, en que la
no
permisibilidad y el rigor en la defensa de la legalidad y el clima
solidario
de la nación, presupone que cada recluso, incluido el que haya sido
comisor
de delitos contrarrevolucionarios, es también una responsabilidad de la
sociedad, y esta debe esforzarse por ayudarlo a rectificar su error.
Las opciones de trabajo resultan elemento fundamental para incentivar la
labor de reincorporación social de los reclusos, tanto dentro como fuera
del
penal, en dependencia del delito que se extinga. Por ello se le propicia
que
en el período en que transcurre su pena, tenga acceso al estudio y al
trabajo, preparándose en un oficio y ayudando económicamente a su
familia,
pues en todos los casos, se retribuye salarialmente, por igual labor que
la
realizada por otro ciudadano fuera de la prisión. La sanción de trabajo
correccional sin internamiento es una de las soluciones penales más
recurridas.
Los programas desarrollados en Cuba, para convertir las prisiones en
escuelas para los jóvenes reclusos -el plan está concebido para atender a
reclusos que tengan hasta 30 años y excepcionalmente incluye a personas
de
35 años-, constituyen una experiencia única en el contexto internacional.
Los programas en coordinación con el Ministerio de Educación (MINED),
Ministerio de Educación Superior (MES), Ministerio de Salud Pública
(MINSAP)
y el Instituto Cubano de Educación Física y Deportes (INDER), abarcan
desde
cursos de escolarización media y general, enfermería y educación física,
hasta sedes universitarias, para losque deseen incorporarse a los
estudios
superiores. Estos programas ya se extienden hacia la totalidad de los
centros penitenciarios del país.La actividad docente, estimula mucho más
la
vinculación afectiva y educativa entre lossancionados, la familia y las
organizaciones sociales de su comunidad.
En el centro penitenciario San Francisco de Paula, en las afueras de la
Ciudad de la Habana,se empezó a experimentar con la idea de una cárcel
sin
cercas, sin rejas, ni cerrojos, los cuales fueron sustituidos por aulas,
talleres, laboratorios de computación y bibliotecas. Se trata del primer
paso de una experiencia, que pretende convertir a los centros
penitenciarios
en escuelas, partiendo del estrecho vínculo entre los reeducadores del
sistema de prisiones y los jóvenes internados, sus familias, y los
trabajadores sociales encargados de atender tanto a los reclusos como a
sus
familiares. Por tal experiencia ya han pasado varios centenares de
reclusos.
Retos y perspectivas
Resulta muy difícil lograr que en la dinámica estatal –y por supuesto
también en la social-, que todo marche según se conciba y regule por el
Gobierno central. Siempre hay estilos y formas particulares de enfocar
las
mismas orientaciones en uno u otro lugar, decisiones casuísticas que nos
son
las más acertadas, burocratismos y errores humanos. Y de esta realidad
que
aún nos afecta la producción, los servicios, la salud y la educación, no
se
libra el sistema de prisiones.
Hoy el sistema penitenciario está inserto en los planes de recuperación
de
la vitalidad constructiva y el aseguramiento, que se extiende a las
diversas
instituciones del Estado socialista, a pesar de las nuevas restricciones
que
ha sumado la adversa situación económica internacional.En ello se trabaja
tanto por la dirección de prisiones, como por otros organismos estatales
que
deben asegurar y facilitar esta labor, también en tales medidas de
revitalización están incorporadas las organizaciones sociales y
comunitarias.
En nuestras población penal, como en cualquier grupo humano sometido a
restricciones y condiciones especiales, se producen conflictos entre sus
miembros, pero en el país nunca se han dado los fenómenos, promiscuidad y
corrupción, tan afines al estado de las prisiones en el mundo. Todo el
trabajo educativo y profiláctico, la organización y disciplina de los
establecimientos y sus opciones educativas, culturales y recreativas,
articulan un esfuerzo sostenido, para evitar que las instituciones
penitenciarias se conviertan en escuelas de delincuencia y corrupción
moral,
tal como se certifica que ocurre en la inmensa mayoría de las cárceles de
los países capitalistas.
Ese maravilloso mosaico social que es mi barrio de “El Canal”, en el
habanero municipio de El Cerro, me ha permitido conversarcon reclusos que
disfrutan de visitas a sus hogares, conozco y mantengo excelentes
relaciones
humanas, con ciudadanos que cumplieron sanciones en prisiones y con sus
familiares, participo como vecino de la comisión que se ocupa en la
comunidad de la reinserción de estas personas, y no me son ajenas quejas
e
inconformidades.Esas demandas están relacionadas con aspectos puntuales
de
la vida, las condiciones y el deterioro de servicios en los
establecimientos, de sus relaciones con uno u otro encargado, con la
ubicación en un puesto trabajo, con la interpretación de su régimen de
sanción. En quienes nada tienen que ocultar, me resulta sumamente
interesante, la unánime buena opinión, el respeto, e incluso el cariño,
que
expresan de mil maneras, por la figura de sus reeducadores, algo que
confirman también madres, padres, y familiares que los han acompañado en
ese
difícil período de sus vidas.
La mayoría de los exsancionados en mi comunidad se han reincorporado al
trabajo, y participan de las actividades de los Comités de Defensa de la
Revolución (CDR) y de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Desafortunadamente hay varios que mantienen una conducta de rechazo a la
acción social, evaden el trabajo ymuestran hostilidad. Con estos
ciudadanos
seguimos en permanente diálogo de persuasión y rescate.
Los presos contrarrevolucionarios
En Cuba no existen “presos políticos” como se esfuerza por hacer ver la
propaganda anticubana. Se sanciona no por pensar en contra de la
Revolución,
sino por la comisión de actos contra la estabilidad político social y la
seguridad del país. Entonces son penados quienes secundan los planes y
acciones de terrorismo de Estado del gobierno estadounidense, practican
el
mercenarismo, trabajan para la potencia enemiga y sus aliados, o afectan
la
seguridad nacional y violan la paz social con acciones peligrosas.
Siempre
apegados a la más estricta legalidad y con respeto de las garantías
procesales y judiciales reconocidas internacionalmente, que incluye la
rápida presentación de cargos, transparente instrucción penal, la
elección
por el acusado de la defensa que considere apropiada, la presentación de
hechos probados en juicios orales, en tribunales civiles, y juicios
públicos.
Estos reclusos, de acuerdo a los delitos por los que fueron hallados
responsables y a su peligrosidad, reciben el tratamiento justo y
humanitario
que caracteriza al sistema penitenciario cubano. Si es su deseo pueden
acogerse a los distintos planes de participación laboral y estudio, y
tiene
derecho a recibir el mismo trato que el resto de la población penal, en
cuanto a sus relaciones con la familia y la sociedad, incluidaslas
visitas
conyugales. Nada que se parezca al trato inhumano y canallesco, que
reciben
los cinco héroes antiterroristas cubanos, ilegalmente presosen las
cárceles
del imperio, nada similar a los presos políticos nacionalistas
puertorriqueños, a los militantes y activistas de los movimientos indios
y
afronorteamericanosque están, como los patriotas cubanos,bajo severísimas
medidas de rigor y aislamiento dentro del sistema carcelario
estadounidense..
En el negocio de la contrarrevolución, los mercenarios presos y sus
perspectivos reclutas, tienen un guión pautado. No se incorporan a los
programas existentes, asumen una conducta hostil y provocadora, y su
“trabajo” esel de tratar por todos los medios de sabotear y tensar la
vida
en los establecimientos. Por ello son compensados en especies y dinero.
¿Para qué realizar un trabajo honesto, si a ellos les llegan con
regularidad
los paquetes “de ayuda humanitaria”, que les permiten el acceso a
alimentos,
ropas y productos, que los sitúan en condiciones de privilegio sobre el
resto de la población penal? Si sus familias comienzan a vivir del
presupuesto millonario, que para la subversión interna tiene asignada la
Oficina de Intereses de Washington en La Habana, y otras Embajadas de sus
aliados europeos.
Recibí hace unos meses a una alumna de español, de un amigo que trabaja
en
un país de la Europa exsocialista. Una muchacha muy amable y de ideas
humanistas. Cuando la conocí, me comentó que venía de “entregar ayuda
solidaria a la familia de un preso político”. Indagué, y la joven me
explicó
que se había dirigido a su Embajada, para que le recomendaran cómo podía
ayudar al pueblo cubano, y allí solícitamente le facilitaron la dirección
de
“una sufrida familia represaliada”!
Contrarrevolución y delincuencia
La aspiración de la Revolución de resolver por medios humanistas, las
causas
y consecuencias de las conductas antisociales y delictivas, tienen una
barrera principal en la política criminal que auspicia y desarrolla el
imperio estadounidense.La peligrosidad de las acciones terroristas, que
se
urden en Miami y otros centros de la mafia cubano americana, con el apoyo
y
aliento del gobierno norteamericano y de sus grupos más conservadores y
profascistas, están dirigidas en primer lugar contra la vida y la
seguridad
de los ciudadanas y ciudadanos cubanos. Un saldo hasta ahora documentado
de
3 478 muertos, 2 099 incapacitados y daños físicos y psíquicos a cientos
de
víctimas y familiares, resulta el terrible costo humano con el que hemos
sido castigados, por nuestra decisión de defender la soberanía, la
independencia y el socialismo.
Mientras el gobierno norteamericano proteja y despenalice a criminales
internacionales como Orlando Bosh y Luis Posada Carriles, les otorgue el
perdón presidencial, o los juzgue por delitos menores, para dejarlos
luego
en plena libertad en territorio estadounidense, el pueblo de Cuba tendrá
que
estar más alerta que nunca, y sus medidas de protección y disuasión para
evitar nuevos actos terroristas, tienen que ser necesariamente muy
rigurosas. Quienes se presten a secundar la actividad
contrarrevolucionaria,
recibirán la justa respuesta de nuestros órganos de seguridad y orden
interior, y tendrán que responder por los delitos tipificados en la ley.Y
sobre todo, los que cometan actos criminales contra la niñez y la
juventud,
la integridad física y la vida de los ciudadanos, deben saber que pueden
ser
sancionados hasta con la pena capital.
Es de dominio público como la inescrupulosidadde los servicios enemigos,
no
repara en utilizar para sus fines desestabilizadores a delincuentes
comunes.
Desde contratar el asesinato de Fidel con la mafia estadounidense, y
reclutar matones y terroristas en otros países, hasta pagar a elementos
inescrupulosos dentro del territorio nacional, para que den cobertura a
sus
agentes, asistan a sus convocatorias y creen disturbios y manifestaciones
contra la paz y la seguridad.
Resulta evidente que la naturaleza antisocial de la delincuencia,
propicia
su manipulación por los enemigos de la Revolución. Hay individuos que
resisten las políticas de profilaxis de la Revolución, eintentan sacar
partido de la política agresiva de los Estados Unidos.
Los articuladores de la actual operación anticubana, no hallaron a su
víctima en una fábrica, en nuestras escuelas, o en las instituciones
culturales y sociales. Lo detectaron y reclutaron en la hez de la
sociedad,
luego de reincidencias delictivas, a punto de asesinar a otro ciudadano.
La muerte de este cubano que ahora pretenden inscribir en banderas de
martirologio contrarrevolucionario, comenzóel día que cegaron su
raciocinio,
no con una causa política, sino con su propio y acendrado individualismo,
cuando lograron imbricar su naturaleza violenta y antisocial, con sus
necesidades consumistas y el dinero fácil que llega a los mercenarios.
Las
trampas de la enajenación capitalista, y los cantos de sirena de la
propaganda y subversión ideológico-cultural del imperio, se confirman en
toda su criminalidad. Morir demandando privilegios especiales sobre el
resto
de la población del penal, en este caso televisión, cocina y teléfono
personal en la celda, resulta tan descabelladamente absurdo, como carente
de
principios y seriedad, es todo el programa que la contrarrevolución,
tiene
dictado desde Washington.
La manipulación del absurdo llega al cinismo, cuando se conoce que el
Estado
cubano en estos últimos cinco años, ha beneficiado a las familias cubanas
con la reposición de cocinas y refrigeradores, la entrega a quienes no lo
poseían de televisores y otros electrodomésticos - que ya llega a los 21
millones de unidades-, todos a precios subsidiados o a su costo, con el
respaldo de facilidades bancarias sin precedentes, y la donación en el
caso
de los ciudadanos que carecían de posibilidades reales de pago.
La sinrazón de quienes pretenden calumniarnos
Cada año mueren 7 000 personas en las cárceles de los Estados Unidos,
muchas
son asesinadas o se suicidan. En los últimos cinco años dentro de los
centros de detención de emigrantes 72 personas han perdido la vida. En el
2006 en las prisiones de California, se registraron 426 casos de muerte,
debido a un tratamiento médico tardío. De ellos, 18 fallecimientos fueron
considerados como "evitables" y otros 48 como "posiblemente evitables".
Un
recluso diabético de 41 años de edad, Rodolfo Ramos, murió después de
haber
sido abandonado solo y cubierto por sus propias heces durante una semana.
Los funcionarios de la prisión no le proporcionaron tratamiento médico,
pese
a conocer su condición. Sin embargo, no conozco que esto haya preocupado
a
uno solo de los gobernantes de ese país. A esta situación nunca se ha
referido un secretario de Estado. Tampoco recuerdo -y auxilio mi memoria
con
el estudio de la documentación internacional-, que se le haya propuesto a
los gobiernos europeos, por unos u otros grupos de presión y opinión
política del centro a la derecha, que se juzgue al país del Norte por una
sola de tales muertes, mucho menos que se sugiera tomar medidas y
sancionar.
La opinión pública se horroriza cuando por casualidad conoce las
atrocidades
de los policías militares estadounidenses y los agentes de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA), en Abu Ghraib, las prisiones y campos que
mantiene en Irak, en el enclave de la ilegal base de Guantánamo en Cuba,
y
en otros países.También se alarmaron los ciudadanos del mundo
desarrollado,
cuando conocieron de la abierta complicidad de los gobiernos europeos,
que
dieron -y aún proporcionan- cobertura a los secuestros y vuelos
clandestinos
de la norteamericana CIA, con la carga de detenidos hacia distintos
centros
de tormento, con muy sólidas sospechas de que en su territorio, también
existan cárceles y centros de tortura, enmascarados a través de la
cooperación de las agencias de inteligencia de la OTAN. Pero como tales
hechos llegan a los grandes espacios solo “por casualidad”[4], estas
imágenes pronto se sepultan en la avalancha de productos informativos
banales, cuyo principal objetivo, es el de desorientar y desviar la
atención
de los temas que no interesan a los arquitectos de la hegemonía
ideológico
cultural imperialista.
Cuba revolucionaria no conoce un solo caso de tortura, desaparecidos,
ejecuciones extrajudiciales, ni cárceles clandestinas. Si embargo, una y
otra vez se fabrican campañas de descrédito, de lo que realmente ocurre
en
el país y se colocan tales engendros mediáticos en los noticieros de todo
el
mundo capitalista.Ahora estamos ante un nuevo episodio: La guerra
criminal
del imperio nos ha arrebatado otra vida. Su irresponsabilidad lleva dolor
a
una madre y sus familiares, yaspira a dar continuidad en estos
compatriotas,
al odio feroz de clase, que nos profesan los enemigos históricos de la
nación cubana.
Podrán ladrar los cancerberos del imperio, regocijarse con los escuálidos
apoyos de gobernantes prostituidos, personeros venales y meretrices
intelectuales. Se felicitarán por quienes logren confundir y sumar a su
carro de engaños. Pero lo definitivo, siempre estará a nuestro alcance.
Nada
nos hará apartarnos de nuestros principios. Mucho menos nos
atrincheraremos
en autocomplacenciasy justificaciones. Un caso como el que nos ocupa
precisa
del resumen de aprendizajes y experiencias.
Nuestra respuesta será la de trabajarcon más eficiencia social, en los
sistemas que ya están en curso, los dirigidos a erradicar las causas de
la
marginalidad y a proteger a los sectores de la población en riesgo de
pobreza, así como perfeccionar en nuestras comunidades y consejos, la
labor
delas comisiones de prevención y atención social; pero sobre todo, hay
que
reafirmar cada día más, en nuestras familias y escuelas, en los
colectivos
laborales y por supuesto, también en las prisiones, los valores y la
belleza
de la honestidad, honradez, solidaridad, laboriosidad, y de la disciplina
social, porque en ellas está la cultura civilizatoria y base ideológica,
para defender y reproducir el universo moral de la nueva sociedad que
construimos.
[1] Se trata de un preso común que inició su actividad delictiva en 1988.
Procesado en estos veinte años por varios delitos: "lesiones menos
graves",
"estafa", "lesiones y tenencia de arma blanca”, “heridas y fractura
lineal
de cráneo a otro ciudadano, con el empleo de un machete”, "alteración del
orden" y "desórdenes públicos", entre otras causas en nada vinculadas a
la
política, y que dada su peligrosidad social estaba en prisión. Ni
siquiera
figuraba en su momento de reclusión, en los “listados” de “presos
políticos”
que fabricanen las oficinas del Gobierno estadounidense.
[2] Enrique Ubieta Gómez: Orlando Zapata: ¿un muerto útil?
[3] Enrique Ubieta Gómez: ¿Para quién la muerte es útil?, Granma, La
Habana,
sábado 27 de febrero de 2010. Año 14 / Número 58,
[4] “Casualidad” que responde la mayoría de las veces, a las trampas y
querellas intestinas dentro de los monopolios informativos del sistema de
dominación.
Criada em Goiás associação de solidariedade a Cuba
-
*Thaís Falone, vice-presidente da União Nacional dos Estudantes (UNE) |
Foto:Vinícius Schmidt Santos *
Por Sturt Silva
No último dia 23 de fevereiro, foi...
Há 6 anos
Nenhum comentário:
Postar um comentário